Mirada de mujer en el cine mexicano actual

Hace poco más de 25 años, en 1998, una telenovela acaparó la atención y los comentarios de los televidentes mexicanos durante casi un año: Mirada de mujer. En esta historia, María Inés es una esposa dedicada con cariño a su marido y a sus tres hijos jóvenes. Después de 27 años de casados, con una situación económica muy segura, su marido Ignacio decide dejar su hogar e irse con una joven novia. María Inés ha de replantearse ahora su vida, por lo que vuelve la mirada a sí misma y a todo lo que ha dejado de lado: sus gustos, intereses, carrera, afectos, sexualidad y proyectos. Conoce a un joven periodista con el que empieza una relación amorosa, así como una nueva visión de ella misma y de lo que desea vivir. La historia rompe con el modelo tradicional de la mujer en México: madre, esposa, abnegada, sufrida, olvidada de sí para entregarse sólo a su familia. Las y los miles de mexicanos que vimos esa historia televisada conectamos con lo que ya empezaba a replantearse en los roles de mujer y hombre, matrimonio y familia.

Hoy el lugar social de la mujer mexicana es diferente en la familia, la cultura, las artes, la política, el pensamiento, la academia y la Iglesia. La mujer ve por sí misma, pero también ve por los demás, por las nuevas y urgentes problemáticas sociales y por los cambios que se necesitan en el país. Porque México ya no es el mismo, sobre todo a partir de 2006, con el protagonismo de los cárteles. El cine actual refleja la mirada de la mujer, y lo recogemos en algunas películas mexicanas recientes.

Tótem

(Dir. Lila Avilés, 2023)

La historia se cuenta desde la mirada de una niña de siete años, Sol, que va a la fiesta que preparan para su joven papá, enfermo terminal, con quien ya no vive. Sol mira sin entender cómo la muerte está presente en el ambiente de la casa del abuelo y en la cantidad de detalles que crean las tías en esa última fiesta de cumpleaños. La mirada sobre la muerte cercana e inevitable y sobre la familia en su diversidad comienza ya desde muy temprana edad. Cuando la niña puede acceder a la habitación de su papá moribundo, él le regala el último cuadro que con dificultad ha logrado pintar, y en el que aparecen todos sus animales favoritos; es como un tótem que abraza a toda la familia y les ofrece protección. Al final de la fiesta, la mirada de Sol se fija en las velitas del pastel y en un último deseo, que no se cumplirá.

Ruido

(Dir. Natalia Beristain, 2022)

Julia, una mujer de posición acomodada, busca a su joven hija que desapareció al salir de vacaciones. En su camino se enfrenta al desinterés y la desidia de las autoridades, pero también se encuentra con otras mujeres que buscan a desaparecidos: una periodista, una abogada y varios colectivos de mujeres. Hay en la historia un continuo ir y venir sin descanso, un mirar y volver a mirar; el miedo se convierte en fortaleza y el silencio en denuncia en las calles. La mirada de Julia se amplía, pasando de lo íntimo a lo público, de lo personal a lo social. Ya no está sola en su búsqueda, las demás madres tampoco.

Manto de gemas

(Dir. Natalia López, 2022)

Confiesa Natalia López, su directora, en entrevista con el Instituto Mexicano de Cinematografía: «Cuando hablé con las madres con hijos desaparecidos explotó en mí el tema de la película, ahí me di cuenta de que necesitaba hacer una película colectiva, que no era sobre una persona o una anécdota, ni tenía que ver sólo con la violencia o el narcotráfico. […] Era tan grande el dolor de estas madres que me sentí incapaz de transmitir sus historias; después me di cuenta de que todos los mexicanos y mexicanas compartíamos una especie de herida, y cada vez que hablaba con la gente empecé a reconocer esa herida, por eso Manto de gemas es una película sobre lo que compartimos todos».

El eco

(Dir. Tatiana Huezo, 2023)

El saber de la vida cotidiana campesina se transmite de manera natural de abuelas a hijas, de madres a sus niñas, como El Eco, que es el nombre de la comunidad en la sierra norte de Puebla. Una transmisión viva de conocimientos y tradiciones, de dolores y esperanzas, de cambios y nuevas miradas. El ciclo de la vida marca los momentos para crecer, aprender, tomar decisiones o partir. Sentimos cómo todo lo que escuchan y ven los niños se convierte en un eco para el futuro, y en el asombro de la vida que nace y muere todos los días. La directora Tatiana Huezo teje en El Eco un hermoso relato en el que las mujeres son las protagonistas, mientras los hombres están ausentes, trabajando lejos o atados aún a un machismo heredado. El documental nos hace sentir cómo, a pesar de la dura realidad mexicana, aún son posibles la ternura y la esperanza.

Noche de fuego

(Dir. Tatiana Huezo, 2021)

La muerte acecha en México no sólo en su forma natural, sino en aquella provocada por la violencia, el crimen organizado, el abuso y la violación sobre los otros. Esta es la nueva mirada que han de padecer y asumir las mujeres desde su infancia. Así lo narra Tatiana Huezo, donde las protagonistas son tres niñas, que después veremos como adolescentes, tratando de aprender cómo vivir en medio de la inseguridad, el temor y el acoso criminal en su pueblo. «No es suficiente ver sólo con los ojos», les advierte el maestro de la escuela; hay que aprender a mirar de otra manera, y a cambiar también lo que miramos. 

Sin señas particulares 

(Fernanda Valadez, 2020)

Magda, una mujer de pueblo, toma el camino desde Guanajuato hacia Tijuana para buscar a su hijo adolescente, presuntamente asesinado o secuestrado por una banda criminal.  En su encuentro con las «autoridades» y los «servidores públicos», la cámara los mostrará sin dar la cara, como sombras difusas, seres distantes, indolentes y corruptos. Sólo Magda y otras pocas mujeres se animarán a buscar y enfrentar al monstruo de una realidad social que devora, roba y asesina sin que nadie lo detenga. Esto hasta que alguien se atreva a mirar de frente en mitad de la noche: una madre que nada tiene que perder porque ya nada le queda; una madre decidida a encontrar un cuerpo o el lugar en que fue enterrado, o quizás a su hijo vivo. Las mujeres y las madres de hoy no permanecen quietas, no piensan sólo en sí mismas, no se resignan.

El corazón, la mirada, los pasos y las voces de las mujeres viven hoy en muchas películas mexicanas. Son historias nuestras que reflejan el dolor de las familias, las heridas sociales, las luchas y esperanzas que abrazamos. Hoy la mujer no se mira sólo a sí misma, sino a otros y otras, a desconocidos con quienes teje lazos de hermandad, solidaridad, apoyo y búsqueda de justicia. También con nosotros como espectadores. Y juntos abrimos puertas y caminos.

En los últimos cinco años varias películas importantes reflejan esta mirada femenina hacia la realidad de las personas y la sociedad. Algunos ejemplos son: Cosas imposibles, Nudo Mixteco, El último vagón, La caída, La civil, Valentina o la serenidad y No nos moverán.

Estas películas pueden encontrarse en las siguientes plataformas digitales: en Prime Video, Sin señas particulares, Cosas imposibles, La caída, Nudo mixteco y Manto de gemas. En Netflix, Tótem, Noche de fuego, Ruido y El último vagón. Otros filmes aún no están disponibles en plataformas, sólo en cines.

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