«El Señor es mi pastor, nada me falta»
ABRIL
Domingo 30
IV domingo de Pascua
- Hch 2, 14a. 36–41
- Sal 22
- 1 Pe 2, 20–25
- Jn 10, 1–10
§ En este pasaje de Hechos se puede ver la continuación de las exhortaciones a la conversión para una vida nueva en Cristo; desde la certeza de que está vivo se nos invita a esta vida nueva. Éste es un recordatorio para proseguir en el camino de crecimiento y conversión que se refleje en una existencia transformada.
§ En la Carta de Pedro podemos ver el llamado a permanecer fieles como ovejas del pastor Cristo. Esta fidelidad ha de manifestarse en toda nuestra vida. Incluso en los momentos complejos hemos de seguir a nuestro pastor, que nos llama a una verdadera entrega y que cuida de nosotros para permanecer unidos a Él.
§ En este Evangelio de Juan se nos llama a reconocer a Cristo como único pastor y Señor, y a no escuchar otras voces que nos quieran guiar por otros caminos que nos llevarán a la muerte. Esta invitación para escuchar al pastor es fundamental para no perdernos en el camino. Él nos guiará por una vida llena de amor y entrega.
Estos textos centrados en el seguimiento de Cristo como el pastor que nos conduce son una advertencia para reconocerlo a Él solamente como nuestro único Señor y seguirlo, incluso cuando las realidades de la vida puedan llevarnos a sentirnos sin fuerzas. Son también un llamado a escuchar su voz y caminar hacia la justicia y el amor.