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El último vagón  

La edad de 10 años es un tiempo importante de nuestra infancia y que seguramente recordaremos como personas adultas: los juegos y convivencias, las amistades más empáticas, los ejemplos de los padres, los días en la escuela, y un maestro o una maestra en particular. El último vagón nos refleja de forma muy cercana y sensible esa edad, con la peculiaridad de que el grupo de niños y niñas y la maestra Georgina desarrollan sus días de enseñanza primaria en un vagón de ferrocarriles bien habilitado para este propósito. El niño protagonista de la historia es Ikal, que poco sabe de escuelas porque su papá trabaja en la construcción de vías de ferrocarril, y la familia va mudando de residencia conforme avanza el trabajo de las vías. En el pueblito último en que viven Ikal es invitado a formar parte de la escuela y a recibir clases también particulares de la maestra Georgina. 

Los vagones convertidos en aulas son parte de la historia mexicana, mientras se trazaba la red ferroviaria por el país, desde finales del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX. Cuando se concluyó el trabajo de las vías estas escuelas multigrados desaparecieron —y por desgracia, también muchas escuelitas en el campo—. Esta película, de recién estreno en Netflix, es un recuerdo de aquel tiempo pero, sobre todo, un homenaje a sus maestros, a los docentes rurales y a todos los maestros hasta hoy. 

La actriz Adriana Barraza personifica a la maestra Georgina, con todo el cariño, la disciplina, el compromiso, la dedicación que una verdadera educadora sabe poner en su vida y en su vocación. Cabe resaltar que Barraza ha sido también maestra de actuación por cincuenta años. 

Tres niños de entre 10 y 11 años de edad y una niña son la pandilla de amigos, con Ikal como protagonista. Con ellos vamos viendo cómo se va fraguando una amistad, que con juegos y aventuras unen a un grupo, cómo enfrentan dificultades y peligros, cómo cada quién va descubriendo lo que quiere ser, qué cosas valen más en la vida. No sólo la escuela enseña, sino la vida misma, pero más al ser acompañada del afecto y la sabiduría de un adulto; no sólo los vivos, sino también personas que dejaron historia. En El último vagón la maestra abrirá los horizontes de Ikal al acercarlo a la imaginación visionaria de Julio Verne y al compromiso por el bien y contra las fuerzas del mal de Kalimán, nuestro héroe netamente mexicano desde hace 60 años. Y hasta un circo nos hace imaginar maravillas. Literatura, artes, cine, también nos educan en lo mejor de la vida cuando despiertan y animan nuestros pensamientos y nuestra imaginación a algo mejor. 

Ernesto Contreras, el director de este filme, ha desarrollado una carrera impecable por su profesionalidad y seriedad, y por ayudarnos a dirigir nuestra mirada a personas poco importantes en la sociedad, pero que nos contagian de humanidad. En Párpados azules (de 2007) dos personas solas e insignificantes buscan cómo acompañarse en un viaje. Sueño en otro idioma (2017) nos atrapa en el misterio de dos hombres ancianos, muy amigos cuando jovencitos, que ahora no se dirigen la palabra. Cosas imposibles (2021) es lo que logra unir a una mujer adulta y oprimida y a un jovencito vecino también marginado. Ahora El último vagón (2023) nos conecta desde el corazón con los recuerdos de lo mejor de la infancia y de lo que se queda para siempre, gracias a las personas que estuvieron a nuestro lado y nos ayudaron a ser cada quien lo que es. 

El director de la película sabe presentar en cada escena los detalles, los gestos, los sentimientos, la recreación de lugares y los paisajes para lograr una narrativa muy sencilla, sensible y auténtica de la historia, que va dejando en el espectador una sensación de afecto y de paz, que pocas películas ofrecen, y la convierte sin duda en un buen cine para ver en familia. 


Foto de portada: Fotograma-El úlimo vagón (Director y productor Ernesto Contreras. 2023)

9 comentarios

  1. Gracias Padre Luis. Que valioso e importante es que una película como esta nos lleve a recorrer con todos los sentidos, lo importante que fueron y son los maestros. Resalto lo que usted escribe… “poner la mirada a personas poco importantes en la sociedad, pero que nos contagian de humanidad”…
    Es una película donde resalta el amor en la vocación. Cuando personas como la maestra Guillermina, eligen hacer lo que verdaderamente aman, sin importar las condiciones de vida, son las personas que sostienen al mundo en un equilibrio de amor y servicio.

  2. Les recomiendo buscar las otras películas del mismo director, que menciono en mi artículo. Son excelentes. Creo que están en Prime Video.

  3. Mi querido Luis excelente artículo, y me dio mucho conocerte en persona y platicar contigo, me encantó la película y con tu visión mucho más, seguimos en contacto 🙏🏻🙏🏻🙏🏻

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