El futuro de la Iglesia: Un llamado a las y los laicos

No hace falta un esfuerzo sobrenatural para reconocer que la Iglesia está en crisis vocacional hoy en día. La jerarquía eclesial ha comenzado desde hace unos cuantos años a adentrarse cada vez más y «echar las semillas» en la llamada evangelización digital, en asambleas eclesiales, documentos conclusivos, estudios grupales y consejos pastorales con la finalidad de poder hacer «clic» con el mundo y continuar con el encargo de Jesús. Para adentrarnos en un panorama general, es necesario darles un vistazo a las estadísticas más recientes: según Agencia Fides y estadísticas del Vaticano, para 2023 se registró un 17.67% de creyentes a escala mundial. Hubo un aumento de creyentes en continentes como África (+8,312,000), América (+6,629,000), Asia (+1,488,000) y Oceanía (+55,000), mientras que hubo un significativo descenso en Europa (-244,000).

El número total de sacerdotes en el mundo también sufrió una disminución, llegando a 407 mil 872 curas, 2 mil 347 menos con respecto a 2021, y mientras que hubo aumento de sacerdotes en los mismos continentes mencionados previamente, en Europa bajó de igual manera su cantidad con respecto a años anteriores. El ingreso de seminaristas padeció el mismo efecto, reduciéndose a 109 mil 895 seminaristas de grado mayor y un aumento de 316 unidades con los seminaristas de grado menor, llegando a un total de 95 mil 714 de manera global. Finalmente, la aspiración a la vida religiosa femenina tuvo una caída estrepitosa, 10 mil 588 menos religiosas que en los años previos a 2023, teniendo un total de 608 mil 958 hermanas por todo el mundo. Esto último lo relacionaría en gran parte con el movimiento feminista y el concepto de sororidad que busca la libertad, la equidad, el empoderamiento laboral y la comunión entre las mujeres frente a sistemas patriarcales de antaño.

También el Pew Research Center de Estados Unidos menciona en una de sus investigaciones que ha aumentado la cantidad de creyentes católicos en este país, pero paradójicamente han estado cerrando parroquias en estados como Nueva York; esto lo vinculan con la baja de vocaciones religiosas, pues de 179 mil 954 monjas en 1965, bajó a 48 mil 883 en 2014; mientras que los sacerdotes de 58 mil 632 unidades bajaron a 38 mil 275 en los mismos años, respectivamente. De igual manera, Excelsior menciona que las ordenaciones sacerdotales en México han disminuido un 30% de 2005 a 2020.

Si varias encuestas indican un aumento en católicos, pero una disminución en religiosos y contando el porcentaje de creyentes en el plano mundial, ¿qué futuro proyectamos de la Iglesia? ¿Acaso vemos una sociedad que apunta a la vuelta y al ropaje existencial de las grandes religiones de antaño y así la Iglesia tendría de nuevo la delantera cultural, o podemos decir que presenciamos una sociedad inconforme que identifica lo que le hace bien a su vida y que, frente a los metarrelatos, ha logrado discernir qué creer, cómo creerlo y en qué sentido construir su vida? Me parece que hoy por hoy sería ingenuo creer que regresar a métodos tradicionales es la solución al problema que la Iglesia enfrenta, pues las personas del siglo XXI han dejado de buscar en las grandes doctrinas y máximas para hallar alivio en la cotidianeidad, en las vivencias más pequeñas y sencillas de la vida y encontrar —o construir— sentido en todo ello.

La sociedad de hoy, al menos los adultos jóvenes y las nuevas generaciones, sigue tomando el propósito, la originalidad y la autenticidad en todo lo que hace como algo real y espera lo mismo de quienes predican el amor, el perdón, la justicia y la misericordia; es por ello que la Iglesia ha sido puesta en tela de juicio y al escarnio público porque, a veces, o casi siempre, no existe relación entre lo que se predica y lo que se practica. ¿Por qué seguir preocupados por un rechazo rotundo a la Iglesia cuando las respuestas brotan como cizaña frente a nosotros, como el emporio sistémico de Maciel en su momento, la corrupción de Norberto Rivera, los testimonios de abuso sexual clerical, los escándalos de doble moral, etcétera? Cosa contraria a la autenticidad evangélica y la coherencia fundamental de lo que consiste vivir humanamente. Sin pecar de ingenuo queriendo predecir el futuro de la Iglesia, me parece que el rumbo iría por asumir con toda cabalidad una praxis silenciosa, casi estoica, y por supuesto de ensuciarse las manos siguiendo el espíritu de Francisco, como lo intenta hacer la Iglesia de México en su análisis de la realidad plasmado en el Proyecto Global de Pastoral, en los planes diocesanos, y todo ello orientado a una metodología que, de hecho, ya ha sido puesta en marcha anteriormente por la Teología de la Liberación: ver, juzgar y actuar. Sólo que hoy se nos propone bajo otros términos.

Pero, veamos: un ejemplo de la iniciativa eclesial bajo esa metodología ha sido la reciente Asamblea General de la Arquidiócesis de la Ciudad de México, donde plasman mediante un documento conclusivo la situación de la población mexiquense y sus ejes de acción tras un periodo activo de agrupaciones y consensos parroquiales. Sin embargo, el elemento cuantificador que sustentaría por mucho el discurso cualitativo de la documentación se hace ausente en el ejercicio, y sería una clave importante en el panorama de la realidad, pues complementa y enriquece la visión, reafirmando o modificando el rumbo, sin caer en el positivismo extremo. ¿Podemos contar con la cuantificación de lo que nos referimos o se encuentra en la confidencialidad mal habida entre el clero y los consejos pastorales? ¿Podemos los laicos mortales solicitar transparentemente este tipo de información sin que sean como los discípulos que dificultaban el paso al ciego de Jericó, queriendo acercarse a Jesús (Cfr. Lc. 18, 35–43), o tenemos que ser el padre, el rector u obispo no sé quién para acceder con facilidad a las cosas? También, en la ciudad de Monterrey se producía una mega–exposición de grupos, talleres, temas y conferencias llamada ASERCAT Expo Católica; era un muy buen punto de congregación masiva y un espacio óptimo para el diálogo, a mi parecer, pero lo menciono en pasado porque este año no se concretó. ¿Qué fue lo que pasó? Otra agenda quizá, otro enfoque o, simplemente, no hubo presupuesto, dejándolo a la deriva.

