Cine por la convivencia común

En este mes de agosto el Papa León XIV nos invita a orar con él por la convivencia común: «Oremos para que las sociedades en que la convivencia parece más difícil no sucumban a la tentación del enfrentamiento por motivos étnicos, políticos, religiosos o ideológicos». A la luz de esta intención y del magisterio del Papa Francisco recomiendo estas películas para ver y comentar en nuestras comunidades.

Parásitos de Bong Joon-ho (Corea del Sur, 2019, 132 min.)

Provocativa y bien llevada película que nos recuerda el cine de Alfred Hitchcock y Luis Buñuel. Parásitos se desarrolla en Corea del Sur, pero podría suceder en cualquier parte del mundo donde se da el engaño, el consumismo exacerbado, las marcadas diferencias entre las distintas clases sociales, la difícil convivencia en la ciudad y una violencia que crece. En este sentido el papa Francisco nos alerta: “Si no logramos recuperar la pasión compartida por una comunidad de pertenencia y de solidaridad, a la cual destinar tiempo, esfuerzo y bienes, la ilusión global que nos engaña se caerá ruinosamente y dejará a muchos a merced de la náusea y el vacío. Además, no se debería ignorar ingenuamente que ‘la obsesión por un estilo de vida consumista, sobre todo cuando sólo unos pocos puedan sostenerlo, sólo podrá provocar violencia y destrucción recíproca. El ‘sálvese quien pueda’ se traducirá rápidamente en el ‘todos contra todos’, y eso será peor que una pandemia” (Fratelli tutti, 36).

Mandarinas de Zaza Urushadze(Estonia, 2013, 83 min.)

Esta película, nominada al Oscar a Mejor película de habla no inglesa en 2014, se desarrolla en el año 1990, en una región rural apartada de Abjasia. Ivo (Lembit Ulfsak) es un carpintero que fabrica cajas para las frutas de su amigo Margus (Elmo Nüganen), propietario de una finca de mandarinas. Ivo salva la vida de dos soldados de bandos contrarios, uno checheno, otro georgiano, y los aloja en su misma casa. Mandarinas es una película que nos puede ayudar a reflexionar sobre la amistad, el perdón y la reconciliación en un contexto de guerra. Veamos con una mirada compasiva esta parábola pacifista y reflexionemos estas palabras que nos dice el papa Francisco: “A los que están heridos por divisiones históricas, les resulta difícil aceptar que los exhortemos al perdón y la reconciliación, ya que interpretan que ignoramos su dolor, o que pretendemos hacerles perder la memoria y los ideales. Pero si ven el testimonio de comunidades auténticamente fraternas y reconciliadas, eso es siempre una luz que atrae” (Evangelii gaudium,100).

Tierra de nadie de Danis Tanovic (Bosnia y Herzegovina, 2001, 98 min.)

En la Guerra de Bosnia (1993), nos encontramos con dos soldados de bandos contrarios atrapados entre las líneas enemigas, en tierra de nadie. Un sargento de los cascos azules de las Naciones Unidas se dispone a ayudarlos. Los medios de comunicación no tardan en intervenir, la tensión bélica crece y, por supuesto, los soldados intentarán por todos los medios de salir con vida. La película mezcla el drama, la comedia y la ironía. Dejémonos cuestionar por esta historia y analicémosla a la luz de la parábola del buen samaritano: “La historia del buen samaritano se repite: se torna cada más visible que la desidia social y política hace de muchos lugares de nuestro mundo un camino desolado, donde las disputas internas e internacionales y los saqueos de oportunidades dejan a tantos marginados, tirados a un costado del camino. En su parábola, Jesús no plantea vías alternativas, como ¿qué hubiera sido de aquel malherido o del que lo ayudó, si la ira o la sed de venganza hubieran ganado espacio en sus corazones? Él confía en lo mejor del espíritu humano y con la parábola lo alienta a que se adhiera al amor, reintegre al dolido y construya una sociedad digna de tal nombre” (Fratelli tutti, 71).

Sueño en otro idioma de Ernesto Contreras (México, 2017, 103 min.)

Martín es un joven lingüista que llega a un pueblo de la selva con la intención de conocer y preservar un idioma que está a punto de extinguirse. El problema es que sólo quedan dos hablantes con vida, Evaristo e Isauro, y llevan cincuenta años sin dirigirse la palabra. Los protagonistas se enfrentan al dilema de salir al otro o encerrarse, de perdonar o vengarse, de acoger o rechazar, de compartir un idioma o dejar que se pierda. A propósito del diálogo y la comunicación el papa Francisco nos dice: “Acercarse, expresarse, escucharse, mirarse, conocerse, tratar de comprenderse, buscar puntos de contacto, todo eso se resume en el verbo ‘dialogar’. Para encontrarnos y ayudarnos mutuamente necesitamos dialogar. Me basta pensar qué sería el mundo sin ese diálogo paciente de tantas personas generosas que han mantenido unidas a familias y comunidades. El diálogo persistente y corajudo no es noticia como los desencuentros y los conflictos, pero ayuda discretamente al mundo a vivir mejor, mucho más de los que podamos darnos cuenta” (Fratelli tutti, 198).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Síguenos en nuestras redes sociales
Suscríbete al boletín semanal