Harry Potter 20 años después, una mirada cristiana al cine de fantasía (1)

Con motivo del vigésimo aniversario del estreno de «Harry Potter y la piedra filosofal», Cinépolis reestrena la saga que ha cautivado a generaciones. Estas películas no solo nos transportan a un mundo mágico lleno de aventuras, sino que también rescatan y promueven valores humanos y cristianos fundamentales que hoy recuperamos desde una mirada cristiana y de esperanza.

Harry Potter y la piedra filosofal. Dir. Chris Columbus (Reino Unido, 2001, 152 min.)

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En esta primera entrega de la heptalogía de Harry Potter conocemos la identidad y vocación de Harry Potter (Daniel Radcliffe), personaje que irá creciendo de una película a otra a la par del actor. Es decir, Daniel Radcliffe fue interpretando del 2001 al 2011 a un niño, adolescente y joven de su misma edad. Ahora que tenemos la obra completa podemos analizar ya de manera conjunta la evolución del personaje. En cada una de estas siete películas (la última, sabemos, consta de dos partes) nos pueden orientar estas preguntas: ¿Qué verdad enfrenta nuestro protagonista? ¿Qué herida lleva o descubre? ¿Qué busca o qué retos se le presentan? ¿Qué decisiones toma en cada curso escolar o etapa de su vida?

Harry Potter y la piedra filosofal tiene la estructura de tantos relatos de vocación que encontramos en la Biblia. Un niño huérfano de 11 años, que usa lentes, que vive con sus tíos, que duerme de bajo de una escalera… recibe una invitación de lo alto que le revela su verdad y un camino a seguir. Harry Potter descubre que es un mago e hijo de magos y que tiene un lugar reservado en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Los relatos de vocación de Abraham (Cf. Gn 12,1-2), Moisés (Cf. Ex 6,2-13), Jeremías (Cf. 1,4-10), Pedro (Cf. Lc 5,1-11) y otros tantos tienen en común, primero, que Dios es el que toma la iniciativa de llamar; segundo, que siempre hay que dejar algo: una tierra, un oficio, un lugar; tercero, que se va dar la gracia necesaria para llevar acabo la misión, aun con los defectos y limitaciones personales o pretextos que se pongan: “soy torpe de palabra” (Ex 6,12), “soy un muchacho” (Jr 1,7), “soy un pecador” (Lc 5,8).

En esta primera película Harry Potter descubrirá algo de su historia, quienes eran sus padres, por qué lleva esa cicatriz en la frente; conocerá a nuevos amigos, aprenderá conjuros, cuestiones sobre el discernimiento del bien y el mal; sobre lo que es fundamental en la vida y cuáles son sus deseos más profundos. Para esto último le ayuda mucho mirarse en el espejo de Oesed, un espejo mágico que muestra el deseo más profundo de quien se mira en él. En este espejo es donde Dumbledore (Richard Harris), el director del colegio, eligió guardar la piedra filosofal. La piedra filosofal es un objeto o sustancia que según los alquimistas tiene la propiedad de transmutar los metales en oro, pero hablando metafóricamente es aquello que da sentido y fundamento a la vida. Por eso hay que preservarla, cuidarla, defenderla y no dejar que nadie nos la robe. Harry Potter y la piedra filosofal puede ayudarnos a descubrir cuál es nuestra vocación en la vida, cuál es nuestro Principio y Fundamento (Cf. Ejercicios Espirituales de San Ignacio no. 23), por qué conviene luchar. Valores como la amistad, la fidelidad y la búsqueda de la verdad son valores que podemos encontrar en el comienzo de esta historia llena de magia.

Harry Potter y la cámara secreta. Dir. Chris Columbus (Reino Unido, 2002, 161 min.)

Comienza el segundo curso… Cada una de las películas de Harry Potter cuenta las aventuras, los aprendizajes y retos que enfrenta Harry y sus amigos a lo largo de un ciclo escolar en Hogwarts. En Harry Potter y la cámara secreta su director Chris Columbus, no se entretiene presentándonos a los personajes o dando más datos del universo de Harry Potter, va directo a la acción. En su habitación, Harry es visitado por un “elfo doméstico” llamado Dobby que le advierte de no asistir al segundo curso del colegio pues estará en peligro mortal. Su tío Vernon encierra a Harry, pero sus amigos Ron Weasley (Rupert Grint) y sus hermanos Fred y George (James y Oliver Phelps) van por él en un coche volador a rescatarlo y llevarlo a Hogwarts. De aquí en adelante nos esperan secuencias llenas de acción y suspenso y, por supuesto, de heroísmo y redención.

“Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, el Cristo, Hijo de Dios” (Mc 1,1), con estas palabras inicia Marcos su evangelio. A lo largo de los 16 capítulos Marcos nos habla sobre quién es Jesús y cuál es su buena noticia. En los primeros capítulos se nos habla de cómo la gente quedaba asombrada de su enseñanza (Cf. Mc 1,22), cómo curaba y liberaba a gente aquejada por diversos males (Cf. Mc 1,34), cómo su fama se extendía por todas partes (Cf. Mc 1,28)… pero muy pronto empieza el conflicto: el grupo de los fariseos y herodianos se unen para buscar la forma de acabar con él (Cf. Mc 3,6). Así como unos reciben a Jesús con asombro, alegría y esperanza; otros lo persiguen, lo acusan, lo quieren matar. Jesús, como sabemos, no se acobarda y sigue en su misión de anunciar a un Dios que es bueno y quiere que todos tengan vida. Es más, llama a otros para que “estuvieran con él, y para enviarlos a predicar con poder de expulsar demonios” (Mc 3,12-14). Jesús se hace de un grupo de amigos (discípulos) para que estén con él, pero a la vez prediquen (sean apóstoles) y en su nombre luchen contra todo mal. En Harry Potter y la cámara secreta nuestro protagonista invita a sus amigos Ron (Rupert Grint) y Hermione (Emma Watson) para descubrir juntos esa entidad maligna que amenaza y ha petrificado a varios estudiantes, sobre todo a los de raza “no pura”, es decir a los niños con aptitudes mágicas, pero nacido de gente común (muggle). En esta entrega conoceremos más de Lord Voldemort (Christian Coulson), el mayor enemigo de Harry Potter y quien mató a sus padres. Harry peleará con él que ha tomado la forma de una enorme serpiente (Cf. Gn 3,1ss. En la Biblia y en varias culturas este animal astuto y engañoso es símbolo del mal).

La película es entretenida, tiene unas buenas dosis de humor y excelentes efectos especiales, pero quizá más de dos horas y media sean mucho para el argumento a desarrollar. Para un análisis grupal podemos escoger algunas escenas que resalten valores como el trabajo en equipo, la solidaridad, el discernimiento, el amor redentor. En esta película como en la vida podemos ver dónde se oculta el mal, cómo nos acecha y paraliza; pero también cómo desenmascararlo, enfrentarlo, combatirlo.

Harry Potter y el prisionero de Azkaban. Dir. Alfonso Cuarón, (Reino Unido, 2004, 141 min.)        

En esta película Harry Potter y sus amigos ya son adolescentes. Alfonso Cuarón, quien fue invitado como director en esta tercera entrega, supo muy bien acompañar y dirigir a los también adolescentes Daniel Radcliffe, Rupert Grint y Emma Watson en esta historia que tiene un tono más oscuro que sus predecesoras. El director mexicano se tomó algunas libertades con respecto al libro y prestó mayor atención a la maduración psicológica y sexual del trío protagonista.

Harry Potter como todo adolescente experimenta cambios físicos, en su manera de actuar y de ver el mundo. En las primeras secuencias vemos a un Harry que se rebela con sus tíos, se llena de ira, no respeta normas y reglas (sabe que como estudiante de Howgarts no puede hacer uso de la magia fuera del colegio, y sin embargo, en una arranque de rabia, convierte a su tía Marge en una auténtica mujer-globo) y, finalmente, huye. En su búsqueda de identidad Harry cae en la cuenta de que los monstruos con los que hay que pelear están también dentro de él: tiene pensamientos –algo muy interno- que lo atormenta, inquieta, le quita la paz. Muy ilustrativos en este sentido son los dementores (seres putrefactos, cubiertos por una capa, que absorben la esperanza, la alegría y el calor de sus víctimas), a los que Harry tendrá que hacerles frente, y los nuevos personajes con sus dualidades y contradicciones: Remus Lupin (David Thewlis), un hombre-lobo; Sirius Black (Gary Oldman), hombre-perro; Peter Pettigrew (Timothy Spall), hombre-rata. Con dosis de humor y suspenso, Cuarón nos va presentando a estos animagos (magos o brujas que tienen la capacidad de transformarse en alguna especie animal) y dosificando de tal manera la información que no sabemos con claridad si Serius Black (el prisionero de Azkaban) es culpable o inocente, si quiere ayudar a Harry o matarlo, si es amigo (nos enteramos que lo fue de James Potter) o enemigo (este prófugo, le guste o no Harry, es su padrino). De esta contradicción humana tan bien ejemplificada o visualizada en la película nos da razón San Pablo en sus cartas: “tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere… Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondió: ‘Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad’… me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte” (2Co 12,1-10) o en Rm 7,20: “no hago el bien que quiero, sino el mal que detesto”.

Harry Potter y el prisionero de Azkaban es una película que aborda temas como la contradicción humana, los miedos ancestrales, los deseos más profundos. Dejemos que esa pantalla donde hemos visto esta historia tan bien contada (la crítica especializada la considera de las mejores de la saga) se convierta en un espejo donde nos podamos ver reflejados y reflexionar sobre la propia vida. Podemos comentar en grupo o en familia: ¿A qué le tengo miedo? ¿Qué cosas me provocan ira o rencor? ¿De qué me siento prisionero? ¿Con qué personaje me identifico más? ¿Por qué?

