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¿Qué es la mistagogía? 

La mística es un don gratuito. No depende de nuestros esfuerzos ni se le alcanza a través de méritos o autoperfeccionamientos. Sin embargo, como todo don, es necesario que el receptor acepte el don para que éste pueda ser recibido, pues un regalo que no se acepta deja de ser una relación gratuita. En ese sentido, si bien nunca hemos de dejar de enfatizar la gratuidad del don místico, tampoco por ello habría que dejar de lado los caminos y las prácticas que sensibilizan a la persona y a la comunidad para ser receptores más conscientes y disponibles de este don. 

Podemos abordar este problema con el conocido pasaje de la conversión de san Pablo camino a Damasco (Hch 9, 1–18). Una interpretación muy común de este episodio de la vida de Pablo considera que la conversión se dio instantáneamente. Si revisamos bien la historia, en realidad no es difícil percatarse de que Saulo vivió un proceso de conversión mucho más largo, con episodios significativos, como por ejemplo haber presenciado el martirio de Esteban (Hch 7, 54–8,1). Cuando Saulo quedó ciego camino a Damasco, fue la acogida de una comunidad cristiana la que poco a poco fue acompañándole en el asentamiento de su experiencia, y, por ende, en su conversión.

Todo camino místico es eso, un camino, que implica una serie de etapas por las que otras personas también han transitado. Las comunidades espirituales han digerido sus experiencias de distintas maneras y han creado metodologías y guías para acompañar los procesos de quienes vienen después de ellos. Así se transmite una tradición, propiciando la experiencia fundante de una comunidad a los recién llegados. A este conjunto de prácticas, escritos, éticas y guías o maestros espirituales se les puede adjetivar como «mistagógicos», es decir, elementos pedagógicos para conducir a una persona a un encuentro auténtico con el Misterio.  


Foto: Cathopic.

Un comentario

  1. Perdón, lo primero es qué hay que leer bien la Sagrada Escritura. En ninguno de los relatos de la conversión de Saulo hay caballo alguno metido.

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