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Judith Velasco, la artista plástica que ilustra el evangelio

Judith Velasco, artista plástica, formadora de jóvenes y catequista en años recientes, se ha propuesto una tarea creativa: ilustrar los evangelios y con ello acercar la palabra a los más jóvenes.

Orar con el Evangelio de Lucas es el primero de una serie de libros para colorear, que Velasco comenzó en plena pandemia y con el que busca trazar un itinerario de oración ilustrada en la que, quien se anima a leer, podrá profundizar en el evangelio y la vida de Jesús por medio de la contemplación y el dibujo.

«Me inspiré muchísimo en los murales de Giotto, cuya obra más conocida son los frescos de la basílica san Francisco de Asís. Él es un un artista del Trecento que lo que hizo fue abrir las puertas al Renacimiento; sus figuras transmitían una expresividad que no se había visto antes, porque las figuras venían del arte bizantino, del románico, que son figuras muy estáticas y en posturas muy canónicas», explica la artista sobre su trabajo creativo en este libro, en el que buscó dar vida a escenas claves de Lucas, el evangelista «más literario», de acuerdo con Velasco.

Ilustrado a mano y digitalizado por la editorial Casa del Catequista, los 25 pasajes que dan vida a este libro de dibujo retratan la vida de Jesús, desde su nacimiento hasta su resurrección y otras escenas clave para entender la fe cristiana, como la parábola del hijo pródigo, la oveja perdida, la multiplicación de los panes y el buen samaritano.

Las parábolas ilustradas recrean los escenarios, la vegetación y los vínculos que existen entre los personajes. Cada capítulo es un recorrido que está conformado por un dibujo a colorear, el pasaje bíblico y una serie de preguntas que permiten profundizar en la escena y hacer oración desde la contemplación.

Inspirada también en los cuadernos para dibujar mandalas, Judith Velasco considera que los evangelios son «pasajes vitales» que permiten recorrer y transmutar situaciones y emociones: «De la tristeza a la esperanza, del ensimismamiento a la comunidad», dice.

«Por eso se llaman ‘pasajes del evangelio’, porque es algo que tienes que atravesar, que tienes que recorrer (…) tú empiezas leyendo desde un estado y al hacer el recorrido del pasaje sales con nuevas ideas, con la perspectiva de Jesús sobre cómo miraba, cómo sentía, cómo hablaba, cómo se relacionaba», explica la artista.

Jesús, representado en su libro con un corazón que arde y vibra en el centro de su pecho, recorre su vida rodeado de personajes como su madre, sus amigos discípulos y otras personas que van conociendo su mística.

Ilustrar la vida de Jesús ha sido un reto para Judith, pues explica que existen visiones canónicas sobre lo que ésta figura representa para la fe y que se ha acompañado de una estética definida que de la que pocas veces el artista logra escapar.

«La estética define una ética, y en ese sentido el arte es fundamental en la transmisión de esa ética y ésta tiene que ser universal. (…) El verdadero arte tiene esa cualidad de poder mostrar una realidad que va más allá de las pequeñas ediciones de estilo o de corrección política, que te dicen que si vas hablar de Jesús solamente puedes hablar de esta manera y solamente sí estás como autorizado», considera Velasco.

La artista cuenta que, para idear la composición de las imágenes, imaginó a cada uno de los personajes en relación con Jesús buscando descifrar «cómo lo miraban».

«Solemos centrarnos en Jesús en cómo miraba él. Pero yo más bien me puse del otro lado, ¿cómo yo lo hubiera visto? ¿Cómo hubiera querido seguirlo? ¿Qué tipo de gestos y actitudes tendría? ¿Cómo lo acogen? ¿Cómo responden a su presencia?»

El reto de hablarle a los más jóvenes

Con este libro Velasco, madre de dos adolescentes, busca crear una experiencia profunda que pueda ser accesible a los más pequeñitos. En este sentido, la también catequista considera que tendría que invertirse la enseñanza del catecismo, pues hoy en día la formación de la niñez en la fe cristiana empieza con la introducción a los sacramentos y no ahonda en la figura de Jesús.

«El niño o la niña pueden hacer su primera comunión muchas veces sin haber leído los evangelios, sin haberse introducido en los gestos y modos de la presencia de Jesús. Tendríamos que hacer una lectura directa de los evangelios sin necesidad de interpretarlos y ya después que la catequesis sea como un acompañamiento de las inquietudes que le surgen. Por ejemplo: a veces los niños nos preguntan, ‘¿Por qué si Judas era su amigo lo traicionó? ¿Por qué si él pudo salvarse no lo hizo?’ Todas esas cosas son a final de cuentas posicionamientos vitales y existenciales».

Sobre los retos de enseñar la fe en tiempos actuales, en los que hay un exceso de imágenes y contenidos visuales a los que niños y niñas tienen acceso diariamente, la artista considera que el arte es un herramienta clave que permite entender la realidad desde lo simbólico.

«Cuando hablamos de la creación del mundo no puedes solamente presentarles el relato del Génesis desde una concepción literal, pues el niño ahorita tiene todos los argumentos para decirte ‘esto es falso’. Es ahí cuando el arte y el sentido simbólico cobran muchísimo peso. El niño tiene muchísima capacidad para captar el símbolo, muchísima más de la que creemos. Entonces, si tú de entrada le dices ‘esto no es literal’, sino que es una representación simbólica de lo que los seres humanos hemos entendido sobre la realidad trascendente, la va a entender, y además al niño le puedes hablar perfectamente con palabras que a lo mejor lo reten, pero después de que le dices qué significan las entienden».

Así, a decir de Velasco, el acompañamiento del catequista se torna algo más profundo y sustancial, pues no busca sólo la adhesión a una doctrina, sino que trata  «de resolver existencialmente lo que se presenta en el evangelio, porque el evangelio es una paradoja y la paradoja no se puede resolverse más que existencialmente», concluye.

El libro Orar con el Evangelio de Lucas se puede adquirir en las librerias Gonvill, en el sitio web de Ediciones Casa del catequista y en las librerías de la misma casa editorial (Madero # 377, Zona Centro de Guadalajara y Plaza Punto Zapopan, local 3).


Fotos: Cristina Paloma Robles Muro-revista Christus

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