Desde que comienza esta película documental —disponible en Netflix— sabemos que cinco mujeres acusan al líder religioso de La Luz del Mundo por violencia y abuso sexual, y Naasón Joaquín García es aprehendido en Los Ángeles, California, en 2019, para ser investigado y luego llevado a juicio.
Como no es una serie sino una película de dos horas de duración, el director acierta en centrar el asunto y no extenderse en toda la historia casi centenaria de esta organización; pero también sabe ofrecer la suficiente información para conocerla y situarnos en ella, con muchas imágenes que los mismos fieles tienen grabadas. La iglesia de La Luz del Mundo está fundada y fundamentada en un hombre que se autoproclama «el elegido por Dios como Apóstol de Jesucristo», en una sucesión hereditaria que se inicia en 1926 con su primer patriarca, Aarón Joaquín, sigue en 1964 con su hijo Samuel Joaquín, y continúa desde 1995 hasta ahora con un hijo de éste, Naasón Joaquín. Como vemos, cada líder máximo lo es por muchos años, por toda la vida hasta su muerte.
Sin que lo aborde el documental, sí brotan algunas cuestiones implícitas: el fundador aprovecha el fervor católico en Jalisco, después de la guerra cristera, y lo orienta en un movimiento de corte muy conservador, que aglutina gente pobre, a la que un líder religioso absoluto predica la salvación con la condición de que lleven una vida moral muy exigente y una creencia total en su «Apóstol». Las imágenes cotidianas en la Hermosa Provincia dan fe de ello, en la zona este de Guadalajara, donde los fieles han hecho su colonia y comunidad. Fue un exgobernador de Jalisco, el general Marcelino García Barragán, quien en 1953 les donó catorce hectáreas para que ahí se asentaran. Seguramente con ello el PRI lograba dividir a los católicos y conseguía votos y una alianza política–religiosa que ha continuado.
Es el periodista Ricardo Rocha quien por primera vez, en 1997, saca a la luz pública las acusaciones de abusos sexuales, físicos y espirituales y violaciones de todo tipo que jovencitas adolescentes han sufrido por parte del patriarca Samuel Joaquín. Karem León es la mujer tapatía que se atrevió a hacer la denuncia y que llevó a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Jalisco, pero nunca fue atendida. Karem sufrió amenazas, agresiones y la condena de líderes y fieles de la iglesia y de su propia familia. En 2019, la misma Karem se une a las otras mujeres que hacen la denuncia en California.
La película documental se detiene en el tercer «Apóstol», Naasón, que nació en 1969 y tomó la sucesión como «elegido por Dios», al morir su padre en 2014. Aparecen muchos detalles de la vida de príncipe millonario de Naasón, con viajes por todo el mundo, cumplimiento de gustos exquisitos y exagerados, y orgías con adolescentes vírgenes llevadas ante él como una «gracia» que se les concede. La película nunca hace escenas recreadas ni exageraciones, sino va recogiendo el testimonio de las cinco mujeres, que pasan ahora los treinta años de edad.
Naasón es aprehendido en junio de 2019 por las autoridades de Los Ángeles, California —uno de los lugares de mayor difusión de La Luz del Mundo—, acusado de 26 cargos, entre ellos violaciones de menores, trata de personas, pornografía infantil y lavado de dinero.
Muy significativo es que una semanas antes, el 15 de mayo de 2019, Naasón es celebrado en el Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México, arropado no sólo por sus seguidores sino por muchos políticos mexicanos de todos los partidos. El recinto fue alquilado por un senador del Partido Verde Ecologista para un concierto y una «promoción cultural» gratuita. Las autoridades del Palacio dieron su aprobación y no se percataron del engaño, hasta un par de horas antes del concierto en que se empezó a decir que era un homenaje al «Apóstol» Naasón en su cumpleaños 50. Lo cierto es que Naasón ha sabido congraciarse en lo político y lo económico con gobernadores de varios Estados, pero más en lo particular con el de Jalisco y con el partido en turno, Movimiento Ciudadano.
La película documental culmina con el final del juicio a Naasón, en junio de 2022, en el que se escuchan las voces de las cinco mujeres víctimas que testificaron en contra; testimonios desgarradores, muy dolorosos, valientes y aberrantes al mismo tiempo. Pero parece que nada de eso valió; el líder había contratado a los abogados defensores más hábiles y más caros, y la sentencia resulta ser muy pequeña, ya que sólo se le culpó de tres abusos a menores. Mientras, los fieles tapatíos siguen creyendo en la inocencia del elegido y esperan su regreso aún más santificado.
Esta película, tan bien realizada, acaba de estrenarse en la plataforma de Netflix, y resulta un documento valioso que amerita nuestra reflexión. Indico algunos puntos para eso. Está, primero, la fe absoluta que exige un líder religioso, autonombrado como «designio de Dios», con la manipulación de los sentimientos y las creencias de las personas, particularmente de los pobres, y el despojo de su dinero. No acaba uno de comprender cómo puede haber tanto abuso de conciencia en un pastor y tanta falta de discernimiento y de libertad en las personas. Y queda claro también que el poder absoluto, y más en una total estructura piramidal, deviene en la corrupción de todo: valores, conciencia, moral, dignidad humana, respeto a los demás…
Y todavía más, el poder religioso corrompido usará a su antojo y beneficio los poderes económicos y políticos. Los líderes de La Luz del Mundo disfrazan la falsedad y el engaño de sus intenciones perversas en cada paso que dan, pero los que se alían con ellos muestran también su falsedad, incoherencia y oportunismo. Y todo queda hipócritamente maquillado como de algo «bueno» para todos.
Una organización así pone en evidencia el machismo que se filtra en las estructuras religiosas, quizás ya introyectado como una mentalidad cultural consentida. Va quedando más patente que las organizaciones religiosas no pueden apelar a Dios para sostener estructuras que dan todo el poder a los varones —aunque también selectivamente— y marginan de muchas formas a las mujeres. Contra ellas se crea una red de complicidades asquerosas en esta organización, en que las víctimas son siempre las mujeres, pero especialmente las niñas y las adolescentes, educadas y manipuladas para ser objetos sexuales y esclavas en todo; seres a los que se arranca violentamente su libertad, sus sentimientos, su voluntad y su libertad. Eso va quedando muy claro en la película.
El autor de este magnífico documental es Carlos Pérez Osorio (Ciudad de México, 1985), que ya antes nos había estrujado con Las tres muertes de Marisela Escobedo —también en Netflix—, muy merecido premio Ariel en 2021. Carlos es un buscador de historias que nos unan en causas sociales urgentes.
Foto de portada: Fotograma La oscuridad de la Luz del mundo (Dir. Carlos Pérez Osorio. 2023.)