«Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón»
Noviembre
- Deut 6, 2–6
- Sal 17
- Heb 7, 23–28
- Mc 12, 28–34
§ En la primera lectura, el libro del Deuteronomio dice dos cosas importantes: la primera, que «Dios es uno solo», lo cual es importante porque denota la consolidación del monoteísmo en Israel, y la segunda, que las palabras de Yahvé «estarán en el corazón de su pueblo», lo que significa que no es un precepto tan sólo moral, sino que tiene que ver con la experiencia de Dios.
§ En la segunda lectura se habla sobre el sacerdocio de Cristo como una actualización permanente en todo tiempo, incluso hoy. Esto quiere decir que Jesús siempre puede salvarnos si queremos.
§ En el Evangelio, Jesús retoma la ley y a los profetas del Deuteronomio al citar la importancia de amar a Dios con todo el ser, y añade también amar al prójimo como a uno mismo. Es decir, el rostro de Dios se encuentra en la horizontalidad del encuentro con los otros.
De esta forma, Jesús se vuelve salvación desde el acercamiento humano en la realidad. En eso consiste su sacerdocio, en establecer relaciones humanas fraternas que propicien la experiencia común del amor de Dios entre los seres humanos.
