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La llegada de Donald Trump a su segundo mandato como presidente de Estados Unidos para el periodo de enero 2025 a enero 2029 ha generado una serie de dinámicas globales que han dado paso a crisis en varias agendas internacionales. El magnate republicano ganó las elecciones de noviembre de 2024 de forma muy contundente: consiguió 312 votos electorales, mientras que Kamala Harris, del Partido Demócrata, tuvo 226.
En la Cámara de Representantes el Partido Republicano obtuvo 220 escaños y el Partido Demócrata 215, cuando la mayoría se alcanza con 218 diputados. En el Senado los republicanos lograron la mayoría con 53 senadores, frente a 47 de los demócratas. Estos resultados le concedieron a Donald Trump la ventaja necesaria en ambos órganos legislativos y una fortaleza política que no había tenido en su primer mandato.
En su campaña política el entonces candidato del Partido Republicano enfatizó que Estados Unidos había perdido liderazgo en el escenario internacional, señaló cómo el consumo de drogas se había incrementado de forma muy preocupante, y convirtió a las personas migrantes en las culpables de buena parte de los problemas que aquejan a las y los estadounidenses. Su lema «Make America Great Again» fue la narrativa central de su propuesta política.
Ahora bien, la traducción práctica de estas propuestas es la instrumentación de medidas sumamente duras y frontales contra varios actores políticos, tanto de otros países como del propio Estados Unidos.
La guerra comercial y contra la globalización
Una de las medidas que el gobierno de Estados Unidos utilizó contra sus competidores y socios comerciales fue la imposición de aranceles de forma unilateral. Lo hizo con México y Canadá por el aluminio y el acero, pero también alcanzó a China, así como a diversos países de Europa, Medio Oriente, África y América Latina. Resalta el caso de Brasil, donde se mezcló una agenda política al pedir justicia para Jair Bolsonaro.
Frente al supuesto déficit comercial de Estados Unidos con otros países, Trump subió los precios de insumos y productos con el propósito de fortalecer su industria nacional; sin embargo, esta estrategia encareció precios, además de que no era posible reubicar de un día para otro los procesos industriales y agropecuarios, ahora en otros países, de vuelta en Estados Unidos. A la par de estas medidas se colocó un discurso que, con algunos argumentos sumamente serios, puso en entredicho los procesos de globalización económica que se impulsaron en todo el orbe hace cuatro décadas. Aún no sabemos si esta narrativa se generalizará aún más y si estamos ante el fin de la globalización como la conocemos.
La estrategia del gobierno de Donald Trump fue bien recibida en su momento entre sus simpatizantes, pero fue perdiendo apoyos al ver sus efectos. Esto ha provocado que la forma de actuar del presidente consista en lanzar amagos: primero realiza una declaración o medida muy dura y después la matiza o la pospone.
La guerra contra los migrantes
Una de las acciones más crueles del actual presidente de Estados Unidos es la de las políticas antiinmigrantes. La persecución y las redadas en contra de personas que no cuentan con una estancia regular en el país, realizadas a través de la Guardia Nacional y el Ejército con el objetivo de deportarlas a sus países de origen, se suman al endurecimiento de las reglas y los criterios para obtener visas de trabajo, así como a la política de retirar visas de turistas a quienes se considere que tienen vínculos con la delincuencia organizada. A ello se añade la pretensión de gravar las remesas que los migrantes envían a sus familias y la militarización de las zonas fronterizas con México, que ha hecho más riesgoso el paso de migrantes. También se observa la imposibilidad de que los hijos de estas personas adquieran la nacionalidad estadounidense a pesar de haber nacido en territorio norteamericano, junto con un discurso permanente de criminalización que los acusa de quitar empleos a los estadounidenses y de incurrir en prácticas delictivas. Asimismo, se ha intensificado el asedio contra las ciudades santuario, donde se protege a las personas migrantes, y se han registrado actos de represión en contra de manifestantes que condenan las políticas antiinmigrantes, llegando incluso a imponerse un toque de queda en la ciudad de Los Ángeles, hecho inaudito en el país.
La guerra contra el fentanilo
En 2023 aproximadamente 107 mil personas murieron en Estados Unidos por sobredosis de drogas; en 2024 la cifra fue de 82 mil, la mayoría de los casos vinculados al consumo de fentanilo, sustancia identificada como principal responsable de estos decesos. Paralelamente, el aumento de personas sin hogar en numerosas ciudades estadounidenses resulta más que evidente y, en buena medida, también se asocia al consumo de fentanilo como una de sus causas. Este fenómeno, que constituye un problema real en la nación, ha sido además fuente de tensiones y conflictos con México. Donald Trump acusó al gobierno federal de estar coludido y de permitir el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, y por ello ha exigido una acción más decidida a la presidenta Claudia Sheinbaum. Estas presiones derivaron en la aprehensión y extradición de líderes del crimen organizado, entre ellos Ovidio Guzmán, Ismael «el Mayo» Zambada, Joaquín Guzmán López, Rafael Caro Quintero y Vicente Carrillo Fuentes.
