Revista Mensaje: una trayectoria de compromiso con la reflexión y el diálogo

Con una historia marcada por el compromiso con la verdad y la justicia en Chile, la revista fundada por san Alberto Hurtado en octubre de 1951 quiere mantenerse como una voz relevante en la construcción de una sociedad más equitativa y consciente. Igualmente, busca contribuir a una fe madura y a una Iglesia que logre insertar sus valores en la sociedad de hoy, promoviendo un diálogo entre cultura y fe.

Desde sus inicios Mensaje ha sido un referente en el panorama intelectual y social de Chile. Creada con la intención de ofrecer una perspectiva cristiana sobre la realidad nacional e internacional, la revista ha evolucionado con el tiempo sin perder su esencia, ésa que busca la reflexión y el diálogo.

A lo largo de más de siete décadas ha sido un espacio donde convergen distintas miradas con el objetivo de generar un juicio informado y maduro en sus lectores. Con el propósito de entablar un diálogo profundo y respetuoso, Mensaje poco a poco se fue posicionando como un medio de comunicación que presenta diferentes perspectivas, bien fundadas, diversas y que ofrecen al lector una reflexión seria sobre los distintos temas que trata.

De esta manera lo expresaba el padre Alberto Hurtado en una carta dirigida al Provincial de la Compañía de Jesús en Chile en los inicios de la década de 1950:

Urge la publicación de una revista de vuelo.
Finalidad: formación religioso–social–filosófica. ¡Orientar! Ser el testimonio de la presencia de la Iglesia en el mundo contemporáneo. No sería de carácter literario, ni tampoco piadoso, sino más amplia: de orientación.
Urgencia: la gran desorientación, sobre todo juvenil. No hay ninguna revista que llene esta necesidad en Chile. Las extranjeras son inaccesibles para la gran mayoría. Hay hambre de cultura religiosa y social en ambientes universitarios, en el pedagógico y aun entre los alejados. Se espera de la Compañía este servicio de Mayor Gloria de Dios.

Ya con la aprobación para llevar a cabo el proyecto, el padre Hurtado iniciaba la historia de Mensaje. Y el primer editorial, escrito por él mismo, estableció tres orientaciones clave que han guiado su trayectoria hasta hoy: 1) una lectura cristiana de la realidad; 2) una preocupación por los problemas sociales de Chile desde el criterio de la justicia, y 3) una visión amplia de los problemas mundiales.

«Desde su creación, Mensaje se propuso no sólo analizar los problemas de su tiempo, sino también aportar soluciones, pensando en el futuro de la sociedad».

Foto: © Revista Mensaje

Así, desde su creación, Mensaje se propuso no sólo analizar los problemas de su tiempo, sino también aportar soluciones, pensando en el futuro de la sociedad.

Una revista con identidad propia

Lo que distingue a Mensaje de otras publicaciones es su identidad cristiana y su compromiso ético con los problemas nacionales e internacionales. Entre los temas que aborda se encuentran los siguientes: Iglesia, religión y espiritualidad; política y sociedad; economía, trabajo y educación; medioambiente, ciencia y tecnología; cultura: literatura, cine y televisión, y expresiones artísticas en general.

Fidelidad a la Iglesia y a la Compañía

El mensaje que entrega la revista siempre ha sido fiel a la Iglesia. Mensaje ha logrado mantenerse en el tiempo como un complemento útil para lo que experimentan los católicos de nuestro país y también para todo aquél que ve en el Evangelio de Jesucristo una luz para su vida. Y es importante seguir en esa línea: atender las preguntas esenciales de hoy y entregar respuestas sensatas, con una visión «refrescante» de la Sagrada Escritura. La idea es dar luces que ayuden a los lectores a encontrar al Dios de la vida y de la misericordia en las expresiones espirituales, intelectuales, sociales, culturales, artísticas… del presente.

