«El justo brilla como una luz en las tinieblas»
FEBRERO
Domingo 29
V del Tiempo Ordinario
- Is 58, 7-10
- Sal 111
- 1 Cor 2, 1-5
- Mt 5, 13-16
§ Para Isaías, la oscuridad tiene la capacidad de convertirse en luz cuando los pueblos asumen la decisión de transformar sus dinámicas estructurales de muerte en misericordia y vida. Sólo cuando esto acontezca, el egoísmo no estará de por medio en la relación con Dios y ésta se podrá establecer sin impedimentos.
§ En la Carta a los Corintios, Pablo les recuerda el modo en que él mismo les anunció el mensaje de la Salvación. Cuando nuestra acción, por más solidaria que sea, está centrada en nuestros deseos de aparecer, de ser aplaudidos o de ser honrados por «buenos», falsea esta acción, pero el apóstol nos da las claves para que esto no nos pase: poner delante a Jesús crucificado, y reconocer, ante todo, nuestra condición inherente de vulnerabilidad, incoherencia y fragilidad ante el misterio insondable de Dios.
§ En el Evangelio de Mateo, el Señor nos invita a permanecer en sintonía con su corazón para no perder el sabor o la luz que podemos realmente llegar a dar al mundo. Nosotros no somos los creadores de esta luz o del sabor, sólo somos sus frágiles transmisores.
Las lecturas de hoy nos invitan a ser cada vez más el resultado de una unidad profunda con el Dios encarnado de Jesús. Sin embargo, nos pone la alerta de no creer que esto es por nuestra voluntad o nuestros méritos, sino que es pura gracia y regalo del Señor. Por esto, las bondad y belleza que broten de esta unidad con Dios, están centradas en él más que en nosotros y es preciso estar atentos para que así sea.