Cine que convoca a la vida consagrada

En este mes de febrero el papa Francisco nos invita a orar con él por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa: «Oremos para que la comunidad eclesial acoja los deseos y las dudas de los jóvenes que sienten la llamada a servir la misión de Cristo en la vida sacerdotal y religiosa». A la luz de esta intención y de la Exhortación Apostólica Gaudette et exsultate del papa Francisco sobre el llamado a la santidad en el mundo actual, recomiendo estas películas para comentar y analizar en nuestras comunidades.

Monsieur Vincent de Maurice Cloche (Francia, 1947, 111 min.)

Esta película, ganadora del Óscar a la mejor película extranjera en 1949, nos presenta la vida de san Vicente de Paúl (1581-1660): sacerdote que dedicó su vida a paliar las miserables condiciones de vida de los campesinos pobres en Francia, sobre todo después de la guerra de la Fronda (1648-1653). Fundador de la Congregación de la Misión y, junto con Luisa de Marillac, de la Compañía de las Hijas de la Caridad.  Reflexionemos y comentemos estas palabras del Papa Francisco: «Para un cristiano no es posible pensar en la propia misión en la tierra sin concebirla como un camino de santidad, porque ‘esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación’ (1 Tes 4, 3). Cada santo es una misión; es un proyecto del Padre para reflejar y encarnar, en un momento determinado de la historia, un aspecto del Evangelio. Esa misión tiene su sentido pleno en Cristo y solo se entiende desde él. En el fondo la santidad es vivir en unión con él los misterios de su vida» (n. 19-20). Oremos con el Papa para que sepamos acompañar a los jóvenes en su camino de santidad y descubran el llamado que Jesús les hace.

¿Quién sabe cuánto cuesta hacer un ojal? de Ricardo Larraín (Chile, 2005, 90 min.) 

Esta película cuenta la historia de san Alberto Hurtado desde su niñez y juventud hasta su entrada a la Compañía de Jesús. Todo trasnscurre a principios de 1900, cuando el joven Alberto, se pregunta por el sentido de su vida, de su fe como cristiano, de su vocación. En esta búsqueda pronto nos conectamos con él: cuando va al campo, a la universidad o con las costureras; cuando platica con su madre, cuando sale con los amigos, cuando ora y platica con su padre acompañante en su proceso de discernimiento vocacional. Reflexionemos y comentemos estas palabras del papa Francisco: «Ojalá puedas reconocer cuál es esa palabra, ese mensaje de Jesús que Dios quiere decir al mundo con tu vida. Déjate transformar, déjate renovar por el Espíritu, para que eso sea posible, y así tu preciosa misión no se malogrará. El Señor la cumplirá también en medio de tus errores y malos momentos, con tal que no abandones el camino del amor y estés siempre abierto a su acción sobrenatural que purifica e ilumina» (n. 24). Oremos con el Papa para que la comunidad eclesial acompañe en sus deseos y dudas a los jóvenes que sienten un llamado a la vida religiosa y sacerdotal.

Juan Pablo I, la sonrisa de Dios de Giorgio Capitani (Italia, 2006, 200 min.)

Esta película nos cuenta la vida de Albino Luciani cuando era niño, cuando siente el llamado a ser sacerdote y cuando ejerce su ministerio como cura de pueblo, obispo, patriarca de Venecia y, finalmente, como papa con el nombre de Juan Pablo I. El parecido del actor Neri Marcorè con el papa Juan Pablo I es sorprendente y también su interpretación que nos recuerda la figura dulce, amable y sonriente de este papa que fue llamado por el pueblo ‘El papa de la sonrisa’ o ‘La sonrisa de Dios’. Acojamos la invitación que nos hace el Papa Francisco al discernimiento de la propia misión: «Tú también necesitas concebir la totalidad de tu vida como una misión. […] Pregúntale siempre al Espíritu qué espera Jesús de ti en cada momento de tu existencia y en cada opción que debas tomar, para discernir el lugar que eso ocupa en tu propia misión. Y permítele que forje en ti ese misterio personal que refleje a Jesucristo en el mundo de hoy» (n. 23). Oremos con el Papa para que el Espíritu suscite vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa.

San Agustín de Christian Duguay (Italia-Alemania, 2010, 240 min.) 

Esta película nos presenta la vida de san Agustín sustentada en hechos históricos y en sus mismas confesiones; pero también con algunos anacronismos o elementos de ficción que sirven más bien a la trama. La historia comienza con el asedio de la ciudad de Hipona por parte de los vándalos (en el año 430). Agustín es obispo y él mismo nos cuenta su vida y cómo buscaba con inquietud la verdad en la filosofía; cómo pasó del maniqueísmo al escepticismo hasta encontrarse finalmente con Cristo. Reflexionemos y comentemos estas palabras del Papa Francisco: «si ya no ponemos distancias frente a Dios y vivimos en su presencia, podremos permitirle que examine nuestro corazón para ver si va por el camino correcto (cf. Sal 139,23-24). Así conoceremos la voluntad agradable y perfecta del Señor (cf. Rm 12,1-2) y dejaremos que él nos moldee como un alfarero (cf. Is 29,16). Hemos dicho tantas veces que Dios habita en nosotros, pero es mejor decir que nosotros habitamos en él, que él nos permite vivir en su luz y en su amor» (n. 51). Oremos con el Papa para que los jóvenes descubran cual es la voluntad agradable y perfecta en su vocación.

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