A 500 años de la conversión de San Ignacio de Loyola, visitamos la cueva de Manresa en Cataluña, el lugar en donde Ignacio comenzó a escribir los Ejercicios Espirituales y que hoy es considerada tierra santa; un santuario al que cada año acuden más de 30 mil religiosos y laicos que buscan recorrer las rutas que el santo trazó en el tiempo.
En septiembre de 2019 el P. Arturo Sosa, S.J., convocó al Año Ignaciano con el fin de celebrar el camino de conversión que llevó a Ignacio desde la agonía de su habitación en Loyola, hasta ver nuevas todas las cosas en Cristo en la cueva de Manresa.
Marta Mardía Herrero La unidad emerge cuando la paradoja se disuelve. Hay vidas, por auténticas,