Sí a la bendición de parejas homosexuales y de divorciadas

Ante la petición de dos personas de ser bendecidas, aunque su condición de pareja sea «irregular» (por ejemplo, una pareja homosexual o una pareja de personas divorciadas previamente), será posible que el ministro ordenado las bendiga, pero sin que este gesto de cercanía pastoral contenga elementos que lo asemejen a un rito matrimonial. Así lo afirma la Declaración Fiducia supplicans  (Confianza suplicante) sobre el significado pastoral de las bendiciones, publicada por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe y aprobada por el Papa, este 18 de diciembre de 2023.

En la base de todo lo que pueda decirse sobre el significado de las «bendiciones» está la gran bendición de Dios que es Jesucristo, el gran don de Dios, su Hijo, bendición para toda la humanidad, que nos ha salvado a todos. Jesucristo es la Palabra eterna con la que el Padre nos ha bendecido «siendo nosotros todavía pecadores».

En el capítulo dos del documento, el más extenso, tras analizar las bendiciones en la Sagrada Escritura, la declaración ofrece una comprensión teológico-pastoral muy clara y completa. Las bendiciones tienen dos sentidos: uno «descendente», en que reconocemos el don amoroso de Dios que nos bendice, abraza, protege, fortalece,  y otro «ascendente», en que los creyentes bendecimos a Dios: bendecir equivale a alabar, celebrar, agradecer a Dios por su misericordia y amor fiel, y querer compartir esa gracia con nuestros prójimos.

Quien pide una bendición «se muestra necesitado de la presencia salvadora de Dios en su historia», y expresa «una petición de ayuda a Dios, una súplica, y la confianza en un Padre que puede ayudarnos a vivir mejor» (núm. 21).  Las personas que vienen espontáneamente a pedir una bendición muestran así su sincera apertura a la trascendencia, la confianza de su corazón que no se fía solo de sus propias fuerzas, su necesidad de Dios y el deseo de ir más allá de las limitaciones propias o de este mundo.

Esta petición de ser bendecidos –dice el documento- debe ser acogida y valorada en su  espontaneidad y libertad, «fuera de un marco litúrgico» oficial y formal (núm. 23). Consideradas desde la perspectiva de la piedad popular, «las bendiciones deben valorarse como actos de devoción». Para conferirlas no es necesario exigir como condición previa una «perfección moral previa» ni someter a las personas  a un análisis moral de su vida (cfr. núm. 25). Dice el Papa Francisco: «para Dios somos más importantes que todos los pecados que nosotros podamos hacer, porque Él es padre, es madre, es amor puro, Él nos ha bendecido para siempre. Y no dejará nunca de bendecirnos»; el Padre Bueno sigue queriendo nuestro bien y esperando que abramos nuestro corazón a Él y a una vida más plena.

Todos podemos reconocer a Dios en medio de nuestra vida –aunque no vaya muy ordenada- y agradecer a Él sus dones y pedir su bendición. Por eso el ministro ordenado puede unirse a la oración de aquellas personas que, «aunque estén en una unión que en modo alguno puede equivaler al matrimonio, desean encomendarse al Señor y a su misericordia, invocar su ayuda, dejarse guiar hacia una mayor comprensión de su designio de amor y de vida» (núm. 30). Estas bendiciones representan un gesto de la Buena Noticia hacia quienes «reconociéndose desamparados y necesitados de su ayuda, no pretenden la legitimidad de su propio status, sino que ruegan que todo lo que hay de verdadero, bueno y humanamente válido en sus vidas y relaciones, sea investido, santificado y elevado por la presencia del Espíritu Santo» (31), y así hacen presente la cercanía amorosa del Dios Bueno. Tales bendiciones brotan de la oración creyente e intercesora  de quien la ofrece de corazón, por eso no deben ser estandarizadas ni sujetas a un ritual ya establecido o normativo, sino confiadas a «un discernimiento práctico en una situación particular» (37). Reflejan así la apertura al Espíritu de Dios y la comunión de fe y amor que nos une.

Sin embargo, para evitar alguna confusión, cuando una pareja no casada o una pareja del mismo sexo pide la bendición, «nunca se realizará al mismo tiempo que los ritos civiles de unión, ni tampoco en conexión con ellos, ni con las  palabras propias de un matrimonio» (cfr. núm. 39), pero sí puede hacerse junto con otras personas que los acompañan.  Tal bendición no es lo mismo que aquella del sacramento del matrimonio en la Iglesia, como unión exclusiva, estable e indisoluble entre un hombre y una mujer.

La Declaración concluye así hermosamente: «Este mundo necesita bendición y nosotros podemos dar la bendición y recibir la bendición.  Porque el Padre nos ama. Y a nosotros nos queda tan solo la alegría de bendecirlo y la alegría de darle gracias, y de aprender de Él a no maldecir, sino bendecir. De este modo, cada hermano y hermana podrán sentirse en la Iglesia siempre peregrinos, siempre suplicantes, siempre amados y, a pesar de todo, siempre bendecidos».

