En este nuevo aniversario de la elección de Jorge Mario Bergoglio para liderar a la Iglesia Católica, no son pocos quienes, fuera y dentro del catolicismo, se toman la cabeza pensando con desagrado o desilusión en lo que vino luego: el pontificado de Francisco, legítimo sucesor de San Pedro.
¿Queda, todavía, credibilidad en la Iglesia? Me parece que todas las respuestas posibles encuentran lugar ante la pregunta; en los extremos encontraríamos un sí y también un no. ¿Por qué sí y por qué no?
Al cumplir una década en el trono de San Pedro, el papado de Jorge Bergoglio presenta huellas visibles de una nueva impronta en el Vaticano. Una Iglesia más abierta a los pobres, con una mirada dirigida a la periferia del mundo.