Para lo anterior, ha sido vital que la revista se ciña a la misión dada por la Compañía de Jesús, esa misión que también se va actualizando de acuerdo con los temas que nos apremian hoy en Chile y el mundo. Y son las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía las que nos ofrecen ese horizonte, ese punto de referencia que nos señala, de alguna manera, el camino a seguir, las urgencias que debemos atender. Para los próximos años, esas preferencias son: mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento; caminar con los excluidos: junto a los pobres, los descartados del mundo, los vulnerados en su dignidad en una misión de reconciliación y justicia; acompañar a los jóvenes en la creación de un futuro esperanzador, y cuidar nuestra Casa Común: trabajar con profundidad evangélica en la protección y renovación de la creación de Dios.

Mensaje «por dentro»

En cuanto a su organización interna, Mensaje se estructura en las siguientes áreas: revista impresa, comercial y contabilidad, web y redes sociales, editorial —diagramación, edición de libros y otros— y distribución.

Para desarrollar cada una de estas áreas se cuenta con un director, una gerente comercial, un contador, un editor, dos diseñadoras, un periodista, una persona encargada de la distribución y dos consejos, uno editorial y otro ampliado. Estos últimos son vitales en las temáticas que se presentan cada mes. El consejo editorial se reúne una vez por semana y está compuesto por cuatro personas —tres jesuitas y un laico—, y el consejo ampliado se reúne una vez por mes y lo integran 22 profesionales destacados en sus distintos campos laborales, quienes aportan su parecer del acontecer nacional e internacional para así estructurar cada número y llevar al lector un contenido de calidad.

De esa forma, los artículos, propuestos por los consejeros y escritos principalmente por colaboradores externos a la revista, se presentan en diez ediciones anuales: dos números bimensuales (enero–febrero y marzo–abril), y ocho mensuales (mayo a diciembre).

Mensaje a través de las décadas

Años sesenta: transformaciones y el Concilio Vaticano II

Mensaje hizo eco de los profundos cambios que experimentaba la sociedad chilena, América Latina y la Iglesia católica. Con la realización del Concilio Vaticano II la revista se convirtió en un foro donde teólogos y expertos de diversas áreas analizaban las reformas eclesiásticas y su impacto en la sociedad.

Años setenta y ochenta: compromiso con la justicia y la democracia

Chile atravesó uno de los periodos más convulsos de su historia reciente. Desde el golpe de Estado de 1973 y durante la dictadura militar la revista asumió un rol fundamental en la denuncia de las violaciones a los derechos humanos y la situación de pobreza y marginación en el país. Con rigor documental y testimonios de primera mano, se convirtió en una voz crítica ante el autoritarismo.

Años noventa: el reencuentro de los chilenos y la búsqueda de justicia

Con la recuperación de la democracia Mensaje continuaba con su misión original, pero fomentando el reencuentro entre los chilenos, sin dejar de lado la búsqueda de justicia para las víctimas de la dictadura. Su compromiso con la consolidación de una institucionalidad democrática y el debate sobre temas como equidad, justicia y educación se hicieron aún más fuertes.

Siglo XXI: nuevos desafíos y un mundo globalizado

En las últimas décadas Mensaje ha tenido que adaptarse a un mundo caracterizado por la secularización, la globalización y la crisis de valores. El contexto eclesial también se ha visto golpeado por escándalos de abuso y una creciente desconfianza en las instituciones religiosas. Pese a ello, la revista ha persistido en su misión de reflexionar sobre el rol de la Iglesia en la sociedad contemporánea, abordando temas de espiritualidad, teología y filosofía con una mirada crítica y renovadora.

Uno de los momentos más significativos de la historia reciente de Chile fue el estallido social del 18 de octubre de 2019, que derivó en un proceso constituyente sin precedentes. Mensaje buscó contribuir a ese debate, ofreciendo análisis sobre los cambios sociales y políticos que ha ido experimentando el país.

Últimamente también se ha abocado a temas que son preocupación de la humanidad entera y que son parte de sus contenidos actuales: la crisis medioambiental y migratoria, los conflictos bélicos en distintos puntos del planeta, la polarización política, los avances científicos y tecnológicos y los desafíos éticos que éstos plantean.

