A dos años del incendio en la Estación Migratoria de Ciudad Juárez, recordamos a quiénes perdieron la vida.
Cuarenta corazones
dejaron de latir.
Cuarenta minutos
tuvieron los celadores
de la estación migratoria
para abrir la celda.
Cuarenta llamadas
pudieron hacer
a los servicios de emergencia.
Cuarenta vidas
que se asfixiaron por negligencia.
Cuarenta vidas
que se quemaron cuarenta veces.
Cuarenta condenados,
cuarenta agentes,
cuarenta vidas.
Cuarenta trabajadoras humanitarias
observado las llamas
sin poder hacer nada.
Cuarenta vidas.
Cuarenta llaves
que pudieron abrir
las cuarenta puertas
de las cuarenta celdas.
Cuarenta vidas.
Cuarenta madres
y cuarenta padres
derramando
cuarenta lágrimas
por sus cuarenta hijos.
Hoy hay cuarenta cruces,
de estos cuarenta crucificados,
de cuarenta ciudades,
de cuarenta países,
de cuarenta continentes,
de cuarenta mundos.
Le clamamos
a los cuarenta cielos:
¡que paren, que paren, que paren!
Los cuarenta holocaustos
que suceden
cada cuarenta segundos.
Un comentario
Gracias Max por ayudarnos a no perder la memoria