«Muéstranos, Señor, tu misericordia»
JULIO
Domingo 14
- Am 7, 12–15
- Sal 84
- Ef 1, 3–14
- Mc 6, 7–13
§ El profeta Amós nos muestra una vía para iniciar la vocación, pero que muchas veces los enviados de Dios no son bien recibidos. En el santuario de Betel el profeta denuncia las injusticias, y en concreto, los abusos del rey y los nobles, por lo que es expulsado por el sacerdote Amasías. La respuesta del profeta es contundente al señalar que ha sido enviado por el Señor y que no persistirá en predicar lo que Dios le ha mandado.
§ Pablo a los efesios indica el modo en que conversos y judíos forman una comunidad multiétnica, y que Dios tiene un plan sobre ella. Por el amor del Padre y por medio de Jesucristo somos adoptados, dicho de otro modo, estamos llamados a convertirnos en hijo suyos.
§ Luego, siguiendo el hilo conductor de Marcos sobre el discipulado, Jesús envía a los doce a la misión. Así como es descrita la vocación del profeta Amós, ahora los discípulos de Jesús han sido llamados, han observado sus gestos de sanación, liberación y están preparados para ser enviados de dos en dos. Seguir a Jesús implica que los discípulos comprendan que su referencia es Jesús mismo, y que Él va adelante, ellos van detrás y son sus mensajeros.
Ayúdanos, Padre bueno, a reconocerte como Aquél que nos ama y nos guía, y que nos reconozcamos como tus hijos amados. Enséñanos, Señor, a aprender de ti, de tus gestos y tus acciones, para que podamos anunciar tu Palabra en nuestra vida cotidiana y dar testimonio de tu acción sanadora y liberadora.