Otra de las acciones emprendidas por el gobierno de Donald Trump en esta materia fue la declaratoria de «terroristas» a los grupos de la delincuencia organizada de México, lo que implica que Estados Unidos se arroga el derecho de intervenir para combatirlos, contraviniendo así la soberanía nacional. Esta medida también permite realizar acciones como el congelamiento de cuentas y activos tanto de los cárteles como de quienes colaboran con ellos dentro del territorio estadounidense. Los cárteles incluidos en esta declaratoria son: Sinaloa, Jalisco Nueva Generación, Unidos, Noroeste, Golfo y Nueva Familia Michoacana. Además, una de las situaciones que mayor expectación genera son las posibles acusaciones que puedan presentar Ovidio Guzmán, Joaquín Guzmán e Ismael «el Mayo» Zambada sobre las redes de narcotráfico en México, en busca de obtener beneficios ante las cortes estadounidenses.
La guerra contra los opositores internos
Donald Trump no sólo abrió frentes fuera de Estados Unidos, sino que también emprendió ataques contra las disidencias en su propio país. Entre los más notorios están las sanciones económicas y el retiro de apoyos a distintas universidades debido a su postura crítica frente a la política exterior estadounidense y a sus señalamientos contra las medidas impulsadas por el republicano. Entre las instituciones afectadas se encuentran Columbia, Harvard, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Univerdad de Pennsylvania, Pittsburgh, Emory, Vermont, North Carolina State, Washington y California en San Diego.
De manera paralela, el magnate republicano prohibió las ayudas de organizaciones internacionales que destinaban fondos a proyectos de defensa de los derechos humanos, fortalecimiento de la democracia y programas de desarrollo en países de América Latina, África y Asia. El caso más emblemático fue la cancelación de los apoyos de USAID, uno de los principales financiadores.
Las críticas y los ataques de Trump también alcanzaron a medios de comunicación; cadenas como MSNBC y CNN fueron acusadas de respaldar al Partido Demócrata. Esta forma de actuar responde a un mismo hilo conductor: vulnerar y desacreditar todos los núcleos de crítica hacia su gobierno con la finalidad de reforzar la narrativa de que sus acciones representan lo que verdaderamente necesitan las y los estadounidenses.
La guerra contra las libertades
Un sector que ha sido especialmente atacado por el presidente de Estados Unidos es la comunidad LGBTQ+, a la que ha descalificado y estigmatizado de forma muy violenta, intentándola replegar políticamente. Algunas de las acciones que ha emprendido en contra de este sector, a través de órdenes ejecutivas, son la eliminación del marcador de género «X» en pasaportes para personas no binarias, la revocación de protocolos de diversidad, equidad e inclusión en agencias federales y la propuesta de prohibición de mujeres trans en deportes femeninos. Todo esto acompañado de un discurso conservador en materia de familia e identidad sexo–genérica.
Lo anterior responde a un pensamiento supremacista que coloca lo masculino, lo occidental, lo blanco, lo capitalista, lo heterosexual y lo judeocristiano como lo más avanzado e importante en la civilización actual. Movimientos sociales de extrema derecha, como Alt–right, son una expresión de este tipo de posturas ideológicas.
La guerra en la franja de Gaza
Finalmente, el gobierno de Donald Trump apoyó a Israel en el conflicto bélico de la franja de Gaza, donde el genocidio hacia el pueblo palestino ha sido condenado prácticamente por todo el mundo por la crueldad con la que se han desarrollado estos eventos. El ataque militar de Estados Unidos en contra de Irán generó enormes tensiones en el Medio Oriente. A pesar de que en el momento en que se escribe este texto hubo cese al fuego con Irán, es cierto que la intromisión militar de Donald Trump en este conflicto ha sido condenada incluso por la Iglesia católica, primero en la voz del papa Francisco y luego por León XIV.
La forma de actuar del republicano, lejos de abonar a la paz, ha recrudecido el conflicto y vulnerado aún más a las miles de víctimas de esta guerra, en la que los intereses comerciales y geopolíticos prevalecen.
Breves conclusiones
El segundo mandato de Donald Trump ha sido sumamente violento y duro, con la implementación de medidas directas contra actores políticos de otros países y del mismo Estados Unidos. Su forma de proceder ha descolocado a numerosos gobiernos nacionales, entre ellos el de México, y la inhumanidad de sus acciones ha resultado más que evidente. Lo que presenciamos es la instrumentación de una política inspirada en los postulados de la extrema derecha, en la que las personas son tratadas como simples recursos o mercancías. Apenas ha transcurrido medio año de este gobierno, que impone su agenda global de manera constante, frente a la inacción y la pasividad de muchos gobiernos nacionales. Habrá que mantenerse atentos, pues se vislumbra un escenario muy complicado para los próximos tres años y medio.
