Cine para mirar lo político

En este mes de agosto el papa Francisco nos invita a orar por los líderes políticos: “Oremos para que los líderes políticos estén al servicio de su pueblo, trabajando por el desarrollo humano integral y el bien común, atendiendo a los que han perdido su empleo y dando prioridad a los más pobres”. A la luz de esta intención y siguiendo la encíclica Fratelli tutti, recomiendo estas películas para comentar y analizar en nuestras comunidades.

No de Pablo Larraín (Chile, 2012, 118 min.)

René Saavedra (Gael García Bernal, estupendo) es un publicista chileno que regresa a su país después de su exilio en México. Con un grupo de amigos y colegas diseña una original campaña que propugna el No al plebiscito chileno de 1988 y así poner fin a la dictadura militar de Augusto Pinochet. Esta es una película bien documentada, ambientada en los ochenta, que tiene que ver con la mejor política y la esperanza. Reflexionemos y comentemos esta invitación que nos hace el papa Francisco: “Cada día se nos ofrece una nueva oportunidad, una etapa nueva. No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan, sería infantil. Gozamos de un espacio de corresponsabilidad capaz de iniciar y generar nuevos procesos y transformaciones. Seamos parte activa en la rehabilitación y el auxilio de las sociedades heridas. Hoy estamos ante la gran oportunidad de manifestar nuestra esencia fraterna, de ser otros buenos samaritanos que carguen sobre sí el dolor de los fracasos, en vez de acentuar odios y resentimientos. Como el viajero ocasional de nuestra historia, sólo falta el deseo gratuito, puro y simple de querer ser pueblo, de ser constantes e incansables en la labor de incluir, de integrar, de levantar al caído […]. Alimentemos lo bueno y pongámonos al servicio del bien” (n. 77). Oremos con el Papa por los líderes políticos para que con creatividad y honestidad trabajen por el bien común.

Selma de Ava DuVernay (EUA, 2014, 123 min.)

 Esta película es una crónica sobre la lucha del político y activista Dr. Martin Luther King Jr. (David Oyelowo) en defensa de los derechos civiles. Hace memoria de la marcha desde Selma a Montgomery, Alabama, en 1965, que llevó al presidente Lyndon B. Johnson (Tom Wilkinson) a aprobar la ley sobre el derecho al voto de los ciudadanos negros. El tema del racismo y la ciudadanía también es abordado por el papa Francisco en su encíclica sobre la fraternidad: “Hay periferias que están cerca de nosotros, en el centro de una ciudad, o en la propia familia. También hay un aspecto de la apertura universal del amor que no es geográfico sino existencial. Es la capacidad cotidiana de ampliar mi círculo, de llegar a aquellos que espontáneamente no siento parte de mi mundo de intereses, aunque estén cerca de mí. Por otra parte, cada hermana y hermano que sufre, abandonado o ignorado por mi sociedad es un forastero existencial, aunque haya nacido en el mismo país. Puede ser un ciudadano con todos los papeles, pero lo hacen sentir como un extranjero en su propia tierra. El racismo es un virus que muta fácilmente y en lugar de desaparecer se disimula, pero está siempre al acecho” (n. 97). Oremos con el Papa por los líderes políticos para que trabajen por el desarrollo humano integral y den prioridad a los más pobres.

Elefante blanco de Pablo Trapero (Argentina, 2012, 106 min.)

Esta película nos cuenta la historia de dos curas, Julián y Nicolás, que tras sobrevivir a un intento de asesinato por parte del ejército durante su trabajo en Centroamérica, llegan a una barriada en Buenos Aires para desarrollar ahí su apostolado y labor social. Sobre los movimientos populares el papa Francisco nos dice: “es bueno promover que ‘estos movimientos, estas experiencias de solidaridad que crecen desde abajo, desde el subsuelo del planeta, confluyan, estén más coordinadas, se vayan encontrando’. […] ellos ‘son sembradores de cambio, promotores de un proceso en el que confluyen millones de acciones grandes y pequeñas encadenadas creativamente, como una poesía’. En este sentido son ‘poetas sociales’ que trabajan, proponen, promueven y liberan a su modo. Con ellos será posible un desarrollo humano integral, que implica superar ‘esa idea de las políticas sociales concebidas como una política hacia los pobres pero nunca con los pobres, nunca de los pobres y mucho menos inserta en un proyecto que reunifique a los pueblos’ ” (n. 169). Oremos con el Papa por los líderes políticos para que estén al servicio del pueblo y trabajen con los pobres y dando prioridad a los que menos tienen.

Invictus de Clint Eastwood (E.U., 2009, 134 min.)

Tras ser liberado de prisión y ocupar la presidencia de Sudáfrica en 1994, Nelson Mandela (Morgan Freeman, genial) inicia una política de reconciliación entre la mayoría negra, que fue oprimida en el Apartheid, y la minoría blanca. Mandela fija su atención en la selección sudafricana de rugby que pasa por una mala racha y no cuenta con el apoyo de la población negra. Para avanzar en esta búsqueda de reconciliación convoca al capitán del equipo François Pienaar (Matt Damon) y juntos se empeñan en lograr un cambio de mentalidad en el pueblo y orientarla a la unidad nacional. Al hablar sobre La mejor política, el papa Francisco nos dice: “reflexionando sobre el propio pasado la pregunta no será: ‘¿Cuántos me aprobaron, cuántos me votaron, cuántos tuvieron una imagen positiva de mí?’. Las preguntas, quizá dolorosas, serán: ‘¿Cuánto amor puse en mi trabajo, en qué hice avanzar al pueblo, qué marca dejé en la vida de la sociedad, qué lazos reales construí, qué fuerzas positivas desaté, cuánta paz social sembré, qué provoqué en el lugar que se me encomendó?’ ” (n. 197). Oremos con el Papa por los líderes políticos para que trabajen siempre por la paz, la reconciliación y el bien común.

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