Cine que acompaña a los peregrinos de la esperanza

En este mes de diciembre el papa Francisco nos invita a orar con él por los peregrinos de esperanza: «Oremos para que este Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana». A la luz de esta intención y de la encíclica Lumen Fidei recomiendo estas películas para comentar y analizar en nuestras comunidades.

Abraham de Joseph Sargent (Alemania, 1994, 175 min)

Esta película, protagonizada por Richard Harris, cuenta la historia de Abraham, primer patriarca de Israel. Con un buen guion, fiel al libro del Génesis y buenas actuaciones, podemos acompañar a Abraham en su peregrinación con todo lo que este tiene de renuncias y entrega confiada, de luces y sombras, de claridades y dudas existenciales, de fe y esperanza. Reflexionemos y comentemos esto que nos dice el papa Francisco: «Lo que esta Palabra comunica a Abrahán es una llamada y una promesa. En primer lugar es una llamada a salir de su tierra, una invitación a abrirse a una vida nueva, comienzo de un éxodo que lo lleva hacia un futuro inesperado. La visión que la fe da a Abrahán estará siempre vinculada a este paso adelante que tiene que dar: la fe ‘ve’ en la medida en que camina, en que se adentra en el espacio abierto por la Palabra de Dios. Esta Palabra encierra además una promesa: tu descendencia será numerosa, serás padre de un gran pueblo (cf. Gn 13,16; 15,5; 22,17). Es verdad que, en cuanto respuesta a una Palabra que la precede, la fe de Abrahán será siempre un acto de memoria. Sin embargo, esta memoria no se queda en el pasado, sino que, siendo memoria de una promesa, es capaz de abrir al futuro, de iluminar los pasos a lo largo del camino. De este modo, la fe, en cuanto memoria del futuro, memoria futuri, está estrechamente ligada con la esperanza« (n. 9). Oremos con el papa para que este Jubileo nos fortalezca en la fe.

Éxodo: Dioses y reyes de Ridley Scott (E.U.-Reino Unido-España, 2014, 150 min.)

Basada en el libro del Éxodo, esta película narra la vida de Moisés desde el día en que nació hasta su muerte. Cine de gran formato, con un buen reparto (Christian Bale, Joel Edgerton, Ben Kingsley, Sigourney Weaver), centenares de extras y visualmente espectacular. Podemos destacar la travesía de los carros y el ejército del Faraón por los caminos montañosos en la persecusión de los hebreos y el mismo paso del Mar Rojo. Reflexionemos y comentemos esto que nos dice el papa Francisco: «En la fe de Israel destaca también la figura de Moisés, el mediador. El pueblo no puede ver el rostro de Dios; es Moisés quien habla con YHWH en la montaña y transmite a todos la voluntad del Señor. Con esta presencia del mediador, Israel ha aprendido a caminar unido. El acto de fe individual se inserta en una comunidad, en el ‘nosotros’común del pueblo que, en la fe, es como un solo hombre, ‘mi hijo primogénito’, como llama Dios a Israel (Ex 4,22). La mediación no representa aquí un obstáculo, sino una apertura: en el encuentro con los demás, la mirada se extiende a una verdad más grande que nosotros mismos. […] La fe es un don gratuito de Dios que exige la humildad y el valor de fiarse y confiarse, para poder ver el camino luminoso del encuentro entre Dios y los hombres, la historia de la salvación» (n. 14). Oremos con el papa para que este Jubileo nos transforme en peregrinos de la esperanza.

Ciudad de Dios de Fernando Meirelles y Kátia Lund (Brasil, 2002, 130 min.)

Esta película, basada en hechos reales, se desarrolla en un suburbio de Río de Janeiro llamado Ciudad de Dios donde el crimen organizado, el tráfico de drogas y la violencia impusieron su ley en las favelas. A finales de los sesenta, Buscapé, un niño de 11 años, observa a los niños duros de su barrio que roban, trabajan para los criminales y se enfrentan a la policía. Buscapé busca sobrevivir, como un gallo en persecusión por toda la favela, y dedicarse a su pasión: la fotografía. Comentemos y reflexionemos esto que nos dice el papa Francisco: «la fe es un bien para todos, es un bien común; su luz no luce sólo dentro de la Iglesia ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos ayuda a edificar nuestras sociedades, para que avancen hacia el futuro con esperanza. La Carta a los Hebreos pone un ejemplo de esto cuando nombra, junto a otros hombres de fe, a Samuel y David, a los cuales su fe les permitió ‘administrar justicia’ (Hb 11,33). Esta expresión se refiere aquí a su justicia para gobernar, a esa sabiduría que lleva paz al pueblo (cf. 1 S 12,3-5; 2 S 8,15). Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de Dios}. (n. 51). Oremos con el papa para que este Jubileo nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en nuestra vida cotidiana.

El lugar de la esperanza (Herself) de Phyllida Lloyd (Irlanda, 2020, 97 min.)

Esta película nos cuenta la historia de Sandra (Clare Dunne, estupenda), una madre soltera, que trabaja limpiando casas para sacar a sus dos hijas adelante. Su ex marido es abusivo, violento y busca quedarse con las niñas. Después que el sistema de vivienda no la apoya, ella decide construir su propia casa investigando en internet y con una red de apoyo de amigos y conocidos. En este proceso no solo construye una casa, sino se descubre a sí misma, crece en la fe y encuentra un lugar de esperanza. Esta película se presentó en el festival de Sundance en enero del 2020, en España se estrenó con el título Volver a empezar. Comentemos y reflexionemos esto que nos dice el papa Francisco: «La fe transforma toda la persona, precisamente porque la fe se abre al amor. Esta interacción de la fe con el amor nos permite comprender el tipo de conocimiento propio de la fe, su fuerza de convicción, su capacidad de iluminar nuestros pasos. La fe conoce por estar vinculada al amor, en cuanto el mismo amor trae una luz. La comprensión de la fe es la que nace cuando recibimos el gran amor de Dios que nos transforma interiormente y nos da ojos nuevos para ver la realidad» (n. 26). Oremos con el papa para que este Jubileo nos ayude a crecer en la fe y construir lugares de esperanza.

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