Harry Potter y el cáliz de fuego. Dir. Mike Newell (Reino Unido-E.U., 157 min.)

Harry Potter enfrenta situaciones muy adversas. Es atormentado por pesadillas que hacen que su cicatriz le duela más que de costumbre… y en la realidad hay signos que lo inquietan y preocupan. En el cielo del campo de Quiddtich ha aparecido la Marca Oscura, señal del malévolo Lord Voldemort (Ralph Fiennes) que no había sido vista desde hace trece años, precisamente desde aquella noche en que este mago -conocido también como Señor Tenebroso- mató a los padres de Harry. La película tiene elementos de comedia, acción y terror; pero, hay que decirlo, la crítica especializada estuvo muy dividida en su valoración. Se reconoce y celebra una mejora significativa en la interpretación de Daniel Radcliffe y la estupenda actuación de Ralph Fiennes como Lord Voldemort. Se le critica lo fragmentario y recortado de la historia. Quien no haya leído el libro le costará seguir la trama. La película, aunque tiene algunas escenas muy destacables e impresionantes, tiene una falla en la continuidad del hilo argumental.

El evangelio de Juan lo podemos dividir en cuatro partes: 1) Prólogo (1,1-51), 2) El libro de las “señales” (2,1-12,50), 3) El libro de la “Hora” de Jesús (13,1-20, 31), 4) Apéndice (21,1-25). En el Libro de las “señales” se nos presenta quién es Jesús y cuál es su oferta de salvación. Y esto lo vamos descubriendo a través de signos y señales. Así, podemos decir, Jesús es el vino nuevo (Cf. Jn 2,1-12), el agua viva (Cf. Jn 4,5-14), la luz del mundo (Cf. Jn 8,12), el buen Pastor (Cf. Jn 10,11ss). En Harry Potter y el cáliz de fuego encontramos muchos signos y señales para entender quien es Harry Potter y que misión tiene en la vida. Las tres pruebas que enfrenta Harry en el Torneo de los Tres Magos son muy sugerentes:

1.         Pelear con un dragón y tomar el huevo dorado de su nido. Este animal mitológico es en muchas culturas símbolo del mal (Cf. Ap 12,3-9). El huevo es considerado como símbolo universal de vida (Cf. La tradición de los huevos de pascua, símbolo de la resurrección de Cristo). Harry Potter vence el mal y busca la vida.

2.         Rescatar a una persona debajo del agua. Harry tiene que ir en busca de su amigo Ron y salvarlo de las profundidades. En la cultura judía, en tiempos de Jesús, el mar era símbolo de las fuerzas del mal. Cuando Jesús, en el pasaje de la vocación de Pedro (Cf. Lc 5,1-11), usa la expresión “pescar hombres” lo que está queriendo decir es sacar o salvar a los hombres de un grave peligro. Harry Potter, en esta ocasión y en otras, lo que busca es salvar a los que están atrapados en las fuerzas del mal.

3.         Cruzar un laberinto encantando. El significado cultural y la interpretación del laberinto como símbolo es muy rico. Jorge Luis Borges estaba fascinado con el concepto del laberinto y lo utilizó muchas veces en sus cuentos. Un laberinto pone a prueba las habilidades de un hombre o mujer para encontrar su destino. Harry llega hasta la Copa de los Tres Magos y al tocarla es transportado hasta un cementerio donde se encuentra con Peter Pettigrew y con el malévolo Lord Voldemort. Harry va de prueba en prueba, busca su destino y no deja de luchar contra el mal.

Harry Potter y el cáliz de fuego, en cuanto a calidad cinematográfica, trama y profundidad se quedó muy por debajo de sus predecesoras. Sin embargo, como hemos visto, mucho podemos sacar de ésta. La tenacidad, la creatividad, el sacrificarse por los demás, la búsqueda y defensa de la vida son valores que podemos encontrar en varias secuencias de esta cuarta entrega.

2 respuestas

    1. Con mucho respeto, opino humildemente que este artículo es forzar una narrativa que no significa de origen. Sin duda tiene elementos filosóficos muy poderosos que van desde la esencia y la existencia, pasando por Boecio en la idea de lo diabólico y la reconfiguración de Voldemort, hasta el humanismo y el constructivismo. No podía faltar la idea de lo femenino, de la justicia equitativa, del más allá, de una fenomenología superior, del concepto de amistad (Laín Entralgo), de la idea la existencia del mal, del ego retratado en tantas imágenes y de la desesperanza retratada en el espejo de OESED (deseo, al revés). No terminaría haciendo notas filosóficas de la obra y de sus personajes. Pero si bien me parece que J.K Rouling es un personaje más y no es la real autora de Harry Potter debido al inmenso, pero inmenso trabajo de compilación filosófica, teológica, pedagógica y de brujería real, no logro ver una articulación natural con el cristianismo. Puedo verla cristianamente como una obra que explica al ser humano y sus heridas. Es más, podría ser un tratado de desarrollo humano, pero me parece muy forzada la mirada bíblica.
      Gracias.

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