En tiempos y espacios de violencia patente y desmesurada, como los nuestros, se hacen más evidentes el anhelo, la necesidad y la urgencia de la reconciliación, dándonos cuenta de que en ella se juega la vida humana.
La Iglesia católica celebró el Día Internacional del Migrante. Simultáneamente, el sufrimiento de miles de personas se agudizó en las dos fronteras de México durante los siguientes meses debido a las expulsiones de migrantes organizadas por Estados Unidos, aunque tendríamos que decir que todo el planeta está siendo cuestionado por los movimientos migratorios y sus consecuencias.
Últimamente, con el ansia de modernidad y con el pretexto de un ecumenismo mal entendido, queremos llegar a una definición o idea universal de Dios que integre el mayor número de los rasgos fundamentales comunes a todos los dioses y aceptables para todas las creencias religiosas o morales y aun científica.