«La misericordia del Señor es eterna. Aleluya»
ABRIL
Domingo 7
- Hech 4, 32–35
- Sal 117
- 1 Jn 5, 1–6
- Jn 20, 19–31
§ Hechos de los Apóstoles nos presenta no una utopía lejana de nuestro contexto, sino una realidad que coincide con la realización plena del Reino de Dios en Jesús, un motivo de esperanza para todos nosotros y que el Espíritu Santo sigue suscitando.
§ La primera Carta de Juan nos recuerda que la fe nace del testimonio vivo de Jesucristo, transmitido por sus discípulos, la cual es experiencia de salvación y del amor de Dios.
§ En el Evangelio de Juan, el Resucitado se presenta en medio de ellos transmitiéndoles su amor liberador: los discípulos pasan de un estado de miedo a los judíos y de frustración, a la alegría y esperanza. Lo primero que reciben del Señor es el saludo de paz y no palabras de reclamo por haberlo abandonado.
La pasión, muerte y resurrección de Jesús inauguran una nueva etapa de la historia de la salvación para la humanidad. Hombres y mujeres nuevos recreados en el Espíritu Santo, quien hace eficaz la presencia salvadora del Hijo que conduce al Padre.