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El reto de los jóvenes por ser Iglesia 

Durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se realizó en Lisboa, Portugal, en agosto pasado, el papa Francisco se encontró con más de un millón y medio de jóvenes de todo el mundo, quienes mostraron la vitalidad de la Iglesia llena de la alegría, el encuentro, la música y la búsqueda de sentido de vida firme y profundo. Entre cantos, porras, juegos y participación en catequesis, eventos, horas eucarísticas, rosarios y misas, los jóvenes participantes estuvieron abiertos a escuchar al papa. 

Quedó evidenciada la pedagogía de motivación/ reflexión/ llamado a la acción, que el papa Francisco, muy a su estilo, aplica respecto de los jóvenes; como lo ha hecho en otros espacios y encuentros juveniles, como los movimientos DoCat, Laudato Si’ y Economía de Francisco

Desde Economía de Francisco se puede tomar como propio lo que dijo el papa en el encuentro realizado en la Universidad Católica de Portugal, en donde retó a los universitarios a «buscar y arriesgar» como características propias de quien está vivo y que se muestra inquieto e insatisfecho ante la realidad que vive, pues no está bien detenerse o permanecer como espectador. Francisco animó a tener la actitud de un peregrino en el sentido de «caminar con un propósito». Los jóvenes de Economía de Francisco deben estar al pendiente de este llamado al mundo juvenil de ser protagonistas de una nueva forma de vida en la economía y la política. 

Ahí mismo dijo el papa a los universitarios que los desafíos del mundo actual son enormes, y aparte de mantener la alegría se debe buscar una nueva visión antropológica y una visión de conjunto para «evitar polarizaciones». Como en otras ocasiones, el papa fue a fondo poniendo a la persona al centro de todo. Y es que, si en verdad se busca un cambio, se debe comenzar por valorar la dignidad de todos y de cada uno de los seres humanos con sus angustias y aspiraciones, con sus sueños y realidades, y qué mejor que los jóvenes descubran y valoren esto, para poder gestar un cambio de mentalidad y de actitud en que a la persona no se le rebaje, sino que se le comprenda en su totalidad. 

Para esto Francisco hizo referencia a recuperar el sentido de la Encarnación. Y sí, solamente desde Dios hecho hombre se puede comprender la miseria y la grandeza del ser humano. Por eso llamó a tener la valentía de cambiar miedos por sueños y llamó a todos a «no administrar miedos, sino ser emprendedores de sueños». 

También en el encuentro universitario el papa reconoció y valoró que en la nueva cátedra dedicada a la Economía de Francisco se haya unido la figura de Clara, pues así se resalta la contribución femenina que, como afirmó, es indispensable, pues las mujeres no son de segunda, sino titulares y agentes de cambio. Unos días antes, en la universidad se había tenido un curso de Doctrina Social de la Iglesia en el que los participantes aprendieron los fundamentos para conocer, animar y transformar los ambientes buscando el bien común con un claro derrotero de formación intelectual, liderazgo de servicio y transformación del orden social. Estas acciones ponen en evidencia el gran interés del mundo universitario y de la Economía de Francisco por trabajar no sólo en forma sino de fondo. 

El papa también invitó a estudiar el Pacto Educativo Global (PEG) y apasionarse por él. 

Hay que recordar que el PEG plantea siete compromisos: 

  1. Poner en el centro de todo proceso educativo formal e informal a la persona. 
  1. Escuchar la voz de los niños, adolescentes y jóvenes. 
  1. Fomentar la plena participación de las niñas y de las jóvenes en la educación. 
  1. Tener a la familia como primera e indispensable educadora. 
  1. Educar y educarnos para acoger, abriéndonos a los más vulnerables y marginados. 
  1. Comprometernos a estudiar para encontrar otras formas de entender la economía, la política, el crecimiento y el progreso, para que estén verdaderamente al servicio del hombre y de toda la familia humana en la perspectiva de una ecología integral. 
  1. Salvaguardar y cultivar nuestra casa común. 

Además, el papa pidió tener gestos que evidencien la cultura del encuentro. Este llamado constituye una serie de retos para los jóvenes que día a día buscan hacer algo por los demás y transformar la sociedad. 

Son pasos concretos que pueden ser una guía de acción si se quiere estar a la altura de lo que la realidad muestra. El itinerario universitario, como mencionó el papa Francisco, se presenta entre estudios, amigos, servicio social, atender responsabilidades cívicas y políticas, cuidado de la Casa Común y expresiones artísticas. Y entre estos y los momentos de convivencia y diversión los jóvenes buscan seguir un rumbo, un rumbo donde Dios esté presente. 

La vivencia en la JMJ fue una muestra de que hay esperanza para el mundo. Los jóvenes que son el presente y el futuro quieren ser mejores y quieren hacer el bien. Los peregrinos dieron testimonio de que, junto con la alegría, la diversión, la convivencia y la amistad se ve más allá, y se busca el sentido de vida y se atiende también lo espiritual, pues en los otros se ve a Jesús y con Él es posible cambiar el mundo desde la Iglesia.  

Si se escucha bien lo que planteó Francisco a los universitarios, los jóvenes que participan de Economía de Francisco pueden asumir esos mismos retos y, además de buscar su crecimiento personal, deben desarrollar competencias científicas que les ayuden a ser creativos en la búsqueda de nuevas alternativas con visión de conjunto para contar con un modelo social que dignifique a las personas y cuide y valore el medio ambiente, nuestra Casa Común. 

Viví la JMJ y fui testigo de cantos, porras, saludos, ríos de personas en las calles, confesiones en parques, conciertos de música, adoraciones eucarísticas y más actividades en las que los jóvenes sonreían, estaban alegres y con miradas de emoción al no sentirse solos. Noté que la Iglesia retó a los jóvenes a encontrarse con Jesús y cambiar el mundo, y los jóvenes retaron a la Iglesia a identificar y hablar en su lenguaje, en sus formas de expresarse y en darles a Dios, que es el único que llena, que busca y que se hace el encontradizo por medio de los demás. 

El futuro de la Iglesia está seguro si los jóvenes siguen acercándose a la Iglesia y si la Iglesia sabe acercarse a los jóvenes. 


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