La misión hacia el futuro

Mensaje ha sabido actualizarse. Aparte de sus 10 ediciones impresas anuales, la revista hoy cuenta con un sitio web que presenta contenidos propios, pódcast, videos y un archivo histórico que tiene a disposición de los suscriptores los 74 años de la revista. Además, está presente en redes sociales. Siempre con espíritu de propuesta, desde hace cuatro años publica un libro anual con entrevistas a expertos nacionales e internacionales que hablan sobre el futuro de la humanidad, medioambiente, educación e inteligencia artificial.

De esta forma, la misión original propuesta por el padre Alberto Hurtado se proyecta hacia los próximos años. En una edición con motivo de los 70 años de vida de Mensaje, algunos de los directores que han sido parte de su historia compartieron sus impresiones acerca de lo que es para ellos la revista y lo que esperan de ésta para los próximos años. Su director actual, Juan Cristóbal Beytía, S.J., también habla sobre su presente y futuro. Compartimos su parecer en las siguientes líneas:

P. Juan Ochagavía, S.J., director entre enero de 1971 y diciembre de 1972:

La revista sí ha cumplido la expectativa del público, el que ha podido contar con ella como una fuente de orientación sólida y firme en los valores cristianos, y en las preocupaciones sociales fundamentales, además de haber sido una buena compañía en la evolución de la Iglesia, canalizada con el Concilio Vaticano II.

Mensaje tiene como línea editorial trabajar en fidelidad a la Iglesia, pero entendiendo a la Iglesia como una comunidad, como algo que es más amplio que su jerarquía. En ese sentido, el balance histórico es positivo.

La revista Mensaje de estos tiempos puede tener la tarea de ir percibiéndolos [los signos de renacimiento de la Iglesia] y, de ese modo, mostrar que la secularización no es una meta fatal que nos va a conducir a la no religiosidad. Uno de los desafíos fundamentales será acompañar este proceso de encuentro y de una nueva búsqueda de fe, búsqueda que ha superado la tendencia secularizadora que es, finalmente, agobiante pues se encierra en sí misma. Estamos, finalmente, en un proceso de nuevas búsquedas de la fe y de manifestación religiosa, que va a ser distinto a como lo conoció el padre Hurtado.

P. José Arteaga, S.J., director entre abril de 1989 y marzo de 1992:

Vivimos tiempos de crecimiento de la participación y de la libertad, y otros de dictadura y sufrimiento. Las huellas del pasado han dejado heridas y divisiones profundas entre nosotros. Mensaje se esforzó, con aciertos y errores, por descubrir a la luz del mensaje evangélico cuáles eran los caminos de humanización y de vida, y por denunciar los de destrucción y de muerte. Le tocó jugar un rol providencial en los primeros años de la dictadura, cuando muchas voces institucionales estaban silenciadas. Se alegró con la vuelta a la democracia, precisamente en el periodo 1989–1991, lo que le significó volver a ser una voz más en el diálogo público sin censura recién recuperado.

Revista Mensaje, apoyada institucionalmente por la Compañía de Jesús y con la larga historia de colaboración de mujeres y hombres creyentes y no creyentes, al no estar atada al acontecer diario, puede aportar una mirada de más largo alcance que ayude al necesario discernimiento de las opciones que enfrentamos como comunidad nacional y como Iglesia.

P. Fernando Montes, S.J., director entre abril de 1992 y mayo de 1996:

Poco después de mi ingreso a la Compañía de Jesús, mi maestro de novicios, José Aldunate, S.J., asumió la dirección de Mensaje. Él me hizo apreciar, desde entonces, la importancia de esta obra fundada dos años antes por el padre Hurtado para establecer un diálogo plural y respetuoso, no ideológico ni proselitista, entre fe y cultura.

Mensaje se convirtió en uno de los poquísimos medios que fue diciendo verdades silenciadas, como la existencia de desaparecidos o el atropello a los derechos humanos.

El mayor desafío que tenemos hoy es dialogar con una cultura de la digitalización en las comunicaciones, cultura que ha generado crisis en la prensa escrita. Nuestra página web debe posibilitar una lectura más sencilla, breve y clara.

