
Hoy más que nunca, la humanidad clama y pide la paz. Es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por las palabras retóricas que incitan al conflicto.

Esta carta es un llamado urgente de organizaciones eclesiales de América Latina y el Caribe desde el Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral (CEPRAP) del CELAM al Papa León XIV para la búsqueda de la paz.

Hannah Arendt, filósofa y politóloga judía alemana, que emigró a EE. UU. antes de que el III Reich propusiera lo que llamó «solución final», que dio origen al genocidio judío, estuvo presente en el juicio que tuvo lugar en Israel contra el criminal nazi Adolf Eichmann.

El Patriarcado Griego Ortodoxo de Jerusalén y el Patriarcado Latino de Jerusalén, hicieron una declaración conjunta la mañana del 26 de agosto, advirtiendo sobre los riesgos que podría sufrir la población de Gaza de concretarse el desplazamiento masivo de personas al sur de la franja, como pretende el ejército Israelí.

El Papa León XIV mantiene viva la esperanza, en medio de un mundo marcado por las guerras. Durante la audiencia general del pasado miércoles 20 de agosto, hizo un llamado de paz y convocó a los fieles a participar en una jornada mundial de ayuno y oración, este viernes 22 de agosto.

Con estas palabras inicia el texto bíblico de Lamentaciones. Se refiere a Jerusalén. La disputada, la idolatrada que hoy se desangra por la codicia colonial de quienes simulan desposarla para despojarla.

Instituciones de élite como Columbia, Yale y el MIT han acaparado la mayor parte de la cobertura mediática nacional debido a los campamentos de protesta por el actual conflicto en Gaza. Pero muchas escuelas jesuitas también han sido escenario de apasionadas protestas.