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En este mes de abril el papa Francisco nos invita a orar por una cultura de la no violencia: «Oremos por una mayor difusión de una cultura de la no violencia, que pasa por un uso cada vez menor de las armas, tanto por parte de los Estados como de los ciudadanos». A la luz de esta intención los invito a ver y comentar en nuestras comunidades estas películas que pueden ser de ayuda para promover y difundir una cultura de la no violencia. 

Tierra de nadie de Danis Tanovic (Bosnia y Herzegovina, 2001, 98 min.) 

Fotograma-Tierra de nadie.

En la Guerra de Bosnia (1993) nos encontramos con dos soldados de bandos contrarios atrapados entre las líneas enemigas, en tierra de nadie. Un sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas se dispone a ayudarlos. Los medios de comunicación no tardan en intervenir, la tensión bélica crece y, por supuesto, los soldados intentarán por todos los medios salir con vida. La película mezcla el drama, la comedia y la ironía. Dejémonos cuestionar por esta historia y analicémosla a la luz de la parábola del buen samaritano: «La historia del buen samaritano se repite: se torna cada más visible que la desidia social y política hace de muchos lugares de nuestro mundo un camino desolado, donde las disputas internas e internacionales y los saqueos de oportunidades dejan a tantos marginados, tirados a un costado del camino. En su parábola, Jesús no plantea vías alternativas, como ¿qué hubiera sido de aquel malherido o del que lo ayudó si la ira o la sed de venganza hubieran ganado espacio en sus corazones? Él confía en lo mejor del espíritu humano» (Fratelli tutti n. 71). 

Hasta el último hombre de Mel Gibson (EUA, 2016, 131 min.) 

Fotograma-Hasta el último hombre.

Esta película cuenta la historia de Desmond Doss, un joven médico militar que participó en la sangrienta batalla de Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial. Doss quería servir a su país, pero desde pequeño se había hecho a sí mismo la promesa de no coger jamás ninguna arma. En aquella batalla salvó alrededor de 75 soldados de infantería heridos encima del acantilado de Maeda. Doss se convirtió en el primer objetor de conciencia en la historia de Estados Unidos en recibir la Medalla de Honor del Congreso. A la luz de esta historia que abona a la cultura de la no violencia reflexionemos y comentemos estas palabras del papa Francisco: «El mundo está lacerado por las guerras y la violencia, o herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. […] A los cristianos de todas las comunidades del mundo quiero pediros especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: “En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros” (Jn 13,35)» (Fratelli tutti, 99). 

El juicio de los 7 de Chicago de Aaron Sorkin (EUA, 2020, 129 min.) 

Fotograma-El juicio de los 7 de Chicago.

Esta película es un testimonio contundente de uno de los juicios más populares de la historia de los Estados Unidos, que se llevó a cabo en 1969. Siete individuos fueron detenidos durante una manifestación en contra de la guerra de Vietnam, acusados de conspirar en contra de la seguridad nacional. Este hecho da lugar a una serie de conflictos sociales, manfestaciones y movimientos ciudadanos que están muy bien retratados en la película. Analicemos este filme basado en hechos reales a la luz de lo que nos dice el papa Francisco: «La discusión pública, si verdaderamente da espacio a todos y no manipula ni esconde información, es un permanente estímulo que permite alcanzar más adecuadamente la verdad, o al menos expresarla mejor. Impide que los diversos sectores se instalen cómodos y autosuficientes en su modo de ver las cosas y en sus intereses limitados. Pensemos que “las diferencias son creativas, crean tensión y en la resolución de una tensión está el progreso de la humanidad”» (Fratelli tutti n. 203). 

Mandarinas de Zaza Urushadze (Estonia, 2013, 83 min.) 

Fotograma- Mandarinas.

Esta película, nominada al Oscar a Mejor película de habla no inglesa en 2014, se desarrolla en el año 1990, en una región rural apartada de Abjasia. Ivo (Lembit Ulfsak) es un carpintero que fabrica cajas para las frutas de su amigo Margus (Elmo Nüganen), propietario de una finca de mandarinas. Ivo salva la vida de dos soldados de bandos contrarios, uno checheno, otro georgiano, y los aloja en su misma casa. Mandarinas es una película que nos puede ayudar a reflexionar sobre la amistad, el perdón y la reconciliación en un contexto de guerra. Veamos con una mirada compasiva esta parábola pacifista y reflexionemos estas palabras que nos dice el papa Francisco: «A los que están heridos por divisiones históricas les resulta difícil aceptar que los exhortemos al perdón y la reconciliación, ya que interpretan que ignoramos su dolor, o que pretendemos hacerles perder la memoria y los ideales. Pero si ven el testimonio de comunidades auténticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae» (Evangelii gaudium,100). 


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