
Les compartimos nuestro nuevo material para Semana Santa: «Un encuentro que transforma».
Este itinerario juvenil tiene un propósito claro: explorar las actitudes de Jesús que nos desafían a construir la cultura del encuentro en cada rincón de nuestra vida diaria.

Hay dos palabras que, cuando algunos hablan de enfermedades terminales, las confunden: incurable e in-cuidable. Y no son lo mismo.

Para transitar este camino de la Cuaresma y la Pascua, Click To Pray te ofrece una propuesta para orar en profundidad y para crecer en disponibilidad a la misión de Cristo.

Es un espacio online de encuentro con otras/os jóvenes para reflexionar, orar, conectar y compartir nuestra vivencia de la Cuaresma, en torno al itinerario propuesto.

Inspirado en la encíclica “Laudate Deum” del papa Francisco, este material propone un viaje de reflexión, oración y acción para conectar con el cuidado de la Casa Común, inspirándote al compromiso y la esperanza para transformar nuestras realidades.

Dios no se cansa de nosotros. Acojamos la Cuaresma como el tiempo fuerte en el que su Palabra se dirige de nuevo a nosotros: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te hice salir de Egipto, de un lugar de esclavitud» (Ex 20,2). Es tiempo de conversión, tiempo de libertad.

La exposición virtual «Ignatius Experience» no se trata de una experiencia más. Este recorrido por la vida de San Ignacio de Loyola te acerca de una manera actual a los pasos que este santo jesuita dio hace más de 500 años.

Motivados por el mismo fin, caminamos juntas/os, compartiendo el pan de la escucha y del discerniendo a la luz de la palabra de Dios y la conducción del Espíritu Santo; que nos permitió acogernos mutuamente respetando nuestra diversidad.

Comenzamos un nuevo año con una gran invitación del Papa Francisco a, «no tenerle miedo a la diversidad de carismas en la Iglesia». Al contrario, «hay que alegrarse de vivir esta diversidad».

San Ignacio de Loyola nos invita a conocer internamente a Jesús, a dejarlo que entre en nuestro corazón y se convierta en alguien a quien no podemos renunciar. Solo desde un amor sincero, una profunda amistad y una alegría auténtica por los demás, brota el deseo de seguimiento de Jesús.