Sobre la opción por los pobres, una lectura de Gustavo Gutiérrez

El mes de octubre pasado falleció en la ciudad de Lima el sacerdote católico Gustavo Gutiérrez Merino, conocido como el padre de la teología de la liberación.

Había nacido en la misma ciudad de Lima en 1928. Estudió medicina en la Universidad de San Marcos. Finalmente, decidió dedicar su vida al servicio de los demás como sacerdote. Esto lo llevó a hacer nuevos estudios en varias universidades europeas. Se ordenó como sacerdote en 1959.

De regreso a su país sirvió en varias comunidades marginadas, donde palpó las carencias acuciantes de muchas familias. Participó en el Concilio Vaticano II como asistente de varios obispos y, posteriormente, en dos importantes asambleas de los obispos latinoamericanos: la que tuvo lugar en Medellín en 1968 y la que se desarrolló en Puebla en 1979.

Frente a la realidad de la pobreza que afligía a millones de personas latinoamericanas, los obispos reunidos en esa ciudad colombiana trataron de motivar a los sacerdotes, religiosas y laicos activistas para que se involucraran en el grave problema de la desigualdad y ofrecieran respuestas a las carencias que afligían a las familias marginadas.

En 1971 Gustavo publicó un libro titulado Teología de la liberación. Hasta ese momento nadie había escrito acerca de este tema. Esto motivó el sobrenombre que ya mencionamos.

Entre las propuestas que desarrolló en esta publicación mencionamos tres:

Primera: para combatir las creencias que existían en esos años el padre Gutiérrez explicó que los pobres no son inferiores a las personas que tienen un mejor nivel de vida ni son perezosos de por sí. La pobreza se debe a que las naciones poderosas, situadas en su mayoría en el norte global, les imponen a los países del sur condiciones de trabajo y de comercio desventajosas. Esta imposición sistemática les permite apoderarse de las riquezas de estos pueblos, dejándoles unas cuantas migajas. Esto mismo se replica al interior de los países del sur global. En realidad, esta situación comenzó desde los tiempos de la conquista, encabezada por España y Portugal.

Segunda: Dios, como padre amoroso, está profundamente inconforme con esta situación y sueña con un mundo de igualdad, justicia y paz. Por lo mismo, la misión de la Iglesia católica no se cumple con preparar a las personas para entrar al paraíso después de su muerte, porque la salvación que Dios ofrece a sus hijos e hijas debe iniciarse en este mundo. Por lo mismo, sus miembros deben comprometerse a denunciar esta situación inicua y deben luchar para transformarla. No basta con mitigar el hambre de los marginados, es necesario apoyar los esfuerzos que éstos realizan para liberarse de las condiciones desventajosas que se les imponen. Así nació la «opción preferencial por los pobres».

Tercera: los conocimientos que se imparten en los seminarios a los futuros sacerdotes —la ‘teología’— deben ayudarles a tomar conciencia de lo que está pasando en nuestros países y animarlos a que tomen parte en esta lucha, como un aspecto irrenunciable de su misión. No se trata de que memoricen conocimientos sólo por memorizarlos. Para comprender quién es el verdadero Dios es necesario practicar antes la solidaridad predicada por Jesucristo. La praxis es lo primero; después viene la teoría.

Gustavo Gutiérrez escribió otros volúmenes en los que enriqueció y divulgó estas ideas. A su vez, otros académicos desarrollaron y publicaron pensamientos semejantes. Muchos obispos, sacerdotes, religiosas y laicos se sintieron animados a sumarse a las luchas campesinas y obreras. En varios países los sindicatos, las uniones agrarias y los cristianos organizados en comunidades de base lograron realizar cambios importantes a favor de la justicia, la igualdad y la dignidad de las personas. Las ideas de Gustavo Gutiérrez contribuyeron a estos cambios.

2 respuestas

  1. Me gustó mucho su cápsula informativa, me gustaría saber en donde informarme si la Teología de la liberación se está actualizando o resucitando. Como me asesoro?

  2. Muy clara e inspiradora la reflexión de Raúl. Más para nuestro tiempos que parece quieren echar tierra sobre esta teología, y surgen otras corrientes que favorecen más a las derechas y teologías pro capitalistas. Bien Raúl

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