En este mes de septiembre el papa Francisco nos invita a orar por el clamor de la Tierra: “Oremos para que cada uno de nosotros escuche con el corazón el clamor de la Tierra y de las víctimas de las catástrofes naturales y del cambio climático, comprometiéndonos personalmente a cuidar el mundo que habitamos”. A la luz de esta intención y siguiendo la encíclica Laudato si’ recomiendo estas películas para comentar y analizar en nuestras comunidades.
La sal de la Tierra (The Salt of the Earth) de Win Wenders-Juliano Ribeiro Salgado (Francia, 2014, 100 min.)
Este documental nos cuenta la historia del fotógrafo Sebastião Salgado, que desde hace más de 40 años se ha dedicado a retratar las vidas de los desposeídos del mundo, la emigración masiva provocada por la hambruna, desastres naturales y el deterioro medioambiental. En 1998, junto con su esposa Léila Winick, funda el Insituto Terra en el rancho familiar de Aimorés Brasil, donde pasó su infancia el fotógrafo. Conozcamos aquí cómo esta pareja logra recuperar la selva de la Mata Atlántica que había rodeado a la finca antes que se introdujera el ganado. Comentemos y reflexionemos lo que nos dice el papa Francisco en su encíclica ecológica: “La violencia que hay en el corazón humano, herido por el pecado, también se manifiesta en los síntomas de enfermedad que advertimos en el suelo, en el agua, en el aire y en los seres vivientes. Por eso, entre los pobres más abandonados y maltratados, está nuestra oprimida y devastada tierra, que «gime y sufre dolores de parto» (Rm 8,22). Olvidamos que nosotros mismos somos tierra (cf. Gn 2,7). Nuestro propio cuerpo está constituido por los elementos del planeta, su aire es el que nos da el aliento y su agua nos vivifica y restaura” (Laudato si’, n. 2). Oremos con el Papa para que escuchemos este clamor de la Tierra.
Hogar (Home) de Yann Arthus-Bertrand (Francia, 2009, 90 min.)
Con sorprendentes imágenes captadas desde el cielo de más de 50 países, este documental nos muestra la diversidad de la vida en la tierra y cómo las actividades humanas se han convertido en una amenaza para el equilibrio ecológico del medio ambiente. Esta película nos puede ayudar a tomar conciencia de la explotación desmesurada del planeta y pensar juntos en un nuevo modo de relacionarnos con Dios que nos mira desde lo alto, con los demás y con nuestra casa común. En los primeros números de su encíclica el papa Francisco nos dice al respecto: “La destrucción del ambiente humano es algo muy serio, porque Dios no sólo le encomendó el mundo al ser humano, sino que su propia vida es un don que debe ser protegido de diversas formas de degradación. Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en ‘los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad’. El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y de ‘tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado’ ” (Laudato si’, 5). Oremos con el Papa para que nos comprometamos a cuidar el mundo que habitamos.
Francisco, juglar de Dios (Francesco, giullare di Dio) de Roberto Rossellini (Italia, 1950, 83 min.)
Obra épica y espiritual co-escrita por Federico Fellini, basada en el libro Las florecillas de san Francisco, que nos cuenta cómo vivían los primeros franciscanos su relación con Dios, con la naturaleza y con los más pobres y abandonados. Al comienzo de su encíclica el papa Francisco hace alusión a san Francisco de Asís: “No quiero desarrollar esta encíclica sin acudir a un modelo bello que puede motivarnos. Tomé su nombre como guía y como inspiración en el momento de mi elección como Obispo de Roma. Creo que Francisco es el ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral, vivida con alegría y autenticidad. Es el santo patrono de todos los que estudian y trabajan en torno a la ecología, amado también por muchos que no son cristianos. Él manifestó una atención particular hacia la creación de Dios y hacia los más pobres y abandonados. […] Era un místico y un peregrino que vivía con simplicidad y en una maravillosa armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo” (Laudato si’ n. 10). Oremos con el Papa para que escuchemos el clamor de la Tierra y podemos vivir en armonía con Dios, con los demás y con la naturaleza.
WALL-E de Andrew Stanton (E.U., 2008, 98 min.)
Esta película es una historia de amor en un mundo devastado. WALL-E es un robot que fue programado para recoger y compactar basura del planeta. De los muchos robots diseñados para esta misión de limpieza, WALL-E es el único sobreviviente en la tierra. Esta historia se desarrolla en dos espacios: en la tierra llena de basura a la que es enviada una robotina llamada EVA para ver si hay señales de vida y en una nave espacial llamada Axioma, en la que sobreviven los humanos, que es una especie de Arca de Noé (cfr. Gn 6, 9-22) con mucha tecnología donde los seres humanos esperan algún día poder regresar a la tierra. Veamos esta película teniendo de trasfondo el relato de la creación del hombre (Adán) y la mujer (Eva) en Gn 2, 1-25 y lo que nos dice el papa Francisco su encíclica: “El desafío urgente de proteger nuestra casa común incluye la preocupación de unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral, pues sabemos que las cosas pueden cambiar. El Creador no nos abandona, nunca hizo marcha atrás en su proyecto de amor, no se arrepiente de habernos creado. La humanidad aún posee la capacidad de colaborar para construir nuestra casa común. […] Los jóvenes nos reclaman un cambio. Ellos se preguntan cómo es posible que se pretenda construir un futuro mejor sin pensar en la crisis del ambiente y en los sufrimientos de los excluidos” (Laudato si’ n. 13). Oremos con el Papa para que con responsabilidad cuidemos nuestra casa común.