¡Hay tanto que me gustaría hablar de Huaya! Pero hay que escoger un punto. Una experiencia. Y escogí el inicio del cambio y de la participación como algo vital.
Son las seis de la mañana. El Himno Nacional, cantado en otomí por un grupo de niñas de la comunidad de Micuá, desbarata el silencio de la madrugada.