El sucesor de Pedro y la hermenéutica

¿Es posible realizar una entrevista a un personaje único, en una condición excepcional, sobre un tema sensible y de interés público, sin perder los matices del personaje? El escritor Javier Martínez–Brocal, autor de Papa Francisco. El sucesor. Mis recuerdos de Benedicto XVI (2024) utiliza el formato de entrevista (pregunta–respuesta) para dejar que la espontaneidad de una personalidad como la del papa Francisco nos devele la convivencia entre dos papas en el Vaticano, un suceso histórico cuya polémica se nutrió por ignorancia y poder.

Esta entrevista nos brinda, además, dos claridades espirituales y simbólicas. La primera es que un papa no es simplemente el sucesor del anterior líder del despacho de la Santa Sede (hasta el momento Francisco es el papa 266); un papa es el sucesor del apóstol Pedro y aspira, durante todo su pontificado, a llenar sus zapatos (sus sandalias) y cumplir su misión. La segunda es que experimentar las parábolas de Jesús en nuestra convulsa vida cotidiana es posible si interpretamos el mensaje desde su esencia, desde su lógica radical, y no desde la lógica doctrinal. Aun así, no es fácil.

El relato en primera persona del papa Francisco perdería su fuerza sin el detallado contexto que nos ofrece Martínez–Brocal, un periodista con amplia experiencia en temas vaticanos. El autor nos comparte cómo preparó el proyecto y cómo el humor característico del papa le permitió avanzar en sus encuentros. Al ritmo de una agenda complicada como divertida, la preparación y la improvisación se conjugaron bien, con incidentes simpáticos, como abordar al papa en una tienda de discos, y respuestas contundentes ante cuestionamientos relacionados con los abusos de poder, los abusos sexuales, los cambios culturales urgentes dentro de la Iglesia y la credibilidad del Evangelio.

Este libro también podría servir como guía para transiciones de altos mandos en una organización internacional, antigua y convaleciente. De los seis relatos que lo componen, los primeros cinco hacen un recuento de la relación y la «tensión», a menudo construida por grupos dentro y fuera del Vaticano, entre el papa Francisco y el papa emérito Benedicto XVI, durante casi una década. El último capítulo incluye dos entrevistas previamente publicadas en el diario español ABC que abordan el liderazgo de las mujeres en la Iglesia, las denuncias de abuso sexual de sacerdotes, los abusos de poder, la sucesión papal, la política anticlerical y los sacerdotes en la política. En todos los relatos Martínez–Brocal nos muestra el mensaje transversal de la obra: rescatar el legado y la inteligencia de Benedicto, a menudo interpretada erróneamente como debilidad, y visibilizar la batalla cultural que Francisco encabeza dentro de la Iglesia para dar paso a la sinodalidad y la experiencia evangélica en la vida cotidiana, desbancando al dominio de las jerarquías y la doctrina impositiva.

Para el pontífice, la renuncia de Benedicto XVI no es un cisma, como podría leerse desde la ortodoxia vaticana; es, en todo caso, un parteaguas idóneo y el eslabón funcional para dar continuidad y estabilidad a la misión del Vaticano y, en particular, su pontificado. Hace un recuento detallado de la dinámica entre ambos papados. En «La primera conversación sobre Benedicto» describe la percepción inicial que tuvo, siendo aún cardenal, sobre Benedicto XVI. En «De Ratzinger y Bergoglio a dos papas» la conversación gira en torno a la transición de poder y el proceso del Cónclave que llevó a la elección de Francisco. En «Mirando al futuro» la reflexión parte del impacto y la influencia de Benedicto en la Iglesia actual y su visión teológica para el futuro. En «Siete discursos clave sobre la relación entre dos papas» y en «Cronología de la convivencia entre los dos papas» se plasman los diálogos más importantes durante la convivencia de ambos, así como una línea de tiempo de los eventos más significativos de esta coexistencia.

Finalmente, en «Entrevista con el periódico ABC» encontramos una visión más minuciosa de la batalla cultural de Francisco. Se posiciona con más libertad como un líder espiritual que no es parcial ante los problemas actuales ni históricos de la sociedad; busca la reconciliación y el perdón, sin ocultar ni excusar a quienes tienen que rendir cuentas, y prepara a la institución que lidera, para una eventual sucesión por enfermedad o algún accidente que le impidan continuar con su pontificado.

Francisco deja claro que no es un político, aunque es consciente de que su mensaje debe mostrar una postura de contrapeso. Es un líder humano, consciente de su limitación, de una institución que pretende consolar e inspirar a una humanidad compleja, contrariada y en muchos lugares desesperanzada, humillada e invisibilizada. En la última parte de la obra Martínez–Brocal deja ver, en preguntas directas y respuestas concisas, ejemplos de la labor de Francisco en la práctica, más allá del discurso, en los que el diálogo entre el Evangelio y la vida cotidiana de las personas se ve posible, ya sea por testimonio o por un trabajo en curso.

Para el sucesor del apóstol Pedro, con 87 años, la clave para leer los evangelios y encontrar vigencia en su mensaje está en el uso de la hermenéutica, «que interpreta un hecho histórico desde la perspectiva de su época, no con la mirada actual. Esto significa entender los eventos históricos en el contexto en el que ocurrieron, evitando juzgarlos con valores y normas contemporáneas».

Para saber más:

El libro se encuentra disponible en: https://bit.ly/3AqLhJb

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