«Ay de ustedes, cuando todo el mundo les alabe».
Febrero
- Jer 17,5–8
- 1 Cor 15,1–16–20
- Lc 6,17.20–26
§ Jeremías nos invita a salir del engaño de valerse del poder de los hombres y no de Dios. Una tentación en momentos de tensión para el vulnerable Pueblo de Dios que sufre los reajustes del poder de los imperios. Para el profeta está en juego el don valiosísimo de la libertad. Esto se contrapone a la cobardía de los reyes que abren mano de la libertad construida en diálogo con Él.
§ Lucas ofrece las bienaventuranzas en el discurso de la llanura. Nos indican los signos de los hombres liberados por Dios en un entorno de hostilidad y vulnerabilidad. Los signos van en dirección opuesta a las promesas inmediatas de riqueza, hastío y reconocimiento de los hombres. Jesús enseña que en el Reino de Dios efectivamente satisface las necesidades de sus hijos, consuela y reconoce, pero sobre la base de una lógica de confianza y misericordia.
§ San Pablo remite a nuestra incredulidad ante la resurrección de Cristo. Esa incredulidad se manifiesta en la tentación de pensar en la muerte del hombre como fin. Pablo nos invita a abrazar la Resurrección de Cristo como un sentido que se nos ofrece a los cristianos para ir más allá de nuestros condicionamientos, un amor del Padre que resucita a su Hijo que ha dado todo.
Te pedimos la gracia de un corazón cercano a ti, Señor, del cual brote el horizonte de libertad que Tú nos ofreces en tiempos de confusión e incertidumbre.
