
Quisiera profundizar en los vínculos entre poesía, crisis climática y espiritualidad. Estamos hablando de tres cosas muy diferentes, tres fenómenos que muchas veces distan de dialogar o encontrarse.

Este 10 de diciembre cumple 75 años la Declaración Universal de los Derechos Humanos, documento en el que quedaron cristalizados los anhelos de dignidad y justicia de la humanidad, tras la catástrofe civilizatoria que significaron las dos guerras mundiales a comienzos y mediados del siglo XX.

Las filias y las fobias en torno a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) han sido el centro de la discusión política mexicana al menos desde 2018, durante el proceso electoral de 2012, y a lo largo de su gestión como jefe de gobierno de la Ciudad de México y luego candidato presidencial, entre los años 2000 y 2006.

Según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y no Localizadas, en México hay 110 mil personas desaparecidas desde 1962 a la fecha. La cifra podría ser mayor dado que hay desapariciones que no llegan a denunciarse. Las personas ausentes no son las únicas víctimas, también son sus familiares y personas allegadas. La ausencia se convierte, para ellas, en una tortura constante.

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de la República en 2018 empezó con un discurso crítico del neoliberalismo, de las profundas inequidades y de la corrupción y descomposición social generadas por este modelo económico.

En años recientes ha sido común que en el debate público se eche mano del concepto de «polarización» para dar cuenta de algunos rasgos de la vida pública de México, así como de otros países. El concepto ha servido para explicar las formas en las que los actores políticos, especialmente los partidos, en una geometría política tradicional, han dejado el centro y se han corrido a los extremos.

El peligro de conocer demasiado un relato es que ya no puede sorprendernos. Nos anticipamos a lo que ya sabemos y ese conocimiento excesivo nos hace tropezar sobre el material acumulado, impidiéndonos que se revele lo inédito.

En México confluyen cuatro flujos migratorios, lo cual plantea que es un país receptor de personas que ofrece una nueva oportunidad en sus vidas. Sin embargo, también es expulsor de migrantes, pues no garantiza las condiciones mínimas necesarias para su debido desarrollo.

Este cuaderno lo dedicamos a las y los periodistas nicaragüenses. Las historias de Lucía Pineda y de Néstor Arce dan cuenta de cómo el refugio, más allá de una figura legal a la que se han adherido para recuperar su condición de ciudadanos, es un acto de resistencia y una oportunidad para recogerse en Dios.

Esa mañana, en un círculo, se sentaron más de 12 mujeres; respiraron sin la prisa de ir a hacer la comida o atender los pendientes del hogar para darse el tiempo de expresar su sentir y su estar: «Los sufrimientos compartidos son menos, duelen menos.