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Poesía

Tres prodigios, soneto

«Ser hija de tu Hijo es paradoja:

lo dijo tu dorado florentino.

Mas es también misterio diamantino

que sea del Padre el Hijo a quien alojas».

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Soneto: Rosa de Judea

No por ser de Dios madre la elegida

te alabo, leve rosa de Judea,

ni frente a ti me asombro porque vea

que nazca el Sol de estrella complacida.

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Se van

Pero, con todo y todo, 

no soy  

-aunque para algunos resulte una locura- 

el poema de la desdicha.

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El poeta, un trabajador de Dios

Entrevista con Benjamín González Buelta, jesuita y poeta. Vive en Cuba en donde realiza una importante labor pastoral. Está encargado además de la formación de los jesuitas latinoamericanos en su periodo de Tercera Probación.

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