Evangelio del domingo 5 de Octubre

«La fe verdadera es la que se arraiga en la confianza activa y humilde».

Hab 1, 2–3; 2, 2–4

Sal 94–2

Tim 1, 6–8. 13–14

Lc 17, 5–10

  • El profeta Habacuc clama ante la injusticia y la violencia: «¿Hasta cuándo, Señor?». Esta oración también brota del corazón de los descartados de la historia y de las personas que han atravesado situaciones de sufrimiento. Dios no calla; responde mostrando que «el justo vivirá por su fe», una fe arraigada en la realidad.
  • Pablo exhorta a mantener vivo el don recibido y a reconocer que la fe nos lanza con fuerza al amor. En tiempos de desesperanza el testimonio firme, paciente y esperanzador se convierte en anuncio del Evangelio.
  • El Evangelio nos revela que la fe auténtica no se mide por lo visible o grandioso, ya que su verdadera fuerza se manifiesta cuando transforma la vida desde dentro, reconfigurando las raíces más profundas. Jesús responde al pedido de «aumentar la fe» enseñando que la fe humilde es transformadora. El verdadero discípulo se dispone a servir con sencillez, como quien ha hecho lo que tenía que hacer y se aleja de la búsqueda de reconocimiento.

Quienes desean en todo amar y servir, viven esta fe activa. Aun sin ver resultados inmediatos, confían en la promesa de Dios y perseveran como siervos que saben en quién tienen puesta su esperanza. Danos, Señor, una fe que transforme desde la humildad y nos lance al compromiso.

Ilustración: ©Tzitzi Santillán

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