
Hace poco más de 25 años, en 1998, una telenovela acaparó la atención y los

Llegué al hospital y sus padres, hermanos e hijos estaban desconsolados. No existen palabras adecuadas en esos momentos cuando el dolor taladra hasta lo impensado del ser humano.

La relación de Hollywood con la Iglesia Católica es particular. Sus películas de terror están generalmente plagadas de imaginería católica.

En este mes de febrero el papa Francisco nos invita a orar con él por las vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa.

El Cerro del Hueso aún huele a las brasas que dejó la Navidad cuando se acostó el Niño Dios. Esas brasas que arrastran el viento frío del invierno y que a su vez llegan con las canciones de Ramón Ayala, que se tocan en las casas de las orillas, se entremezclan con la sazón de los frijoles borrachos y las discadas.

En este mes de enero el papa Francisco nos invita a orar con él por el derecho a la educación: «Oremos para que migrantes, refugiados y afectados por las guerras vean siempre respetado su derecho a la educación, necesaria para construir un mundo mejor». A la luz de esta intención y del magisterio del papa Francisco recomiendo estas películas para comentar y analizar en nuestras comunidades.

Basada en la novela homónima de Robert Harris, Cónclave representa en la pantalla uno de los rituales más delicados e importantes de la Iglesia Católica: la elección del papa. La película inicia con la noticia de la inesperada muerte del sumo pontífice.

E n su libro Conversión Sinodal en la Iglesia Mauricio López Oropeza nos ofrece una

En este mes de diciembre el papa Francisco nos invita a orar con él por los peregrinos de esperanza: «Oremos para que este Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana»

Aquella mañana ya nadie más habló. La noche se había ido por completo, y los que no habíamos hablado nos sentíamos con nuestros propios rostros concentrados adentro de nosotros mismos, con la sensación de quienes están descendiendo al vértigo de su alma.