Kailash Satyarthi: «Pan, juego, educación y amor»

El tráfico ilegal de menores de edad, la trata de mujeres, la actual esclavitud laboral en jóvenes y la violencia sexual, que amenaza a niños pequeños diariamente, son temas que me impiden conciliar el sueño por las noches. Me parece devastador que una adolescente de 17 años sienta la absoluta necesidad de escribir sobre este tema. ¿No debería yo, una menor de edad, preocuparme sobre mis estudios y mis amistades? ¿No deberían esos niños estar en un hogar con familias amorosas? Eso sería una utopía, pero no en esta vida, en la que aproximadamente 8.4 millones de jóvenes son expuestos a la esclavitud moderna (UNICEF, 2005).

«Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados» (Mateo 5:6)

Antes de 1980 no existía ningún instrumento jurídico internacional que asegurara que las infancias fueran protegidas de distintos tipos de violencia y otras amenazas (UNESCO, 2023). Esto fue hasta el año 1986, cuando se promulgó el artículo 32 de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (EBSCO, 2025). El artículo declara lo siguiente:

«Los Estados Parte reconocen el derecho del niño a estar protegido contra la explotación económica y contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda ser peligroso o entorpecer su educación, o que sea nocivo para su salud o para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral o social» (OHCHR, 1989).

Sin embargo, el trabajo infantil sigue siendo un grave problema en contra de los Derechos Humanos en la India, hogar de Kailash Satyarthi, ingeniero de profesión, pero activista en el alma, y del que quiero hablar en este artículo.

La historia de Kailash Satyarthi comienza en su juventud, cuando decide que su primera arma será la palabra escrita. Así empieza a redactar artículos, haciendo frente a la opresión en contra de mujeres y niños. Satyarthi nunca se imaginó que, tiempo después, él mismo pondría su propia vida en riesgo para salvar a una niña, que fue vendida para ser exhibida en un burdel, en contra de su voluntad. En la India, un país en donde abunda la pobreza, la superpoblación, la falta de servicios sociales, el sistema de castas y la corrupción, Kailash pudo visualizar, de primera mano, la explotación y el abuso hacia las infancias de la India.

«Si ella fuera mi hija, yo voltearía al mundo al revés para rescatarla» (Kailash Satyarthi, 2018).

Lo que empezó como una misión de rescate, independiente y fallida, creció hasta convertirse en Bachpan Bachao Andolan (BBP), una iniciativa de asociación para la acción voluntaria, o, mejor dicho, el movimiento más grande en India en contra de la esclavitud y el tráfico de niños y niñas que ha rescatado a más de 132 mil 948 menores de edad hasta la fecha.

Kailash Satyarthi fue responsable de crear un centro de rehabilitación temporal para niños en Delhi, llamado Mukti Ashram, donde se les provee comida, ropa, asistencia legal, ayuda médica y psicológica, educación y recreación hasta ser recogidos por sus familias. De igual manera, surgió el centro de rehabilitación de largo plazo llamado Bal Ashram, localizado en Rajasthan, que hospeda a niños y niñas rescatados, que no pueden regresar a sus familias. Satyarthi no solamente detectó un problema latente en su sociedad, que conmovió su corazón, también tomó acciones concretas para intentar ponerle un freno a la crueldad que ardía en silencio.

«[11] Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí. [12] Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes» (Mateo 5:11–12).

En los textos bíblicos, Elías fue perseguido por afirmar el reino de Dios sobre Baal; Juan el bautista fue decapitado por hablar en contra de los pecados de los poderosos; los discípulos de Jesús fueron torturados por evangelizar el mundo. Asimismo, por declarar la venidera victoria del bien sobre el mal, Jesús sufrió la peor de las muertes y humillaciones.

Kailash Satyarthi, al perseguir a criminales y mafias, también ganó enemigos que creaban complots en contra del BBA. De hecho, sus oficinas llegaron a ser quemadas y saqueadas. A Satyarthi lo dejaron inconsciente. Se formaron multitudes de opositores que atacaban por todas partes. Las autoridades fueron compradas para amenazar a los activistas que peleaban por justicia. En un trágico día, uno de los mejores amigos de Kailash fue asesinado a golpes en una manifestación. De esta manera se oponen los explotadores de menores a la lucha por transformación, restauración y paz, defendiendo un orden basado en el abuso y la orpesión.

«Cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar», dijo Jesús en el evangelio de Mateo (18:6).

Defender a los niños de India, esclavizados por la industria, significaba combatir un veneno cultural lento y silencioso, y Kailash Satyarthi sabía que podría ser asesinado por tratar de encontrarle una cura.

