Cine: Te estoy amando locamente

Sevilla, junio de 1977. Miguel es un chavo de 17 años que se sabe homosexual pero no se atreve a decírselo a nadie, y menos a su madre viuda, la señora Remedios, que lo alienta a preparar el examen de ingreso a la carrera de Derecho, mientras Migue aspira a cantar, travestirse y presentarse en un programa de talentos en televisión. Cuando Miguel conoce al grupo de jóvenes líderes del Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria (MHAR) y a la cantante La Dani en una discoteca clandestina donde se reúne gente del colectivo a divertirse, el chavo tímido y de clóset siente que ése es el grupo y el ambiente donde puede encontrarse a sí mismo.

En la historia real, de hecho existió en Sevilla este grupo llamado Movimiento Homosexual de Acción Revolucionaria, MHAR, que se forma en plena clandestinidad tres meses antes de la muerte de Francisco Franco (el 20 de noviembre de 1975), según explica Mar Cambrollé, una de sus fundadoras. Sus primeros pasos y sus primeras reuniones, en la ya transición española, se hallan en un salón que las Juventudes Obreras Cristianas, JOC, tenían dentro del Palacio Arzobispal de Sevilla, pues Cambrollé pertenecía a esa organización. Cuenta Mar que pedía a sus compañeros y compañeras que, «por favor, se comportaran y no sacasen la pluma mientras pasaban por delante del conserje», aunque algunos de ellos hacían caso omiso. ¿Quién se iba a imaginar que en el mismo Palacio Arzobispal se reunían 40 «maricones» preparando la revolución de los colectivos LGBTQ+ y una nueva legislación de sus derechos humanos?

Precisamente en junio de 1977 se dan las primeras elecciones democráticas en España, después de cuarenta años de las anteriores y del largo y oscuro gobierno de Franco. Está vigente la Ley de peligrosidad social, en la que se incluía no sólo a maleantes y delincuentes, sino a personas homosexuales, quienes podían ser aprehendidas y llevadas a procesos de reeducación, o sencillamente prohibirles reunirse o manifestarse en público.

El malagueño Alejandro Marín escribe y dirige este filme reivindicativo, empático y muy sensible, que hace recordar el Stonewall de Nueva York pero en Sevilla, de un grupo de jóvenes entusiastas, los primeros gais, lesbianas y transexuales que se atrevieron en la incipiente democracia española a salir del armario, a presentarse ante la opinión pública como lo que eran: un colectivo marginado y perseguido, que sufría con frecuencia la arbitrariedad de la «justicia» franquista en forma de detenciones, encarcelamientos y torturas, y que se atrevieron a tomar la calle para exigir sus derechos humanos y ciudadanos y una nueva legislación.

Pero la película atrapa, sobre todo, por el camino de crecimiento y liberación de Miguel —no fácil de conseguir— y el proceso de asunción de una madre, Reme, de la identidad de su hijo —aún más difícil de lograr— desde sus creencias dentro de una educación y tradición homófoba. Cuando el joven hijo es reprimido por la policía el amor de madre salta para romper con ese ambiente y luchar por la libertad junto a los demás. La unidad de los diferentes fragua una comunidad contra las injusticias y a favor de la dignidad. Madre, hijo y todo el colectivo entrelazan una historia de amor y de esperanza, aunque el amor a veces se aloque.

Te estoy amando locamente se gana al público por la sinceridad y la verdad de la narración y de las actuaciones, por sus diálogos tan reales que saben a gente, por su simpatía y humor, por escenas notables como la de Reme increpando a las «malas compañías» que han influido en su hijo o luego intercediendo por él en casa del poderoso abogado franquista que la menosprecia, y porque una película como ésta recoge la memoria histórica que no se ha de perder, para que las nuevas generaciones reconozcan también por medio del cine de dónde venimos como sociedad en la lucha por las identidades sexuales y qué podemos seguir aprendiendo y creando.

Estrenada a mediados de 2023 y ahora en plataformas libres o de Movistar Plus+, la película ha gustado tanto que en la crítica pública alguien escribe: «Soy de derechas, pero la peli mola (me encanta)». Llega a los premios Goya del cine español con cinco nominaciones: guion, dirección, actuaciones y un gusto de canción que es «Yo sólo quiero amor», de Rigoberta Bandini, en la que el joven protagonista expresa: «Tengo ganas de no explicar por qué. Yo te quiero querer sin miedo… Quiero contarle a Dios quién quiero ser».


Fotograma: Te estoy amando Locamente (Dir. Alejandro Marín. 2023)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Síguenos en nuestras redes sociales
Suscríbete al boletín semanal

    Enlázate con
    Previous slide
    Next slide
    Artículos relacionados