Cine que previene el suicidio

En este mes de noviembre el papa León XIV nos invita a orar con él por la prevención del suicidio: «Oremos para que las personas tentadas por el suicidio encuentren en su comunidad el apoyo, el cuidado y el amor que necesitan y se abran a la belleza de la vida». A la luz de esta intención y de la Carta Samaritanus Bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida, recomiendo estas películas para ver y analizar en nuestras comunidades. 

Foto: Cathopic

El sabor de las cerezas de Abbas Kiarostami (Irán, 1997, 98 min.) 

http://youtube.com/watch?v=ukmYdGwVqPg

En las afueras de Teherán, en un paisaje seco y polvoriento, seguimos a un hombre de mediana edad que quiere suicidarse y busca afanosamente a alguien que lo entierre si lo consigue. Después de la negativa de un soldado y de un seminarista, un hombre mayor accede a ayudarlo… Pero antes le habla de su propio intento de suicidio y cómo, gracias al sabor de la cerezas arrancadas de un árbol, prefirió seguir viviendo. Comentemos la película a la luz de la Carta Samaritanus Bonus: «El Buen Samaritano, de hecho, ‘no sólo se acerca, sino que se hace cargo del hombre medio muerto que encuentra al borde del camino’. Invierte en él no solo el dinero que tiene, sino también aquel que no tiene y que espera ganar en Jericó, prometiendo que pagará a su regreso. Así Cristo nos invita a fiarnos de su gracia invisible y nos empuja a la generosidad basada en la caridad sobrenatural, identificándose con cada enfermo: ‘Cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis’ (Mt 25, 40). La afirmación de Jesús es una verdad moral de alcance universal: ‘se trata de “hacerse cargo” de toda la vida y de la vida de todos’,  para revelar el Amor originario e incondicionado de Dios, fuente del sentido de toda vida».

La sociedad de los poetas muertos de Peter Weir (EUA, 1989, 124 min.)

Esta película cuenta la historia de un grupo de jóvenes estudiantes de un estricto colegio privado de Nueva Inglaterra que descubrirá el encanto de la poesía, el significado del “carpe diem” (aprovechar el momento) y la importancia de luchar para alcanzar los sueños. Todo esto gracias a la ayuda de el Sr. Keating (Robin Williams, estupendo), un profesor poco convencional que despierta sus mentes y la pasión por la vida. Reflexionemos y comentemos estas palabras de Samaritanus Bonus:  «el programa del Buen Samaritano es ‘un corazón que ve’. Él ‘enseña que es necesario convertir la mirada del corazón, porque muchas veces los que miran no ven. ¿Por qué? Porque falta compasión. Sin compasión, el que mira no se involucra en lo que observa y pasa de largo; en cambio, el que tiene un corazón compasivo se conmueve y se involucra, se detiene y se ocupa de lo que sucede’. Este corazón ve dónde hay necesidad de amor y obra en consecuencia. Los ojos perciben en la debilidad una llamada de Dios a obrar, reconociendo en la vida humana el primer bien común de la sociedad. La vida humana es un bien altísimo y la sociedad está llamada a reconocerlo».

El primer día de mi vida de Paolo Genovese (Italia, 2023, 116 min.)

Un hombre misterioso se presenta a cuatro personas que han tocado fondo y quieren acabar con todo para ofrecerles un trato: una semana para que vuelvan a enamorarse de la vida. Su intención es ofrecer la oportunidad de hacerles ver cómo sería el mundo sin ellos y ayudarlos a encontrar un nuevo sentido a sus vidas. La película es noble, emotiva, humana, con algunas dosis de comedia, que puede ayudar a reflexionar sobre el suicidio y su prevención. Reflexionemos y comentemos estas palabras de la Carta Samaritanus Bonus: «Todo enfermo tiene necesidad no solo de ser escuchado, sino de comprender que el propio interlocutor “sabe” que significa sentirse solo, abandonado, angustiado frente a la perspectiva de la muerte, al dolor de la carne, al sufrimiento que surge cuando la mirada de la sociedad mide su valor en términos de calidad de vida y lo hace sentir una carga para los proyectos de otras personas. Por eso, volver la mirada a Cristo significa saber que se puede recurrir a quien ha probado en su carne el dolor de la flagelación y de los clavos, la burla de los flageladores, el abandono y la traición de los amigos más queridos».

Un hombre gruñón de Hannes Holm (Suecia, 2015, 116 min.)

Ove (Rolf Lassgard), es un hombre de 56 años, gruñón, enfermo, con pocos amigos, que ha perdido la fe en todo el mundo, incluso en él mismo. Ha tenido varios intentos de suicidio, que no se han concretado por que alguien llama a su puerta por alguna razón, sobre todo una familia que se muda a lado de su casa. La película estuvo nominada  a los Oscares en el 2016 a Mejor película de habla no inglesa. Reflexionemos y comentemos este texto de Samaritanus Bonus: «El hombre, en cualquier condición física o psíquica que se encuentre, mantiene su dignidad originaria de haber sido creado a imagen de Dios. Puede vivir y crecer en el esplendor divino porque está llamado a ser a ‘imagen y gloria de Dios’ (1 Cor 11, 7; 2 Cor 3, 18). Su dignidad está en esta vocación. Dios se ha hecho Hombre para salvarnos, prometiéndonos la salvación y destinándonos a la comunión con Él: aquí descansa el fundamento último de la dignidad humana. Pertenece a la Iglesia el acompañar con misericordia a los más débiles en su camino de dolor, para mantener en ellos la vida teologal y orientarlos a la salvación de Dios. Es la Iglesia del Buen Samaritano, que ‘considera el servicio a los enfermos como parte integrante de su misión’».

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