En ese sentido, encuentro incontables paralelos entre la vida de Jesús y la de Kailash. Jesús, en un acto desinteresado, se vulnera y entrega su cuerpo para rescatar a los indefensos. Jesús resucita a un joven, y no solo lo trae devuelta a la vida, sino que lo regresa a brazos de su madre. Jesús, que después de curar a la mujer que sangra, restaura su dignidad, su lugar en la sociedad, y la llama «hija». Así, humaniza a alguien que era considerada tierra para pisotear. Kailash Satyarthi y Jesús de Nazareth comparten valores, aún después de 2025 años. Valores de «justicia, coraje, compasión, integridad, y libertad», como los que propone Bachpan Bachao Andolan.

Así como Kailash Satyarthi, yo también tengo un sentido de justicia y un deseo de proteger a aquellos que son víctimas, quienes no se pueden defender solos. Si algo me enseña la historia, el carácter de este hombre, y mi propia fe, es a no escuchar al miedo ni a las amenazas de un mundo que, deliberadamente, arrebata la infancia de los inocentes. Me dicen que un líder es alguien compasivo, consciente, comprometido, competente y contemplativo en la acción. Sinceramente, yo no encuentro mejores palabras para describir a Kailash Satyarthi, ganador del Premio Nobel de la Paz en 2014.

Para saber más:

  • Bachpan Bachao Andolan. (2024, 27 de junio). Bachpan Bachao Andolan. https://bba.org.in/ 
  • Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. (s.f.). Convención sobre los Derechos del Niño. https://www.ohchr.org/es/instruments-mechanisms/instruments/convention- rights-child 
  • SoulPancake. (2018, 27 de noviembre). The price of free [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=UsqKz1hd_CY 
  • UNESCO Courier. (s.f.). Kailash Satyarthi: En marcha por los derechos del niño. UNESCO. https://courier.unesco.org/es/articles/kailash-satyarthi-en-marcha- por-los-derechos-del-nino 
  • Child labor in India. (s.f.). EBSCO Research Starters. https://www.ebsco.com/research-starters/law/child-labor-india 

7 respuestas

  1. Querida y admirable Sarahí: te leo, una vez más, con especial asombro. Quedo atónita ante muchísimas virtudes que se muestran -como es costumbre- en cada una de tus líneas. Comienzo por mencionar que para mí (disculpa por ello) no es devastador que una joven como tú se preocupe (y ocupe) por temas como el que expones. Tus estudios y amistades también tienen cabida en semejante cabeza, pero es menester que te expreses como lo haces, porque agregas un valor incalculable a quienes te leemos (seguramente, un número cada vez mayor): más, al conocer tu joven edad. Ovaciono este artículo y creo que, al igual que Kailash Satyarthi, tu arma poderosa (y divina) es la palabra escrita: tiene fondo, tiene forma, tiene espíritu. Hay esperanza al leerte, pues como adulta que soy, eliminas de mi pensamiento aquello de que «la juventud está perdida»: NO lo está y para muestra, he aquí un botón. Que Dios continúe fortaleciendo tus clarísimos dones y talentos y que tú sepas continuar ese camino, en el que los aprovechas tan bien. Me dejas pensando mucho y conociendo más. Gracias.

  2. Q importante msje. Se eriza la piel leerlo , saber q es una realidad tristemente q se da en la actualidad .
    Felicidades mi niña hermosa x tu capacidad de redacción y tu sensibilidad x tan tristes echos , y tú preocupación x la bulenerabilidad de tantos niños sobajados.

  3. Me gusta mucho tu pasión por la justicia y me conmueve el dolor de este sufrimiento infantil. Gracias por ser las palabra dr los que ya no tienen palabras. Porque el sufrimientos el miedo se las ha acallado.
    Que Jesús vivo siga guiandote en todo momento.

  4. Un texto que despierta conciencia y aporta una mirada humanista imprescindible. Sin embargo, me deja pensando en el gran reto: ¿cómo llevar estos principios, pan, juego, educación y amor, de la reflexión a la acción concreta en contextos donde la desigualdad parece inamovible? Ahí está el verdadero desafío. Gracias, Sarahi, por abrir un debate necesario y recordarnos que la transformación social comienza en lo esencial, pero exige también compromiso estructural y voluntad colectiva.

  5. Que tal Sarahí!

    Un gusto leer en tu texto, lo que parece ser el despertar de clases, la conciencia y la empatía.

    Deseo para ti, el valor, la valentía y la audacia, siempre necesarios al publicar lo que resulte de cuestionar el statu quo.

    Ojala que tengas, en lo sucesivo, oportunidad de echarte un clavado en el acontecer Mexicano.

    Estaremos pendientes de tus textos futuros.

    Cierro mi participación con una frase ad hoc a tu sentir sobre la justicia: «Todos los hombres son racionales y creados a imagen de Dios, y no hay nación en el mundo, por bárbara que parezca, que no merezca ser tratada con caridad y justicia, pues son nuestros prójimos y hermanos en Cristo.».

    Brevísima relación de la destrucción de las Indias, 1542.
    Fray Bartolomé de las Casas.

    Saludos.

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