Esta declaración es histórica y, con todas sus limitaciones, es un gran paso adelante en el ministerio de la Iglesia para las personas LGTBQ+. Y es un cambio respecto del documento de 2021 del mismo Dicasterio de la Doctrina de la Fe en el que se cerraba la puerta a las bendiciones de parejas del mismo sexo. La actual es una declaración oficial de la Doctrina de la Fe aprobada por el Santo Padre y que recoge la consulta a expertos;  no es una mera opinión del Papa o de algún Obispo. Teológicamente representa  un verdadero desarrollo de lo que se ha dicho sobre las bendiciones en el Magisterio y en los textos oficiales de la Iglesia. Esto explica que el texto haya adoptado la forma de una “Declaración”.


Foto de portada: Felipe Costa-Cathopic

16 respuestas

  1. Que bonitas palabras y transmites el amor de Dios madre-padre con el ejemplo de Jesús.

    Gracias por tu «en todo amar y servir» .

    Un fuerte abrazo Luis.

  2. Sr Orso,
    Dios deja muy claro VARÓN Y
    MUJER CREO, si usted quiere ir en contra de Dios , no solo lo lastima y crusifica por las almas que confundirá , tbm condena su alma
    Investigue el % de suicidios por disforia, no porque según son rechazados , es porque no son plenamente felices, porque van encontra de la naturaleza creada por Dios, QUE ES PERFECTA
    Le recomiendo humildemente como madre de una niña confundida por el adoctrinamiento LGB%, que se retracte … No tiene idea del DOLOR que trae ir en contra de Dios
    Orare por usted, porque la sangre de suicidios y El dolor familiar , cae en las manos de sacerdotes modernos mal formados y herejes, que no se han arrodillado y contemplado al Santísimo y percibido el gran dolor de esta desviación

    1. Estimada señora Ana, gracias por animarse a escribir aquí. Y gracias por compartirnos su dolor por tener una niña con disforia de género. Dios le inspire cómo acompañarla y cómo darle atención profesional especializada.
      Creo que la creación de Dios es tal como se da, como Él nos ha hecho a cada persona diferente, y Dios no condena nada de lo que ha creado. Así que su hijita es amada y bendecida por Dios.
      Dios siga guiando nuestra vida, la suya y la mía, y nos lleve a vivir con las bendiciones que Él nos regala.

  3. Dios lo ilumine y perdone
    Claro han cancelado mi comentario
    Entraré a revisión

    Soy madre de una MUJER ADOCTRINADA por progresistas LG$t
    Y conozco el dolor de la disforia

    Si hay atracción al mismo sexo, DIOS LOS AMA, pero los actos de sodomia Dios los condena … ayude a los que sufren de disforia a vivir en castidad

    1. Señora Ana, gracias por animarse a escribir y compartir su dolor por su hijita y su pesar por el escrito del Vaticano.
      No le cancelamos su mensaje, sino aquí está.
      Yo no escribí algo por mí mismo, sino resumo lo que dice la ‘declaración’ del Vaticano sobre el sentido de las bendiciones de Dios a toda persona.
      No veo porque me juzga como que digo mentiras.
      Si usted no me ve a mí como creyente cristiano ni acepta la declaración eclesial de las bendiciones, espero que Dios la ilumine y la acompañe, y la lleve a vivir según la caridad del Evangelio. Saludos.

  4. Mi muy querido Luis, gracias por compartir este análisis a la luz del espíritu y entender la gran anchura y altura del amor de Dios que sobrepasa nuestros razonamientos. Gracias por acompañarnos en el discernimiento de este documento

  5. Fiducia Suplicans No fue sometido a discernimento de todos los obispos del mundo. No es parte del Sinodo que tanto se habla. Y «Per se» no solo va en contra de un pronunciamiento anterior de Benedicto XVI, antecesor de Francisco sino que altera toda doctrina y pilar fundamental de la iglesia. Para pedir y recibir una bendicion, el hombre debe estar arrepentido, confeso y comprometido a «No pecar mas». Bendecir una relación extraña, ajena y no deseada por Dios es una herejía sin precedentes. Parejas que mantiene relaciones carnales fuera del matrimonio, o extramatrimoniales, se condenan al infierno por tratarse de un pecado mortal y la iglesia ofreciéndoles bendiciones gratuitas, amigables, incluisvas y mundanas, los ayuda a condenarse. De que lado estas ORSO ? Quiza seás parte de la ideología WOKE y es tiempo que armes tu propia iglesia LGBT ETC. y puedan modificar con Documentos caprichosos, lo que esta Escrito hace miles de años.

  6. Querido Padre Luis García Orso:
    ¡Muchísimas gracias por la generosidad de tu artículo!.
    Muchas gracias por mostrarnos que el amor se pone más en las obras que en las palabras.
    Gracias por ser un instrumento de Dios para la misericordia y en amor insuperablemente concretos.
    Que Dios te siga haciendo fecundo y pleno.
    Con amor,
    Meli Lerma

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