
Tal vez una de las meditaciones más célebres de los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola sea la que se conoce como «Dos Banderas» (EE 136–148).

Hace veinte años Odiseo (Ralph Fiennes) se fue a la guerra, y regresó a un mundo ahora consagrado a ella. La guerra está en la mente y el corazón de todos los que habitan esa tierra.

Detrás de la mirada aparentemente indiferente y hasta hastiada de Tom Michell (Steve Coogan) se esconde un dolor que ha guardado por años y que parece darle la justificación perfecta para dudar de cualquier movimiento de empatía y esperanza que pueda sorprenderle en el camino.

Desde hace más de 55 años la mirada de Socorro se ha quedado fija en un objetivo: vengar el secuestro, tortura y asesinato de su hermano Jorge el 2 de octubre de 1968.

Ha comenzado este domingo un nuevo pontificado. El nombre que ha elegido el papa León XIV es muy elocuente en el sentido que retoma el legado de su antecesor León XIII, quien puso los cimientos de la doctrina social de la Iglesia y en especial de los derechos laborales con su encíclica «Rerum novarum» (1891).

«Nuestro Dios es un Dios de compasión, y la compasión -podemos decir- es la debilidad de Dios, pero también su fuerza … el lenguaje de Dios es la compasión».

Cuando la abuela murió dejó a su familia un legado de silencio y profundidad respecto de Lublin, la ciudad polaca de la que huyó a Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

El principio de este filme es perturbador. A los créditos presentados en un fondo de silencio, sigue una música electrónica angustiante y, sin aviso a corte, una amable escena de un día de campo familiar, en un hermoso paisaje con un río…

Sus ojos quedaron abiertos en una dirección que se perdía entre las nubes. Aun cuando lo pusieron en la tierra seguían así, tal vez porque se habían quedado fijos por la sangre, el polvo, el sudor y el rictus de dolor que se quedaron pegados a su piel.

En la entrega anterior expliqué que acercarse a la espiritualidad por los verbos, además de interesante, permite mirar el trabajo evagélico de Jesús por sus acciones a modo de invitaciones que revelan la verdad profunda de la espiritualidad que no es doctrina sino seguimiento.