
Ella, Tonantzin Guadalupe, es motivo de murales en los barrios más marginados y también de otras obras de arte que juegan en el campo artístico sofisticado; ella es motivo para ser estampada en la ropa y hasta tatuada en lo profundo de la piel.

La maternidad no había sido un destino para las mujeres. Hasta antes del siglo XV era común que las mujeres dieran a sus hijos a una nodriza para la crianza y, ante la carencia de sistemas de salud, legalmente regulados, muchos de esos hijos morían.

Como seres sociales estamos unidos a todos los demás, a los que nos antecedieron, a los que vendrán y a nuestros contemporáneos.

Acompañar a un joven en su camino de vida es una tarea llena de matices. No se trata sólo de estar presente físicamente, sino de compartir algo más profundo: la esencia de la vida misma.

Junto a los problemas del desarrollo, a vicios arraigados en la estructura social y a inercias estructurales en los poderes del estado, en este siglo parece haber una mayor sensibilidad a temas que nos obligan a ver más allá de los límites nacionales y del bienestar humano.

El 23 de noviembre de 1927 fue fusilado el jesuita Miguel Agustín Pro, por órdenes del presidente Calles, acusándolo de haber participado en un complot para asesinar al general Álvaro Obregón cuando se perfilaba a su reelección como presidente de la república.

En 2016, treinta jesuitas de varios países de América Latina se reunieron en la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA) en la vibrante capital de El Salvador.

Don Gustavo nos enseñó que la historia de la salvación es en realidad la historia de la humanidad.

«Los jóvenes son el presente, no el futuro», dijo el papa Francisco en la Jornada Mundial de la Juventud en 2024. La frase cambió mi perspectiva de lo que un joven es para mí.

En vísperas de comenzar este nuevo periodo electoral, las dos profes que conformamos el Programa de Asuntos Migratorios (PRAMI) del ITESO nos preguntamos: ¿qué haríamos este año con respecto a la incidencia?