«Hay más alegría por un pecador que se convierte».
Marzo
- Js 5,9.10–12
- Sal 33
- 2 Cor 5,17–21
- Lc 15,1–3,11–32
§ El libro de Josué nos coloca delante de la felicidad de los israelitas que finalmente se liberan del oprobio de Egipto. Celebran este acontecimiento en la llanura desértica de Jericó con la Pascua, el rito de pasaje de la esclavitud a la liberación. A poco más de tres semanas de la Pascua de Cristo, el Señor nos invita a contemplar señales presentes de este horizonte definitivo de reconciliación ante los dolores y sufrimientos del Pueblo de Dios.
§ San Pablo, en la segunda lectura, sitúa a los bautizados como embajadores de Cristo para los prójimos. Somos enviados a descubrir en el diálogo con Cristo a quienes nos envía en este tiempo de cuaresma para compartir este horizonte de vida que nos es dado por la gracia de haber recibido su mensaje.
§ El Evangelio presenta la parábola del Hijo Pródigo. Jesús muestra a los fariseos y escribas que la fe genuina en Dios encuentra a un Padre amoroso y una alegría sin igual con cada uno de los pecadores que se acercan a Él. Nos conduce a profundizar y detenernos en la alegría del Señor ofrecida al ser perdonados.
El Evangelio presenta la parábola del Hijo Pródigo. Jesús muestra a los fariseos y escribas que la fe genuina en Dios encuentra a un Padre amoroso y una alegría sin igual con cada uno de los pecadores que se acercan a Él. Nos conduce a profundizar y detenernos en la alegría del Señor ofrecida al ser perdonados.
