Evangelio del domingo 27 de abril

«El resucitado puede transformar nuestra realidad, Él trae la Paz y el perdón».

Abril

  • Hech 5, 12–16
  • Sal 117
  • Ap 1, 9–11a.12–13.17–19
  • Jn 20,19–31

§ Jesús–Cristo resucitado viene a traernos la Paz, el perdón y la reconciliación. No podemos dudar de que la presencia del Resucitado transforma la realidad y la existencia de sus discípulos. Él nos da su Espíritu para que podamos caminar como hermanos con las marcas de nuestras heridas.

§ Jesús–Cristo resucitado hace fisuras y consigue entrar donde todo parece cerrado. Los discípulos tenían miedo, por eso se encerraron, pero el Resucitado que venció la muerte hace fisuras de Salvación por donde el Espíritu entra, y comienza a costurar nuestras heridas. Es por esas heridas que Él costura «nuestros cuerpos separados» de los otros hermanos, nos reconcilia y nos hace ser un solo cuerpo.

§ Los discípulos, al ver a Jesús Resucitado y la Paz que Él trae, se llenan de alegría. Pero a nosotros, que contemplamos nuestra realidad de tanta violencia, nos resulta difícil creer en eso porque el miedo nos puede encerrar en nosotros mismos. Las heridas de nuestros hermanos se ven tan profundas que a veces perdemos la fe y la esperanza. Huimos para buscar la paz en las cosas superficiales, pero allí no encontramos esa Paz que sólo el Resucitado nos puede dar. Porque no es una paz que tranquilice, sino una Paz que transforma la realidad y nuestra existencia.

Esa Paz transformadora sólo la trae el Resucitado, que hace fisura en la muerte para traernos Vida. La paz esté con ustedes.

Ilustración: ©Tzitzi Santillán

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