Evangelio del domingo 23 de noviembre

«En la cruz, Jesús sigue teniendo entrañas de misericordia».

Noviembre

  • 2 Sam 5, 1–3
  • Sal 121
  • Col 1, 12–20
  • Lc 23, 35–43

§ El pueblo reconoce a David como pastor y rey. Este reconocimiento no responde a una imposición externa, sino de haber compartido el camino con ellos y de haber cuidado sus vidas con dedicación entrañable. Ese estilo de reinar es el que Dios valora, el que nace de la relación fraterna y no del poder.

§ En la carta a los colosenses se presenta a Cristo como cabeza del cuerpo. Él es principio de una nueva humanidad encaminada a reconciliar y no a dominar. Cuando se tiene en el centro de la vida a Cristo, se cree que todo fue creado en Él y para Él.

§ Jesús no baja de la cruz: permanece clavado, no por orgullo, sino porque su entrega lo hace más humano que nunca. Es en esa misma cruz, que padece hasta el extremo, en la que identifica al justo que desea ser recordado por Él.

§ El buen ladrón no pide milagros, sólo memoria. Jesús lo mira y le promete hoy mismo la vida en plenitud. No se trata de un sistema de premios o castigos, sino una gracia capaz de transformar incluso los últimos momentos de la vida.

Jesús, enséñanos a amar a tu manera, estando cerca de quienes sufren, perdonando y dando a conocer que tu misericordia es para todas las personas.

Ilustración: ©Tzitzi Santillán

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