No por ser de Dios madre la elegida
te alabo, leve rosa de Judea,
ni frente a ti me asombro porque vea
que nazca el Sol de estrella complacida.
Más me asombra tu amor voluntarioso:
¡portar quiere al Creador esta creatura!:
al Eterno das cuerpo en tu ternura
y así, eres madre del Amor Hermoso.
Íntimo Dios, llegado, que se encuentre
«en tus ojos de Madre enamorada»,
y en el misterio oculto de tu vientre.
Yo contemplo el instante en que, arrobada,
Dices: «que el Dios, discreto huésped, entre»:
Momento eterno y Luz acurrucada.
Imagen: gonzalesroman-Cathopic
Un comentario
Para mi querido y admirado profesor Gabriel González nariz a quien respeto y aprecio por su bonomía gentileza caballerosidad y gran talento y capacidad le deseo los mayores éxitos en todo lo que emprenda
un fuerte abrazo mi querido Gabriel