Las posadas son una celebración tradicional decembrina que forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de México, pues, además de la creencia en la fe católica, se necesita de la organización de las comunidades para esta fiesta. Las posadas reúnen gran variedad de artes: se necesita un cantante que entone con fervor las letanías, se requiere de un artesano que fabrique una piñata, se recurre a la cocina para preparar los platillos típicos de la época como tamales, pozole y ponche, y el trabajo de muchas manos para la representación a escala de los Nacimientos. A continuación, te presentamos algunos datos sobre cada símbolo presente en las posadas.
Según la Dirección General de Culturas Populares, la celebración de las posadas data del año 1587 en el pueblo de San Agustín de Acolman, Estado de México, su propósito fue el de adoctrinar a los pueblos originarios. Nació así un «sincretismo» entre la cultura cristiana y la prehispánica. Desde ese periodo de evangelización de la Nueva España, en la celebración se mezclan elementos de católicos y de las creencias del pueblo azteca, pues el 23 de diciembre es el nacimiento del dios Huitzilopochtli, dos días después el nacimiento del Niño Jesús.
La letanía
Es el canto que representa el viaje de la Sagrada Familia para encontrar un espacio para el nacimiento de Jesús. Es la primera actividad que se realiza en las posadas y los asistentes tienen que separarse en dos grupos: los que piden posada afuera del lugar y los que darán posada dentro del lugar. Al final de la letanía todos los asistentes cantan al simbolizar la superación de las adversidades de José y María durante el camino previo al nacimiento de Jesús.
Las piñatas
La piñatería es un arte y un oficio popular de nuestro país. Dentro de las posadas se pasa a «romper la piñata». La tradición dicta que la piñata debe tener la forma de una estrella —como la estrella de Belén—, adornada con siete picos que representan a los siete pecados capitales, los cuales se deben romper con los ojos vendados, haciendo alusión al dicho popular «la fe es ciega». Como recompensa a la derrota de los pecados hay dulces y frutas en el interior de la piñata, como muestra de la riqueza que hay en el cielo.
Los Nacimientos
En algunos pueblos de México se acuesta al Niño Jesús el mismo día de las posadas y se levanta el Día de la Candelaria (2 de febrero). En ella se representa a escala el nacimiento de Jesús con figuras de resina y cerámica de personajes bíblicos y animales. En este proceso se cambia al niño, se perfuma y se arrulla con cantos religiosos, pues se celebra el nacimiento del Salvador. En México se incluyen figuras como los Reyes Magos, los pastores y el diablo. En nuestro país se fabrican figuras del Niño Dios a gran escala.
Las bengalas
Las luces de bengala hacen alusión a las estrellas que guiaron el camino de María y José. En las posadas las bengalas se prenden al inicio, durante el canto de la letanía para pedir posada.
Las velas
Las velas, al igual que las bengalas, se utilizan durante el inicio de las posadas y también durante el arrullo al Niño Dios en los nacimientos. Las velas guiaron el andar de los peregrinos y de los pastores al visitar al Niño Dios.
Los villancicos
Los villancicos surgen durante el Renacimiento y son las coplas o canciones que canta el pueblo. En México el primer canto considerado como villancico es «Hoy nació el redentor del mundo». Recordemos que sor Juana Inés de la Cruz aportó en su obra algunos villancicos. Algunos grupos de personas se organizan para cantar villancicos como «Noche de paz», «Mi burrito sabanero», «El niño del tambor» o «Los peces en el río». La mayoría son de origen español y centroamericano.
La comida
Los tamales, el ponche, el atole, en fin, los platillos varían según la región, el pueblo y la fruta propia de las comunidades. Los saberes gastronómicos representan el agradecimiento comunitario. No es casualidad que los tamales sean elaborados con maíz, pues en Mesoamérica se celebraba la fertilización del maíz.
Aguinaldo
Estamos acostumbrados a asociar la palabra aguinaldo a la gratificación de ley que reciben las personas obreras y trabajadoras durante el mes de diciembre, previo a la celebración de la Navidad. En las posadas se le llama aguinaldo a las colaciones, dulces típicos de México, y éste es un elemento que también tiene su origen en la época prehispánica. Tras la llegada de los españoles a los territorios mexicas cambiaron el culto del nacimiento del sol por las misas de aguinaldos, en las cuales se leían los versículos bíblicos para iniciar la culturización occidental. Se les entregaban aguinaldos —regalos— a quienes formaban parte de estas misas. En las posadas es común que se repartan colaciones y demás dulces, incluso bolsitas de dulces. Las colaciones son dulces mexicanos elaborados a base de azúcar y colorantes. Tienen textura rugosa y son del tamaño de un cacahuate. Los colores más comunes son rosa, celeste verde y blanco. Es decir, el aguinaldo era el regalo de navidad de los evangelizadores a las personas originarias que asistían a misas.
Mientras los evangelizadores «adoraban» al Niño Dios, los pueblos mesoamericanos participaban en la tradición de los «tlaloques», adoradores y servidores de Tláloc, dios de la lluvia muy relacionado con la cosecha y el maíz. El investigador Germán Andrade Labastida afirma que durante la celebración del nacimiento de Huitzilopochtli se hacía fiesta en todas las casas y se obsequiaba a los invitados pequeños ídolos de maíz acompañados de comida.
El sincretismo producto de dos culturas permitió la creación de nuevas tradiciones de los pueblos y las comunidades que se han conservado hasta nuestros días. Y, como afirma Adolfo Colombres, los individuos que integran las sociedades son mortales, todo lo aprendido por ellas estaría condenado a perderse de no ser por la transmisión.