La necesaria renovación juvenil de la Iglesia

Al trabajar de cerca con jóvenes en diferentes contextos y realidades ha sido inspirador identificar su deseo por tener un encuentro profundo con Dios, una experiencia religiosa y espiritual que los interpele y mantenga en constante búsqueda, y que sientan que la Iglesia es el lugar donde la pertenencia a Dios es vivida con profundidad y autenticidad.

Es importante resaltar que toda experiencia auténticamente de Dios, viene, nace y habla completamente de Dios mismo. Y al pensar en el impacto que el catolicismo ha tenido en los jóvenes este último año, me pregunto: ¿Qué representan todos los acontecimientos religiosos, artísticos y sociales que han incrementado el interés en el catolicismo? ¿Cómo comprender lo que es una experiencia de Dios, en contraste con las experiencias esporádicas y pasajeras con tintes religiosos?

Foto: Cathopic

Pensemos en los eventos que se han viralizado este año en redes sociales, como el nuevo álbum de Rosalía o la presentación de Daddy Yankee en un partido de la NFL. Ambos ponen en el centro de su trabajo la dimensión religiosa espiritual durante el proceso creativo, y ayudados por las nuevas formas de usar la tecnología en la creación artística; su trabajo resuena con fuerza con la sed de Dios que muchos jóvenes sienten. También me emociona pensar en cómo la Iglesia se adentra a evangelizar con la tecnología y las redes sociales, mostrando la necesaria presencia en el mundo digital para llegar a los jóvenes. Recordemos, en el contexto del Año Jubilar de la Esperanza, el impacto del jubileo de misioneros digitales, en el show de drones en el Vaticano o también en los conciertos de Guilherme Peixoto, el sacerdote DJ.

Estos eventos han generado interés y dado un nuevo impulso juvenil a la Iglesia católica, pero no podemos olvidar que si queremos que los jóvenes vivan una experiencia de Dios tenemos que dejar a Dios ser Dios con su Pueblo fiel que lo busca, y que los jóvenes se encuentren con Dios al modo como Jesús lo hizo. En efecto, la insistencia misionera y misericordiosa del papa Francisco nos recuerda la centralidad que tienen los pobres en la misión de la Iglesia, y que León XIV retoma con claridad y sabiduría en su exhortación apostólica Dilexi Te.

Si queremos que estas expresiones religiosas sean fecundas en los jóvenes y en todos quienes conformamos la Iglesia, debemos recordar que «la opción preferencial por los pobres genera una renovación extraordinaria tanto en la Iglesia como en la sociedad, cuando somos capaces de liberarnos de la autorreferencialidad y conseguimos escuchar su grito» (Dilexi Te 7), en efecto, «el encuentro con los pobres nos muestra el rostro de Cristo» (Dilexi Te 47).

Me emociona pensar en los retos que estamos viviendo en esta renovación eclesial, pues al mismo tiempo que la realidad nos confronta y nos hace salir de nuestra comodidad religiosa, las nuevas expresiones religiosas tecnológicas deben encaminar al encuentro uno a uno, de los jóvenes con los empobrecidos, y que cuando en ellos que encuentren a Jesús logren responder pregunta que Él nos hará: «Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?» (Mt 16, 15).

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