P. Antonio Delfau, S.J., director entre junio de 1996 y septiembre de 2015:

Fui testigo de los esfuerzos que un grupo diverso de jesuitas y colaboradores laicos hacían para la publicación de la revista, inspirados en la misión que nos encargó san Alberto Hurtado en su fundación en octubre de 1951. El compromiso de todos ellos se ha hecho notar siempre como una de las fortalezas de la revista en el desarrollo de su línea editorial y en sus proyectos, involucrando, por cierto, el análisis constante de la actualidad y el discernimiento, desde una perspectiva humanista cristiana, de los caminos a seguir ante los grandes desafíos del país.

Seguramente, en su vocación de hacer una reflexión sobre Chile y el mundo, a la revista se le seguirá exigiendo un aporte en lo valórico y que sea capaz de mostrar convicciones profundas, en línea con su tarea esencial de desafiarnos a pensar a la luz del mensaje cristiano. En los tiempos actuales, esto puede involucrar resaltar el valor de la honestidad y el trabajo a largo plazo en el servicio público, cuya relevancia a veces olvida el mundo político.

P. Tony Mifsud, S.J. (†), director entre octubre de 2015 y abril de 2020:

Al asumir la dirección de la revista, en el contexto de una sociedad bastante dividida y polarizada, tenía la claridad de que Mensaje podría ser un espacio público, una plataforma, donde caben distintas posturas, con tal de que se presenten de manera seria, respetuosa y bien fundamentada. Esta libertad fomenta el diálogo, pero no significa neutralidad, porque la revista tiene una clara identidad cristiana e ignaciana.

A lo largo de estos años, la revista ha intentado ser fiel a su fundador y su intuición. Esta fidelidad ha significado cambios acordes a los distintos contextos y acentos, según los desafíos del momento. Ojalá la revista sepa ser creativamente fiel en la tarea de orientar a las personas en la construcción de una sociedad siempre más justa, donde todo ser humano tenga una cabida digna.

P. Juan Cristóbal Beytía, S.J., director desde mayo de 2020 hasta la actualidad:

Asumí la dirección de Mensaje tras un estallido social que había inestabilizado mucho al país y a inicios de la pandemia que estaba amenazando al mundo entero. Las certezas de las últimas décadas se habían esfumado. Los consensos sobre el proyecto social y los clivajes tradicionales fundados en partidos políticos se habían perdido para dar paso a multitud de movimientos identitarios de base con liderazgos difusos. Esto decantó en un proceso constituyente que tuvo dos intentos fracasados. Mensaje fue enfrentando los temas y las etapas del proceso con ecuanimidad y claridad, dando expresión a los adversarios, pero dando elementos de discernimiento cristiano adulto.

Foto: © Revista Mensaje

Hoy están cambiando las referencias con que organizábamos la sociedad: a pesar de notables progresos en las condiciones materiales de vida, adviene el populismo a la derecha y la izquierda, nuevos nacionalismos, formas agresivas de negociación internacional, cancelación de opiniones legítimas, rechazo a quienes son diferentes y la normalización de lógicas neoliberales. Esto significa que el Evangelio de Jesucristo sigue siendo muy necesario.

Más allá de las plataformas que usemos, tenemos el desafío de llegar a las nuevas generaciones, más ágiles y un tanto ansiosas, con profundidad de reflexión. La fe y la espiritualidad están adquiriendo nuevas formas en los jóvenes. Podemos llegar con una propuesta humanizante que dé solidez a sus vidas.

Así, en un mundo en constante cambio, Mensaje permanece fiel a su misión original, aquélla que ha buscado orientar, informar y generar diálogo entre las personas. Su capacidad de adaptarse a los desafíos contemporáneos sin perder su identidad la ha convertido en un referente para la reflexión cristiana y social en Chile. Con una historia marcada por el compromiso con la verdad y la justicia, la revista quiere mantenerse como una voz relevante en la construcción de una sociedad más equitativa y consciente. 

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