La evangelización de la población nativa fue una parte integral de las incursiones españolas en el continente americano. Poco después de la caída de Tenochtitlan en 1521, llegaron los famosos doce frailes franciscanos en 1524, seguidos por doce dominicos en 1526 y siete agustinos en 1533.
Ese mismo año de 1533, encontrándose Nuño Beltrán de Guzmán, ordenó una expedición de avanzada al norte por territorio inexplorado, capitaneada por su sobrino, Diego de Guzmán, quien pasó a la historia como el primer español en pisar tierra sonorense.
En 1536, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, naufragado en la costa de Texas, se internó por el actual estado de Sonora en su intento por alcanzar la costa del Pacífico.
El 28 de septiembre de 1572, llegó a la Ciudad de México el primer grupo de jesuitas enviado por el Padre General de la Compañía de Jesús, Francisco de Borja. Venía como Provincial el Padre Pedro Sánchez con 14 compañeros de su orden.
A los dos días de su llegada a la Capital del Virreinato, a la media noche entre el 30 de septiembre y el primero de octubre de 1572, moría en Roma el P. General Francisco de Borja, con la satisfacción de haber cumplido con la recomendación de Ignacio de Loyola cuando dijo: «Al Messico invíense, siendo solicitados o sin serlo» («Envíenlos a México, ya sea que sean solicitados o no»).
Los jesuitas habrían de ocuparse del Noroeste, la frontera indómita, “tierra incógnita” que atraía el espíritu misionero de los jesuitas.
El 6 de julio de 1591, llegaron a la villa de San Felipe y Santiago de Sinaloa los jesuitas Gonzalo de Tapia y Martín Pérez.
Fue la primera misión permanente establecida por los jesuitas en la Nueva España, primero como cabecera y después como Rectorado. Se puso bajo el patronazgo de Nuestra Señora de Cinaloa. Hoy se denomina Sinaloa de Leyva.
Actualmente, las tribus Yaquis y Mayos continúan con sus tradiciones y creencias, celebrando sus fiestas patronales.
En esta oportunidad, compartimos la Fiesta de San Juan Bautista, en Pueblo Viejo de Navojoa, situada al sur del estado de Sonora.
Estos pueblos en el actual estado de Sonora fueron las bases de un sistema de misiones que completará el Padre Eusebio Kino desde 1687. Ese capítulo de la historia lo veremos en otro documental ya realizado.
Las misiones jesuíticas se iniciaron en Sinaloa y luego se trasladaron a Sonora y son el resultado del esfuerzo de misioneros e indígenas, hombres que nos dejaron este sincretismo.
Debemos preservar las tradiciones y las fiestas de los pueblos indígenas que son el patrimonio intangible y la memoria del pueblo sonorense.
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