Tomando en cuenta los números globales y el esfuerzo de la Iglesia en su esmero evangélico y obediencia al papa, ¿podríamos ir bosquejando el futuro del Magisterio? Con todo esto, cobra mucho sentido por qué desde un tiempo para acá se ha desarrollado una vasta cantidad de cursos y diplomados formativos para los laicos: se trata, a mi parecer, del desplazamiento de aquello que se puede y se permite desplazar del Magisterio hacia el laicado y seguir posibilitando de alguna manera la misión conferida, con base en los números rojos de las vocaciones religiosas. En esto me preocuparía más que quienes renunciaron a la vida laica para pasar a la vida religiosa sean en el fondo quienes definan la esencia de ser laicos y no nosotros mismos, que podemos tener un contacto mucho más directo con realidades que desbordan toda idea e intencionalidad.

Benedicto XVI también se planteó estas cuestiones. Si se hacen vida sus palabras discurridas en la radio alemana de 1969, en donde visualizó a una Iglesia mucho más reducida pero coherente y auténtica, entonces desearía verdaderamente que como laicos no nos reconfortemos en sabernos una «minoría prevaleciente», pues eso sólo denotaría el autorreferencialismo que ha criticado el papa y la falta de profundización sobre ser una Iglesia «en salida», al estilo de Francisco. Desearía también que el clero asuma una humildad tal que renuncie al afán de «señorearnos» y que se ponga en actitud de acompañantes sin tomar ventaja de la inercia ideológica que tenemos por buscar una autoridad que nos resuelva el camino, perpetuando la asimetría del clericalismo. El acompañamiento es fundamental en el caminar con el mundo y lo será aún más tomando en cuenta la corriente social por la que atravesamos. Es un don y una vocación por la que hay que prepararse con profundidad y compromiso. Desde mi punto de vista, el acompañamiento humano y espiritual será un elemento indispensable en la lógica contra–corriente que necesitemos asumir, no para reivindicar la imagen de la Iglesia, sino para ser verdaderamente humanos y cercanos con quienes compartimos los pesares de la vida; sería un ejercicio sumamente cristiano y un bálsamo para las llagas del hombre posmoderno.

Creo de la manera más honesta y humilde posible que las fórmulas conocidas, la «vieja confiable» y la idea de desarrollar proyectos con la finalidad de traer «del mundo hacia el templo» a las personas, ya no funcionan. Para muchos, la Iglesia ha dejado de ser referente y modelo de vida en el tercer milenio. Necesitamos hacer silencio y discernimiento adecuados para poder comprender mejor cómo vivir una praxis cristiana que vaya «desde el templo hacia el mundo», y con el mundo por supuesto. Ese «con» es la clave sinodal que nos permitirá vivir auténticamente el acompañamiento humano y espiritual, los unos con los otros. Con Francisco, me es claro que hemos dejado una etapa de defender la doctrina a capa y espada, de rasgarnos las vestiduras con supuestas ofensas al nombre de Dios y «quemar» a los blasfemos en la hoguera digital, para pasar a una etapa de la escucha, del reconocimiento de la diversidad en todos sus sentidos, de la asimilación, la apertura y el cuidado de todo tipo de vida; en suma, de la encarnación de la ternura de Dios y de todo cuanto creemos y esperamos, llegando al final del camino con las manos sucias y con la paz del Espíritu que se da en hacerse cargo de la realidad. En este sentido es la forma como pienso que el laico puede reinventarse y repensar su ubicación tanto en la vida parroquial como en el mundo, plenamente libres.

Para saber más:

Barranco, B. (2021). Depredadores Sagrados: Pederastia clerical en México. Editorial Grijalbo. Ciudad de México.

Consejo Episcopal. (2024). Documento Conclusivo de la XXIII Asamblea Arquidiocesana 2024. Consejo Episcopal. URL: https://arquidiocesismexico.org.mx/asamblea/

González, Isabel. (2020). Car vocación sacerdotal; cada vez menos curas se reciben.Excelsior. URL: https://www.excelsior.com.mx/nacional/cae-vocacion-sacerdotal-cada-vez-menos-curas-se-reciben/1423512

Infovaticana. (2017). La profecía de Ratzinger sobre el futuro de la Iglesia… en 1969.Infovaticana. URL: https://infovaticana.com/2017/08/27/la-profecia-ratzinger-futuro-la-iglesia/

Lipka, M. (2014). The number of U.S. Catholics hos grown, but why are there fewer parishes? URL: https://www.pewresearch.org/short-reads/2014/11/06/the-number-of-u-s-catholics-has-grown-so-why-are-there-fewer-parishes/ Vatican News. (2023). Las estadísticas de la Iglesia Católica 2023.Vatican News. URL: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2023-10/las-estadisticas-de-la-iglesia-catolica-2023.html


Imagen de portada: Cathopic

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Síguenos en nuestras redes sociales
Suscríbete al boletín semanal

    Enlázate con
    Previous slide
    Next slide