Evangelio del domingo 27 de octubre

«Señor, ¡que vea!»

OCTUBRE

  • Jer 31, 7–9
  • Sal 125
  • Heb 5, 1–6
  • Mc 10, 46–52

§ En este domingo se presenta a un Dios que acompaña a su pueblo en la figura de Jacob, mencionada por Jeremías, y a Jesús como un rey. El Señor, además de las características de la antigua alianza, muestra la compasión explícita hacia los otros que se encuentran marginados.

§ En la primera lectura, el libro del profeta Jeremías recuerda la historia de Jacob, padre de las 12 tribus de Israel, a quien Yahvé acompañó y respaldó durante toda su vida. Es un ejemplo de que Dios no abandona a su pueblo y que está presente desde sus ancentros. El salmo reitera la compañía del Señor con su pueblo, especialmente a los cautivos de Sión, quienes, en la hora de latribulación, decidieron ser fieles. Por lo mismo, sus lágrimas se convirtieron en cantares y alegría.

§ El Evangelio muestra la imagen de un hombre ciego, quien, al reconocer al Mesías y creer en el Él, le grita desde su necesidad más honda pidiéndole compasión. Esta escena nos enseña a reconocer a Dios como fundamento de nuestra vida; clamarlo desde nuestra humanidad necesitada ayudará a transformar nuestra mirada y nuestra vida.

La misericordia es la clave que ata los relatos de la Palabra de este domingo. Se hace notar la alianza de Yahvé con Jacob y sus antecesores. Esta misericordia también se refleja en las actitudes de Jesús con Bartimeo, quien pone de manifiesto la importancia de poner nuestra fe radical en Él.

Ilustración: ©Tzitzi Santillán

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