Un mundo actual en proceso de cambio
En escritos anteriores he mencionado los cambios sociales que suelen describirse como un «mundo líquido», en palabras de Zygmunt Bauman, y que resultan posiblemente confusos para muchas personas, pues tienen acceso a gran cantidad de información en las redes, pero sin la posibilidad de verificarla con facilidad.
En años recientes se ha producido una inmersión cultural en aspectos de la física relacionados con la teoría de la relatividad, así como una tendencia a sobrevalorar los procesos técnicos o sofisticados. Este fenómeno, que ha surgido a partir de los cambios en el pensamiento y el lenguaje de la psicoterapia (Laso, 2023), se ha integrado como una noción abierta sobre la construcción de la realidad. Desde esta perspectiva, se plantea la posibilidad de transformar el mundo propio al modificar los pensamientos vinculados con algún fenómeno o situación de la vida mediante la repetición de ideas «positivas» sobre uno mismo, aunque esta premisa no sea necesariamente cierta.
Junto con estas nociones se buscan nuevas respuestas frente al ámbito espiritual, y en años recientes se han retomado las reflexiones o análisis realizados en la década de los sesenta, como los hallazgos de Stanislav Grof en relación con el LSD. Sus estudios fueron descubriendo que la conciencia no es un aspecto vinculado solo al cuerpo físico o la materia, sino que la relación con el tiempo y la materia se da en otro orden, desde los estados modificados de conciencia y planteado en las diferentes tradiciones espirituales.
En resumen, en este escrito me enfocaré en los estados modificados de conciencia como un medio de crecimiento personal, los riesgos y cuidados que implica y, sobre todo, el hecho de valorar la disciplina mental y no solamente el consumo de plantas enteógenas como el camino a seguir para la liberación personal.
Cuidados en los estados modificados de conciencia
De manera sencilla y pensada para esta reflexión, se pudiera tomar la conciencia como el fenómeno de «darnos cuenta», bajo una lógica relativamente ordenada, en la que percibimos una secuencia consistente en nuestro mundo y con nosotros mismos; la RAE lo describe como el «conocimiento claro y reflexivo de la realidad».
En relación con este tema, Stanislav Grof reflexiona en El juego cósmico sobre un factor común en el contexto de «filosofías espirituales y tradiciones místicas», asegurando que «la conciencia no es un producto del cerebro sino un principio primordial de la existencia y que, además, desempeña un papel esencial en la creación del mundo fenoménico». Es decir, la conciencia es un principio que nos permite interactuar con nuestro mundo exterior e interior a partir de nuestra percepción y experiencia personal.
En su libro Psicología transpersonal. Nacimiento, muerte y trascendencia en psicoterapia Grof relaciona la experiencia de nacer con los estados modificados de conciencia, el vínculo con la vida o un espacio más allá de la materia, y señala cómo estos análisis son vivencias que se pueden encontrar debido a esta flexibilidad de la conciencia, en que la apertura a entender el mundo desde una modificación del estado de la mente es una herramienta en la sanación de procesos psicopatológicos. También Grof nota como «el uso de psicodélicos ha sido desvirtuado por la generalización de una experimentación sin supervisión», y es por eso que él propone otros métodos como la respiración holotrópica.
Y es que se ha malinterpretado el beneficio de los estados modificados de consciencia, como si en sí mismos permitieran una liberación de la persona. Sin embargo, sí puede ser riesgoso si no se cuida el contexto. El tata Rubén Keri advertía de los peligros al buscar estados modificados de conciencia sin que el líder del trabajo pueda manejar la complejidad de lo que se vive.
Así que, a pesar de las ventajas que van encontrando los científicos respecto al uso de ciertas moléculas o procesos que permitan estados modificados de conciencia o de introspección profunda, consumirlas sin una comprensión o entrenamiento, puede ser riesgoso. Tal vez sea una experiencia más, pero al seguir buscando estos espacios sin un orden o respeto el riesgo aumenta y puede crear un estado desagradable de vida del que la persona tarda tiempo en recuperarse.

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El orden en los estados modificados de conciencia
A diferencia de propuestas transpersonales, como el análisis de la psique de Stanislav Grof —quien, a partir de las matrices perinatales, sostiene que el proceso de nacimiento establece las bases de las dinámicas psicológicas del individuo— o de Ken Wilber, que describe niveles de evolución de la conciencia en los que, al inicio, la relación con la naturaleza es indiferenciada y, con el tiempo, se alcanza la emancipación y un desarrollo cada vez más complejo de la conciencia, José María Fericgla propone una visión centrada en las dinámicas presentes de la persona y en su capacidad de conectarse con la naturaleza o con los espíritus que habitan en ella.
Fericgla retoma la reflexión sobre los estados modificados de conciencia desde una visión más centrada en el autoconocimiento o las visiones que genera el consumo de plantas enteógenas. Para él es importante cuidar el set (preparación del individuo) y el setting (composición del escenario), para que la experiencia pueda ser recuperada.
En otra línea, el tata purépecha Rubén Keri en su andar se ha dedicado a llevar a las personas a vivir este «otro mundo» de manera ordenada y cuidada. En sus ceremonias constantemente advierte que no es un juego y que el trabajo con los espíritus requiere de fuerza y compromiso.
Su método de enseñanza no lo limita a las plantas o a buscar una toma del enteógeno y vivir un cambio en la percepción de la realidad. Él busca la disciplina mental y comparte que las plantas inclusive pudieran ser no consumidas para lograr una visión alternativa y más abierta de la realidad o al margen de la ilusión, sólo que se nos complica por las condicionantes que tenemos las personas, especialmente quienes vivimos en grandes ciudades llenos de estímulos de muchos tipos.
También el tata Keri enseña que la línea del espíritu, en relación con la evolución de la conciencia, no es unívoca, pero sí es confrontativa con tu visión del mundo. Para él no hay que alabar la vida mundana de los seres humanos sino respetar esta dimensión, dándole su lugar como parte del proceso. Subraya la invitación a la evolución y promueve el compromiso con la Luz, siguiendo el camino de los grandes maestros espirituales, como Jesús o el Buda, y recomienda que uno siga las pautas de amor y plenitud con paciencia.
Así, podemos pensar que la reflexión sobre la condición de la conciencia, que puede llevar a fuertes y largas discusiones, enfocada en la búsqueda personal y espiritual, está vinculada a un camino que hay que seguir con cuidado, en el que podemos revivir experiencias de nuestro nacimiento o experimentar visiones que nos expliquen de otra manera totalmente sorpresiva nuestros procesos personales, pero no ajenos a nuestra vivencia, biografía o el mundo en que vivimos.
Si las personas deciden iniciar este camino es importante tener cuidado, un guía o maestro de tradición, honestidad y claridad en las expectativas, disciplina y compromiso para seguir la reflexión sin depender sólo del consumo de las plantas o esperando que un guía resuelva los retos que únicamente tú puedes superar.